Las reflexiones objetivas de Dmitri Orlov evaluando los primeros cien días de Trump y sus implicancias geopolíticas.
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Andrei Martyanov, con la autoridad de sus conocimientos militares y de las victorias de las armas rusas en el campo de batalla, desautoriza a la propaganda occidental, basada en mitos peliculezcos al estilo Hollywood con los que Estados Unidos no solo le miente al mundo, sino que, curiosamente, termina confiando en sus propias fantasías.
Un análisis de por dónde puede estar corriendo la estrategia estadounidense por debajo de los histrionismos trumpianos.
Los movimientos de la logística militar delatan cuáles son las reales intenciones.
Más allá de la retórica engañosa ¿Cuál será el futuro de la Europa Occidental que dice estar en pie de guerra? Aquí Orlov nos concede varias respuestas que no resultan alentadoras para aquellos tan aficionados a hacer sonar tambores de guerra contra Rusia.
El analista militar ruso Andrei Martyanov, autor de varios libros referenciales sobre doctrina militar moderna, destaca la incompetencia occidental en este ámbito y ensaya explicaciones. Esta incompetencia viene remarcándola desde mucho antes de que la realidad lo demostrara en Ucrania.
La conexión con Chipre deja un tren de dinero empapado de sangre desde los campos de exterminio de Jolani hasta el jardín europeo de von der Leyen.
La paz comienza cuando cesan las armas, pero para que la paz verdadera perdure, la guerra de la OTAN contra Rusia, liderada por Estados Unidos, debe ser derrotada. ¿Podrá el estado profundo imperial estadounidense manejar eso?
En una entrevista en Fox News esta semana, el principal diplomático de Estados Unidos, Marco Rubio, hizo una admisión condenatoria. Calificó el conflicto en Ucrania como una guerra por delegación entre Estados Unidos, sus aliados de la OTAN y Rusia. De un solo golpe, la narrativa que justificaba la guerra apoyada por la OTAN durante los últimos tres años quedó expuesta como una mentira descarada.
La “autopercepción” (¿qué otra cosa puede ser que la ideología de los narcisistas?) hace que resulte humillante la evidencia, pero no los hechos humillantes, hechos producidos por los propios narcisos.
¿Qué culpa tiene el mundo de realidades humillantes de sus sujetos, si son ellos los que las han creado?
Parece ser que Estados Unidos, con Trump, comprendió que para dejar de hacer el ridículo hay que dejar de actuar ridículamente. Zelenzky, por el contrario, sigue aferrado, como actor que es, a la representación de un poder ya derrotado, que pretende que eso no ha sucedido. Pero no se trata sólo de Zelensky. Se trata de la estúpida Europa Occidental, la que patéticamente seguirá humillándose.
Aquí Orlov lo explica de manera muy convincente.
La Editorial de la Fundación para la Cultura Estratégica al cumplirse el tercer aniversario del inicio de la Operación Militar Especial de Rusia contra la agresión militar de la OTAN desde Ucrania.
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