Venezuela: la trampa de la MUD: ir o no ir a elecciones

por redacción Misión Verdad, en Misión Verdad

La reciente convocatoria que el Consejo Electoral venezolano (CNE) ha realizado a elecciones para la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en julio y elecciones regionales en diciembre, ha tenido una respuesta clara en la voz de una parte de la Mesa de Unidad Democrática (MUD).

La respuesta de personeros como Julio Borges, Henrique Capriles, Freddy Guevara y María Corina Machado ha sido de absoluta negación a que el antichavismo participe en esas dos contiendas electorales. Ese planteamiento reviste un atributo del cual se decantan nuevas aristas que es necesario subrayar.

 

¿El antichavismo se adentra en su laberinto?

-La negativa de la MUD a participar en elecciones (sui generis) como la Asamblea Constituyente impone una abierta evasión a participar en un “todo o nada” electoral, entendiendo que la ANC es una instancia habilitada por la Constitución como plenipotenciaria, facultada para intervenir cualquier poder público. Por esa razón la MUD se dispuso varias veces pero sin éxito (desde 2013 y en 2014) a convocarla. Paradójicamente, ahora ya no la quieren.

-La MUD se niega a participar en elecciones convencionales regionales, que revisten cargos de poder político regional. Se niegan, aunque según ellos ganarían holgadamente todas las regiones del país. Hecho curioso a considerar.

-Lo anterior deja al descubierto que el antichavismo no tiene una agenda política electoral, apuesta a vías no electorales, en momentos en que ejecutan una escalada violenta y llaman a “aumentar la presión” sobre el Gobierno venezolano. Quieren una “caída y mesa limpia”, o más bien una barrida de toda la institucionalidad en su continuo asalto al poder instituido en Venezuela. Buscan atajos para la toma del poder por vías no regulares. Sus líderes afirman que lo que esperan es una “caída” del Gobierno venezolano y “abrir paso a un proceso de transición” que no aclaran si debe ser electoral o no.

-En pleno desarrollo de su escalada violenta y luego de haber atizado a la comunidad internacional afirmando que en Venezuela debían abrirse caminos electorales, deben explicar ahora a la comunidad internacional el porqué no piensan participar en las elecciones convocadas. De hecho, tendrán que explicar también a buena parte de sus seguidores (no obsecados ni enceguecidos por la violencia) el porqué no van a acudir, ni a Constituyente ni a regionales.

-La MUD coloca toda su apuesta (como es usual) en exigencias irrealizables y fuera de la Constitución, como la convocatoria a “elecciones generales”, cuando esa fórmula (y lo saben) no existe en la Carta Magna como mecanismo para resolver diatribas políticas. Parece la fórmula de exigir lo imposible para que el juego se tranque, lo que en consecuencia (dicen ellos) legitima su acción de calle, escalada violenta, desestabilización y patrocinio del conflicto interno.

-En la MUD no todos se han pronunciado sobre la convocatoria a elecciones regionales. Hay un disimulado silencio entre quienes integran esa logia de partidos políticos y que hasta ahora no han fijado postura sobre las regionales. Hay entre ellos quienes no quieren aplazar sus aspiraciones personales en regiones, por la orden expresa de quienes desde la rama violenta de la MUD lideran hoy a toda la organización.

-Pesa sobre la MUD el recuerdo crudo y fresco de su autoexclusión a las elecciones parlamentarias de 2005. En aquel momento como hoy (salvando las distancias), la MUD desconocía todas las instancias públicas, incursionaban en estertores violentos y decidieron no medirse, intentando deslegitimar esa elección. El resultado fue que Chávez no cayó, el chavismo tomó todo el parlamento y la oposición tuvo que lidiar con un severo ostracismo político que, reconocieron luego, había sido “un error” producto de su acción frenética y de aventura golpista.

-Muchos temen que la apuesta del “todo o nada” de la MUD, su “ahora o nunca”, pueda devenir en un callejón sin salida. Es decir, que Maduro no caiga. Pocos temen perder la oportunidad de asumir la Constituyente, pero muchos sí temen perder la oportunidad de las regionales, de alzarse con cuotas de gobernaciones, todo por la negativa de asistir a las elecciones. Julio Borges dijo recientemente a la BBC que el chavismo es apenas el 10% o 12% del electorado nacional. En la MUD hay quienes fervientemente creen en tan estrafalaria afirmación. He ahí que ellos manejan como “posibilidad real” el barrer en las regionales. Muchos temen perder esa oportunidad, por seguir una aventura golpista que no saben adónde los va a llevar.

-La encrucijada parece clara: o las fuerzas políticas en pugna acuden a la medición electoral, o las posibilidades de confrontación civil, la “guerra de perros” y la intervención mercenarizada y camuflada, serán una realidad mucho más cruenta en las calles venezolanas. La rama determinadamente violenta de la MUD (VP, PJ y VV) apunta en esa dirección. Pero ellos no son toda la MUD. Allí hay quienes quieren el poder (regional) en las condiciones actuales, no en condiciones bélicas, confrontación civil generalizada, intervención extranjera o en situación de golpe, derrocamiento de Maduro y enfrentamiento desatado. En consecuencia, hay quienes se preguntan en la MUD si es viable dejar perder la oportunidad regional, para favorecer un conflicto que tampoco (lo entienden) les favorece.

-A muchos líderes regionales les están instando a “esperar la caída de Maduro” para una posterior toma total del poder. Muchos desconfían de si esa “caída” será posible. Pero muchos desconfían de la misma MUD en ese escenario, pues son quienes están detrás de la vía violenta por la toma del poder quienes dominan a la coalición y, en consecuencia, van a capitalizar los espacios al darse la esperada “caída”. Muchos en partidos como AD, UNT, AP, entre otros, temen quedar excluidos en ese hipotético “mundo feliz”, en esa repartija, sin chavismo en ninguna instancia de gobierno. Saben que no tienen garantías. Así que desconfían. Preferirían asegurar sus cuotas ahora, porque mañana quién sabe.

-Si en lugar de darse un conflicto civil total ocurre una desescalada progresiva, desgaste y asfixia a la arremetida violenta de la oposición venezolana, en la MUD comenzarían a considerar la vía electoral e ir al menos a elecciones regionales en el mes de diciembre. Eso generaría otra pugna interna en la MUD. Los “líderes” de las guarimbas, los más radicales, se alzarían como autoproclamados favoritos, mientras, en otros partidos, politiqueros de oficio y dirigentes regionales temerían verse desplazados por agentes del caos que hicieron “política” desde Twitter y aupando barricadas. Vendría una carnicería interna. De los tiempos de la MUD y sus decisiones dependería ese escenario, definirían candidaturas por primarias o lo harían a dedo, lo que caldearía más sus pugnas internas. De no decidirse a tiempo el CNE no organizará sus primarias.

-Si se da el escenario de que la MUD se desgasta en su arremetida violenta y que esta sea desmantelada por el chavismo, la MUD (especialmente su rama más violenta) tendría que lidiar con otro tipo de saldo político. Su triunfalismo no estará en condiciones idénticas a como estaba al inicio de su escalada violenta. Estarían en un laberinto: su grueso de seguidores radicales se sentirían traicionados si van a elecciones. Perderían ese capital político. Y por otro lado al día de hoy, su capital político sometido por guarimbas y barricadas, también está a riesgo de sedimentarse. Estarán ahogados en su propia trampa. Por eso hoy continúan arremetiendo, no quieren que la presión decaiga o sea domesticada. No quieren verse en ese escenario.

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