por Redacción Misión Verdad. En Misión Verdad
1. Armamento no convencional. El uso de armas artesanales para enfrentar a los cuerpos de seguridad busca crear una línea difusa entre la protesta pacífica y las tácticas de subversión y guerra urbana, esto para que ocurran las muertes que luego serán endosadas al gobierno, en el marco de un expediente sobre “violación de derechos humanos”.
Metras, morteros, cohetones, entre otros implementos, son utilizados por los grupos mercenarios de choque en Venezuela y causaron daños como a Adrián Duque, Armando Cañizalez, César Pereira, Diego Arellano, Miguel Castillo, Roberto Durán y Yeison Mora, quienes murieron impactados por esferas metálicas o metras desde el mismo lado de las manifestaciones. También Andrés Uzcátegui, Nelson Arévalo Avendaño, Neomar Lander y Engelberth Duque Chacón, murieron manipulando explosivos artesanales.
Durante las protestas violentas en Nicaragua los grupos armados que asumen la vanguardia utilizan artefactos similares.
Para evitar la confusión por lo parecido de las imágenes, la primera foto corresponde a Venezuela y la segunda a Nicaragua.
2. Campañas de rumores. Informaciones no confirmadas son generadas por operadores de guerra psicológica que utilizan las redes sociales como amplificadoras para crear zozobra y pánico en la población. En medio de las protestas en Venezuela el año pasado, algunos dirigentes opositores encabezaron una campaña de rumor para vincular al Gobierno venezolano con el supuesto uso de armas químicas, esto con el objetivo de atraer la atención de los medios internacionales y generar terror en la opinión pública. Para ese entonces, en el otro lado del Atlántico se acusaba al gobierno de Siria de llevar a cabo un ataque químico, tiempo después se confirmó que el supuesto ataque fue un montaje para justificar una campaña de bombardeos de EEUU sobre el país árabe.
Tratando de emular ese mismo sentido de oportunidad, en Nicaragua fue empleado el recurso del rumor para vincular al gobierno con el uso de armas químicas, una mentira que, aunque se cayó, fue útil a la oxigenación de la violencia vía redes sociales.
3. Manipulación de cifras de muertos. Los fallecidos durante los eventos violentos son informados sin explicación ni especificación alguna, por lo que, como en Venezuela, se culpa desde los medios al Gobierno o a “colectivos armados”. Con esta táctica en el uso de medios, se elabora el expediente que podría permitir la intervención o el golpe de Estado, según las circunstancias. Medios como ABC han lanzado una cifra de muertos que ni los mismos medios locales pueden confirmar. Como hemos visto en la “coincidencia” anterior, estas estimaciones han sido puestas a rodar por operadores de larga experiencia en la guerra informativa contra Venezuela.
En Nicaragua los medios internacionales se hacen coro de “informes” fantasmales que colocan la cifra de muertes por encima de los 20, no pudiendo afirmar si están confirmadas o no.
Aplicando la misma maniobra desinformativa, se intentó ocultar que en 2017 murieron en Venezuela, por ejemplo, 25 personas que transitaban cerca de alguna manifestación pero que no participaban directamente. Casos como los de Almelina Carrilo (Caracas) o Paola Ramírez (Táchira), asesinatos cometidos por manifestantes opositores, fueron utilizados como detonantes mediáticos para intensificar la violencia al responsabilizar al Gobierno sin que los casos se resolvieran judicialmente.
4. Saqueos y daños a la propiedad pública y privada. Los grupos armados en Nicaragua han saqueado varios locales de electrodomésticos y hasta de motocicletas en algunos lugares de Nicaragua, además han causado daños en instalaciones estatales, como hospitales e instituciones educativas. El perfil de la violencia ha sido profesional y focalizado no sólo en infraestructuras de servicios clave para la vida cotidiana de la población, sino en símbolos e instituciones del poder del Estado.
En el municipio Chacao, estado Miranda de Venezuela, ocurrieron hechos similares cuando grupos de choque financiados por el antichavismo incendiaron y atacaron edificaciones públicas como la Dirección Ejecutiva de la Magistratura del Tribunal Supremo de Justicia. Este es sólo un pequeño ejemplo entre la quema de unidades de transporte público, bibliotecas y hospitales durante 2017.
5. Uso de francotiradores. En Venezuela se llevaron a cabo muertes selectivas empleando el uso de francotiradores, mediante disparos certeros fueron asesinados el sargento Niumar Sanclemente (Miranda) y el efectivo de la Policía de Carabobo Jorge Escandón. También Jesús Leonardo Sulbarán y Luis Alberto Márquez, trabajadores de la gobernación de Mérida, recibieron disparos desde varios edificios en ese estado.
El periodista Ángel Gahona, de un canal de televisión estatal, fue asesinado la noche del sábado mientras transmitía por Facebook Live los hechos que ocurrían en la Alcaldía de Bluefields, Nicaragua. Iba caminando detrás de las fuerzas policiales y un disparo le destrozó la cabeza frente a decenas de personas. Desde el 11 de abril de 2001, pasando por el Euromaidán hasta Nicaragua, los francotiradores han sido un recurso recurrente en las operaciones golpistas agenciadas desde EEUU.
6. Uso de influencers del mundo de la farándula. Instrumentar la sensibilidad de personas ligadas a la industria del entretenimiento es un exitoso recurso de propaganda para alcanzar apoyos a las jornadas de violencia en estratos cada vez más amplios de la opinión pública. Este catalizador no deja de ser útil para este tipo de operaciones, en el caso venezolano sobraron personajes de la farándula manifestando su parcialidad en contra del chavismo.
En Nicaragua este recurso también ha sido aplicado mediante referentes musicales internacionales, la Miss Nicaragua 2018 Adriana Paniagua y otros personajes de la industria del entretenimiento local.
7. Símbolos y glorificación de la muerte. Las listas de fallecidos pintadas con tizas sobre el pavimento que se utilizan en Nicaragua son similares a las escritas en Venezuela durante las guarimbas de 2017, esto con el propósito de ocultar las causas de cada caso y trasladar los costros humanos de la violencia al gobierno. Aun cuando entre los fallecidos, tanto en Venezuela como en Nicaragua, hay miembros de cuerpos de seguridad, estudiantes, trabajadores y activistas políticos, es importante para el despliegue mediático engrosar listas falsas y otorgarle una estética de “lucha no violenta”, la cual al ser reconocida internacionalmente, vacía de todo significado local esas muertes transformándolas en productos de consumo.
Bonus track
Otras coincidencias hacen parte de este dispositivo que se ha activado en Nicaragua, ellas son: el apoyo del clero católico a los “manifestantes”, la “preocupación” del gobierno de los EEUU, la contratación de delincuentes en las protestas y la continua justificación y patrocinio de ONGs, medios de comunicación y élites empresariales promovidos por Washington a través de sus mecanismos de poder blando.
Y para finalizar la concidencia política, de fondo: ninguna de las dos naciones atacadas están alineadas geopolíticamente con EEUU, el gran promotor global de estos métodos de golpe de Estado.
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