Con su característico e inapelable sarcasmo, Dmitry Orlov disecciona el “plan Zelenski”, contextualizando históricamente el desarrollo de la farsa tragicómica. El final tiene sabor amargo para los aspirantes a la traición.
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La respuesta a la pregunta del título de este artículo es una hipótesis bastante inesperada para quien ignora los móviles de algo así como lo que los parlanchines de la guerra podrían llamar pomposamente “doctrina militar capitalista”.
Pero llamar “doctrina” a algo cuya “organicidad” está motivada por la codicia más despreciable, es pagar demasiado.
Mientras tanto, la prensa mercenaria es una triste orquesta, tocando en la cubierta del Titanic.
Martyanov nos ilustra algunas de las cifras que explican la efectividad militar de la Federación de Rusia. Mientras tanto, Hollywood sigue relatando mentiras bellamente producidas.
Mientras en el mundo occidental (Imperio de las Mentiras) se proyectan relatos de fantasía, la realidad es muy diferente en la guerra real.
Ante la escalada militar que Occidente le plantea a Rusia, el desafío es cómo disuadirlo. Aparentemente, sólo con la demostración de lo que se puede usar no está alcanzando. Baranchik concluye en que parece inevitable una demostración práctica, concreta…, donde o la escalada se acelera e incrementa, conduciendo a una guerra nuclear generalizada, u Occidente desiste de intentar destruir a Rusia.
Se pregunta Orlov: “¿Cuál es la motivación de la OTAN para perpetuar esta matanza sin sentido? ¿Se trata de una reducción de la población, de la despoblación del territorio ucraniano o de algún otro complot siniestro? ¿O es simplemente el caso de una burocracia militar que ha perdido la cabeza en su búsqueda zombi de más dinero y más territorio?”
Los precisos conceptos de María Zajárova en la recordación de los mártires de la masacre de Odesa, realizada por los ucronazis en 2014. “Estamos seguros de que los ejecutores y los inspiradores de este crimen bárbaro imprescriptible se enfrentarán con la venganza justa”, afirma Zajárova.
Mientras el titular de la Organización Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi, nunca señala a los terroristas ucranianos que atentan sistemáticamente contra centrales nucleares (esto a pesar de ser testigo directo de los atentados puesto que estuvo presente dentro de las centrales que son blanco de estos ataques y, de hecho, hay funcionarios de la OIEA allí -silencio que hace de Rossi un cómplice calificado del terrorismo nuclear-), el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia publica la siguiente declaración respecto de los últimos atentados terroristas ucronazis contra la mayor central nuclear de Europa, la Central Nuclear de Zaporozhie.
“Cuando se señala con el dedo, es muy importante asegurarse que no te estás apuntando a ti mismo”, destaca Dmitry con su particular sarcasmo…
Y si… todos los caminos conducen a Roma…
Hay una nueva mentira que añadir a un ya estupendo montón de mentiras perpetuadas por el Estado profundo, el gobierno y la prensa occidentales. La nueva mentira es que el ataque al Crocus City Hall fue organizado por ISIS-K.
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