por The Saker. En The Vineyard of The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso
[Este análisis fue escrito para The Unz Review]
Andrei Belousov, director adjunto del Departamento de No Proliferación y Control de Armas del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, recientemente hizo una declaración importante que citaré en su totalidad y luego daré una traducción.
Texto original en ruso: “Тут недавно на заседании Соединенные Штаты заявили, что Россия готовится к войне. Да, Россия готовится к войне, я это подтверждаю. Да, мы готовимся защищать нашу родину, нашу территориальную целостность, наши принципы. Мы готовимся к такой войне. Но у нас есть серьезные отличия от Соединенных татов Америки. И в лингвистическом плане это отличие заключается всего в одном слове, что в русском языке, что в английском языке: Российская Федерация готовится к войне, а Соединенные Штаты Америки готовят войну”.
Traducción: “Recientemente, en una reunión, los Estados Unidos declararon que Rusia se está preparando para la guerra. Sí, Rusia se está preparando para la guerra, puedo confirmarlo. Sí, nos estamos preparando para defender nuestra patria, nuestra integridad territorial, nuestros principios, nuestros valores, nuestra gente. Nos estamos preparando para tal guerra. Pero hay una gran diferencia entre nosotros y los Estados Unidos. Lingüísticamente, esta diferencia está en una sola palabra, tanto en ruso como en inglés: Rusia se está preparando para la guerra, mientras que Estados Unidos está preparando una guerra” (énfasis agregado).
Estamos tan acostumbrados a que los diplomáticos y políticos occidentales digan más o menos cualquier cosa (como dice la broma: ¿cuándo sabes que un político miente? Cuando sus labios se mueven) que muchos de nosotros dejamos de prestar atención a lo que se dice. Si mañana, Trump o algún “congresista” va a la televisión nacional y declara “lee mis labios: arriba está abajo, seco está mojado y sí significa que no”, la mayoría de nosotros simplemente lo ignoraremos. La verdad es que la exposición a ese flujo constante de vacías, grandilocuentes y siempre deshonestas declaraciones, a la mayoría de nosotros nos hace inmunes a las advertencias verbales, incluso cuando provienen de figuras políticas no occidentales.
Por lo tanto, es crucial darse cuenta de que los funcionarios y diplomáticos rusos miden cuidadosamente cada palabra que dicen y que cuando repiten una y otra vez que Rusia está lista para la guerra, ¡realmente lo dicen de verdad!
Por supuesto, ha habido personas en Occidente que vieron completamente este peligro y han estado advirtiéndolo durante años, especialmente aquí pienso en el profesor Stephen Cohen y Paul Craig Roberts. Y he estado advirtiendo sobre esto desde hace cuatro años, comenzando con el artículo “Obama acaba de hacer las cosas mucho, mucho peor en Ucrania, ahora Rusia está preparada para la guerra“, publicado el 1º de marzo de 2014, seguido de muchos más artículos con la misma advertencia (vea “La respuesta rusa a una doble declaración de guerra”, del 27 de septiembre de 2014; “¿Rusia simplemente ‘amenazó’ a los Estados Unidos?”, del 12 de noviembre de 2015; “Desacreditando clichés populares sobre la guerra moderna”, del 19 de mayo de 2016; “Cómo se está preparando Rusia para la Tercera Guerra Mundial” del 26 de mayo de 2016; “Una advertencia rusa”, del 1 de junio de 2016; “Evaluación de los militares rusos como un instrumento de poder”, del 25 de agosto de 2016; “Informe del progreso sobre el ‘Guerra de Estados Unidos y Rusia’“, del 1 de diciembre de 2017; “¿Qué precio tendrá que pagar la humanidad por el colapso del Imperio?“, del 13 de abril de 2018; “Cada ‘clic’ nos acerca un paso más al ¡bang!“, del 20 de abril de 2018). Pero a pesar de todos nuestros esfuerzos, hemos sido “voces llorando en el desierto”, lo cual no es sorprendente, ya que incluso la contundente advertencia de Putin durante su discurso del 1º de marzo ante la Asamblea Federal Rusa fue enseguida descartada como “postura” y olvidada rápidamente. Esta es la razón por la que dos semanas después de ese discurso histórico, comparé a Rusia con una pacífica serpiente de cascabel (¡sí, son criaturas pacíficas!) en el intento desesperado de advertir a un idiota ebrio para que retroceda, pero en vano: el estúpido borracho simplemente declara con jactancia “ténme la cerveza y mira lo que haré” y trata de agarrar a la serpiente. Concluí diciendo que:
May, Trump, Macron y Merkel, por supuesto, pero también sus sicofantes prensas prostitutas (“presstitutes”) y las manadas de espectadores zombificados, todos creen en su invulnerabilidad y superioridad. La verdad aterradora es que estas gentes NO TIENEN IDEA con lo que están tratando ni entienden las consecuencias de presionar demasiado a Rusia. Oh, en teoría lo hacen (sí, sí, Napoleón, Hitler, ¡lo sabemos!). Pero en sus entrañas, se sienten seguros, superiores y simplemente no pueden concebir que pueden morir, y toda su sociedad puede, simplemente, desaparecer.
Lamentablemente, desde entonces las cosas sólo han empeorado. Es por esto que un Putin claramente disgustado y frustrado recientemente declaró que
“Cualquier agresor debe saber que la retribución será inevitable y que será destruido. Y dado que seremos las víctimas de su agresión, iremos al cielo como mártires. Ellos simplemente croarán y ni siquiera tendrán tiempo para arrepentirse”.
No hace falta decir que la siomedia occidental interpretó esta advertencia como un signo de “agresión rusa”, no como un intento desesperado de despertar a un Imperio delirante e infinitamente arrogante.
En el mismo sentido, algo muy similar ha estado ocurriendo entre los Estados Unidos y China con un número creciente de funcionarios chinos que declaran públicamente que las fuerzas armadas chinas necesitan prepararse para la guerra (aquí está la última de tales advertencias).
Lamentablemente, las advertencias chinas son tan ignoradas y rechazadas como las rusas. Y eso es realmente aterrador.
Al menos durante la crisis de los misiles en Cuba, la prensa mundial entera informaba sobre la confrontación minuto a minuto, y todos sabían que el peligro de la guerra era muy real. En contraste hoy, casi nadie se concede la posibilidad de pensar en la guerra. De hecho, los líderes del Imperio Anglosionista parecen estar decididos a multiplicar sus provocaciones contra Rusia, desde realizar importantes ejercicios militares en la frontera rusa hasta otorgar el premio más prestigioso de derechos humanos de la Unión Europea a un terrorista condenado (los polacos, siempre tan solícitos, ¡incluso sugirieron que Sentsov debería recibir el Nobel!). La Unión Europea tampoco notó los actos de piratería de los ukronazis en el Mar de Azov, y en cambio condenó a Rusia por hacer cumplir estrictamente su derecho legal de tomar represalias por las acciones de los ukronazis.
Tal nivel de hipocresía es repugnante, por supuesto. Pero también es muy, muy peligroso.
¡Francamente, considerando los fantásticos y genuinamente heroicos esfuerzos de Putin y Xi para evitar una gran guerra (nuclear) con el Imperio, sugeriría que ellos, no terroristas condenados y presos, sean nominados para el Premio Nobel de la Paz (pero aquí no estoy conteniendo la respiración…)!
En agudo contraste con los medios corporativos occidentales, los medios rusos han estado discutiendo a diario la posibilidad de una guerra con los EEUU/OTAN, y la discusión siempre gira en torno a la pregunta “¡¿están de verdad lo suficientemente locos como para realmente atacarnos a pesar de que significaría su segura destrucción?!”. Para ser justos con los rusos, al ver a gente como Nikki Haley o John Bolton la pregunta de “¿están locos?” resulta lógica. Pero creo que también es posiblemente engañosa. Aquí explico por qué:
Si bien es evidente que algunos neocons están realmente locos, la mayoría no lo está. Estúpida, ignorante, arrogante, odiosa y malvada, sí. Pero no necesariamente loca. Y por esa razón, no creo que los líderes anglosionistas tropezarán con una guerra contra Rusia como resultado de su locura. Además, mientras que los políticos estadounidenses son, de hecho, asombrosamente estúpidos e ignorantes, hay suficientes hombres en las fuerzas armadas de los Estados Unidos que recuerdan la advertencia del mariscal de campo y vizconde de Alamein, Bernard Montgomery, quien realizó la siguiente declaración ante la Cámara de los Lores, que se hizo famosa: “Regla 1, en la página 1 del libro de guerra: ‘no marchen sobre Moscú’. Varias personas lo han intentado, Napoleón y Hitler, y no es bueno. Esa es la primera regla. No sé si sus Señorías conocerán la Regla 2 de la guerra. Es: ‘no luches con tus ejércitos terrestres en China’. Es un país vasto, sin objetivos claramente definidos”. La mayoría de los altos mandos militares de los Estados Unidos deben darse cuenta de que la guerra contra Rusia y/o China es una propuesta suicida.
Pero si bien es poco probable que la locura de los líderes occidentales cause una guerra, me temo que su desesperación pueda hacerlo.
Piénselo: en este momento, EEUU está involucrado en dos procesos paralelos: por un lado, EEUU está involucrado en sanciones y guerras económicas contra la mayor parte del planeta, mientras que por otro lado, EEUU se está retirando de un tratado internacional importante tras otro (incluidos los tratados de control de armamentos). Hágase una pregunta simple: ¿es este el comportamiento de un país que es débil o fuerte? ¿Qué significa esta política de confrontación y autoaislamiento de “espectro completo” (porque eso es lo que significa retirarse de tantos acuerdos y tratados: aislar a los Estados Unidos)? ¿Señala las acciones de un poder fuerte y seguro o que está desesperado y arremete en todos los niveles?
Como nos recuerda este breve post de Larchmonter445, el grupo actual de líderes de EEUU, primero que todo, son *perdedores* y, aunque todavía están haciendo un buen trabajo de exhibicionismo y de ondear banderas, cada vez es más imposible ocultar la magnitud del colapso de varios niveles, a cámara lenta, del imperio anglosionista. Supongo que la banda que tocaba en la cubierta del Titanic también sonaba más y más fuerte, pero el resultado del espectáculo nunca estuvo en duda. Lo mismo está sucediendo aquí y es donde existe un enorme peligro: cuanto más difícil se vuelve ocultar la magnitud del desastre que se desarrolla, cuanto más azota el Imperio, empeora aún más la situación, lo que a su vez hace que sea aún más difícil ocultar la magnitud del desastre. El Imperio en general, y específicamente los EEUU, se está rompiendo literalmente en todos los niveles y no hay absolutamente ninguna manera razonable y parcialmente viable de revertir esta tendencia porque la única solución para que los EEUU sobrevivan es abandonar el Imperio y convertirse en un país “normal”: algo que los líderes estadounidenses ni siquiera están dispuestos a contemplar. Especialmente los neocons parecen tener una creencia casi religiosa (o quizás es sólo una reacción arrogante incontrolada) de que cuando uno de sus supuestos planes “inteligentes” fracasa, la solución correcta es redoblar la apuesta. Parece que han internalizado completamente el aforismo alemán “wenn es mit Gewalt nicht geht, dann geht es mit mehr Gewalt!” (si la violencia no puede arreglarlo, entonces aún más violencia lo hará), olvidando que esta creencia no le anduvo bien a Alemania contra Rusia. En cuanto al público occidental en general, se ha convertido efectivamente en lo que yo llamo “drones ideológicos“: autómatas con el cerebro lavado que ondearán sus banderas (de fabricación china) para hacer frente a cualquier disonancia cognitiva residual. Cuando sus certidumbres finalmente se derrumben, también arremeterán contra todo y todos en desesperación abyecta e impotente.
En este momento, los EEUU y el “Occidente global” (también conocido como el Imperio Anglosionista) están en curso de colisión directa con Rusia (y probablemente con China también). Ahora mismo veo muy pocas señales de que alguien en las élites occidentales sea capaz de (o quiera) admitir que al final de ese camino hay guerra y la destrucción de los Estados Unidos (y posiblemente gran parte de Europa). En este momento, los líderes del Imperio parecen estar firmemente encerrados en lo que los franceses llaman “fuite en avant” (que se puede traducir aproximadamente como “fuga hacia adelante”, o “carrera alocada”, “compulsión inducida por el pánico para exacerbar aún más una crisis o calamidad” o incluso “un mecanismo inconsciente que hace que una persona se lance a sí misma hacia un peligro temido”). Supongo que hay una triste y trágica ironía en el hecho de que el resultado de las élites de los Estados Unidos evocando constantemente algunas “intervenciones” rusas completamente imaginarias (en los Estados Unidos y en otros lugares) podría eventualmente resultar en una intervención muy real de Rusia, en la forma de devastadores ataques con misiles, pero esto no es un consuelo.
¿Qué tan probable es que eso cambie en el futuro previsible?
No es muy probable, me temo.
¿Podrán Putin y Xi evitar la guerra que se avecina con Occidente?
Tal vez. Pero con cada día que pasa, que sólo trae más escaladas y provocaciones del “Occidente global”, su tarea es cada vez más difícil.
Hasta ahora, todas las advertencias rusas y chinas han caído en oídos sordos y, francamente, no creo que más advertencias sirvan para nada.
Este podría ser el momento para que Rusia y China comiencen a reaccionar seriamente. Todo lo demás ha fallado, al menos hasta ahora.
El Saker
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