“Lo que está ocurriendo en Gaza, que según algunos expertos parecería tener las características de un genocidio, debería ser investigado con atención para determinar si encuadra en la definición técnica que sostienen juristas y organismos internacionales”, manifestó el Papa Francisco en el libro de entrevistas realizado por Hernán Reyes Alcaide titulado “Papa Francisco, la esperanza no defrauda nunca”, publicado hacia fines de 2024. Nada más que esta moderada exhortación a la búsqueda de la verdad (“perecería tener las caracaterísticas de un genocidio” y “debería ser investigado con atención”) sobre el harto comprobado genocidio de los anglosionistas en Palestina ya resultó insoportable para los heraldos de Satán. Las preocupaciones de Caitlin Johnstone sobre cuál será el nuevo Papa que sucederá a Francisco son absolutamente sensatas. Está claro que el Vaticano, a lo largo de la Historia, ha bendecido la “cultura del abuso” (por usar un término -cultura- al que el apreciado Jorge Bergoglio era afecto) durante demasiado tiempo. Quiera Dios que el sucesor de Francisco no se preste a esas bendiciones.
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