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Si lo haces tú, es Espionaje.
Si lo hago yo, es Investigación.

Larry Romanoff,  10 de Agosto, 2020

Traducción: PEC

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A finales de los 50 y principios de los 60 hubo una serie en la televisión americana llamada “La Ciudad Desnuda“, ambientada en la ciudad de Nueva York. El inicio de cada episodio comenzaba entonando las palabras: “Hay ocho millones de historias en la Ciudad Desnuda”. Esta es una de ellas”. Bueno, probablemente haya 8 millones de historias de espías americanos que han tenido lugar en China durante las últimas décadas. Aquí hay dos de ellas.

Introducción

Hace varios años se informó de que el Pentágono estaba construyendo una red internacional de espionaje que podría llegar a ser aún más grande que la de la CIA, planeando tener al menos 1.600 “recolectores de información” repartidos por todo el mundo. Además de los agregados militares y otros que no trabajan de manera encubierta, más operativos clandestinos que serían entrenados por la CIA y desplegados en el extranjero para llevar a cabo tareas que la CIA no estaba dispuesta a realizar. Se confirmó debidamente que China estaba entre las principales prioridades de la inteligencia del Pentágono, lo que reflejaba la afinidad americana con el espionaje y la acción encubierta, pruebas que ya no necesitamos. Hay americanos frecuentemente reclutados por la CIA o el ejército de los EE.UU. para el servicio de espionaje en China, operando con la ayuda del Departamento de Estado de los EE.UU.

Las autoridades chinas suelen detener a extranjeros que se encuentran en China, aparentemente actuando de forma independiente, por realizar estudios y cartografías ilegales y por marcar la ubicación de instalaciones militares y de otros enclaves. Sólo en los últimos años se han detectado casi 40 casos ilegales de prospección y cartografía en China, en su mayoría en los alrededores de algunas bases e instalaciones militares de China, y en zonas fronterizas sensibles como Xinjiang y el Tíbet, datos que casi con toda seguridad se utilizan para planificar los disturbios patrocinados por extranjeros que se producen en esas provincias.

En un caso reciente, se encontró a un ciudadano americano utilizando dos receptores profesionales de GPS de topografía y cartografía en los que había registrado más de 90.000 coordenadas, 50.000 de ellas cerca de instalaciones militares. Viajó a XinJiang con el pretexto de registrar una agencia de viajes para ofrecer tours al aire libre a los extranjeros en Urumqi, y claramente estaba allí por encargo del gobierno de los EE.UU. cuando fue capturado. Esta es la razón por la que el servicio de mapas de Google fue cerrado en China. Google se ocupaba de recolectar inteligencia en alta resolución para la CIA, de nuevo con imágenes de áreas militares sensibles.

Es ampliamente conocido en China que literalmente miles de empleados de la Embajada de los EE.UU. en Beijing y en sus diversos consulados están involucrados en actividades que son claramente de espionaje. Esta fue la razón por la que el gobierno chino optó por el cierre del consulado de los EE.UU. en Chengdu. Las autoridades chinas habían denunciado repetidamente a la Embajada y al Gobierno de los Estados Unidos que el personal en Chengdu estaba involucrado en actividades “no acordes con sus designaciones diplomáticas”. Esto es un eufemismo chino.

A los medios de comunicación estadounidenses les gusta acusar a los chinos de “ver una conspiración a la vuelta de cada esquina”, pero estos acontecimientos son suficientes en número como para justificar la preocupación de China, estos mismos medios se olvidan de señalar que cualquiera que recogiera cientos de miles de coordenadas GPS cerca de bases militares americanas tendría un futuro muy corto.

Coca-Cola

La compañía Coca-Cola siempre ha estado involucrada en el espionaje para el ejército de los EE.UU. y el Departamento de Estado.[1]  Curiosamente, ni el sitio web de la compañía Coca-Cola ni Google tienen conocimiento de esto, y el Departamento de Estado no tenía a nadie disponible para discutir esto conmigo. Desde al menos los años 40, cuando la compañía establecía plantas embotelladoras en un nuevo país, los espías de la OSS o de la CIA eran enviados automáticamente como parte del personal. No era ni siquiera un secreto: cuando el Senado de los EE.UU. celebró sus famosas audiencias sobre el Irán-Contra en 1987, el vínculo entre la CIA y Coca-Cola quedó totalmente expuesto.

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