por Sayyed Hassan Nasralá, Secretario General de Hezbolá. En Al Manar en castellano
En una entrevista transmitida por el canal por satélite Al Manar, el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, habló con toda transparencia sobre varios temas delicados: una posible guerra entre Irán y EEUU o una guerra entre Hezbolá e Israel y sobre Siria, Yemen y el acuerdo del siglo.
Durante dos horas, el secretario general de Hezbolá insistió en responder a todas las preguntas, incluso a las más espinosas, y comentó que “por lo general no respondo a esas cuestiones, pero quería hacerlo”.
¿Una guerra entre Hezbolá e “Israel”?
Hezbolá tiene capacidad para destruir Israel. Sería una destrucción indescriptible, un paisaje inimaginable.
Los israelíes lo saben sin importar lo que piensen de ello los árabes. Porque, no solo nuestras capacidades balísticas y humanas se han mejorado cualitativa y cuantitativamente, sino que también se han cuadruplicado nuestras fuerzas terrestres y nuestras fuerzas marítimas y aéreas. En 2006, teníamos algunos drones de ataque. Hoy, tenemos un número suficiente de ellos. Hemos ganado experiencia en estrategias ofensivas, además de las defensivas y hemos reforzado nuestras unidades de combate.
Dicho esto, una guerra con Israel -digo “Israel” para simplificar, pero no existe para nosotros el estado de Israel como tal- es descartable a causa del equilibrio del terror que hemos impuesto. Nuestra capacidad de disuasión impide la guerra y obliga a los israelíes a revisar sus cálculos y sus estrategias militares.
Lo que sería nuevo en una guerra futura es que los israelíes se verán arrastrados al abismo.
No tenemos una estrategia de guerra clásica, somos un movimiento de resistencia. Tenemos nuestro método y nuestra estrategia.
Hezbolá es una institución. No está vinculada a una persona y no depende de nadie, por lo que si muero o caigo mártir no tendrá un efecto en la estrategia de Hezbolá, ni mucho menos en la Resistencia y esto lo demostramos en el momento del asesinato del anterior secretario general de Hezbolá en la década de 1980 por parte de Israel. Hezbolá es una institución que opera como tal y este es su punto fuerte. Soy un elemento de esta institución. pero no lo gobierno todo. Israel puede creer que con mi muerte Hezbolá se terminaría, pero eso es una pura ilusión.
Por supuesto, tomamos nuestras precauciones, no porque temamos a la muerte, sino porque no queremos dar al enemigo la victoria de haber logrado atacarnos.
Estamos seguros de nuestra victoria en la próxima guerra contra Israel, porque confiamos en Dios, y eso significa que estamos del lado de la ley y de la justicia.
Las palabras del Sr. Huzi (de Yemen) resumen bien esta idea. Él dijo que MBS cuenta con el apoyo de EEUU, los israelíes, satélites, armas, municiones y aviones y, a pesar de eso, ha perdido. Nosotros teníamos nada y resistimos. Esa es la prueba de que Dios está con nosotros.
De acuerdo con la lógica de la evolución de los acontecimientos en la Palestina ocupada, me veo rezando en Al Quds, pero nadie sabe lo que Dios nos reserva, y por lo tanto, de acuerdo con la lógica de Al Gaib (el Más Allá), no conozco el futuro. Sin embargo, la verdad es que Israel es una entidad que ha perdido su capacidad de sobrevivir. Solo se sostiene gracias al apoyo de EEUU. Eso es todo. Pero ni siquiera EEUU puede desembarcar en el Mediterráneo para salvar a Israel si este no tiene capacidades de supervivencia.
El acuerdo del siglo
El “acuerdo del siglo” fracasó porque sus promotores no entienden los factores del éxito. Él está además socavado desde dentro. Al Quds impide que este “acuerdo” pueda triunfar. No habrá un palestino, ni cristiano ni musulmán, que acepte ceder Al Quds y los lugares sagrados a Israel.
Con Arafat, las negociaciones se estancaron en este punto. La arrogancia de EEUU lanzó el golpe de gracia contra el acuerdo con la decisión de Trump de reconocer a la ciudad palestina de Al Quds como capital de Israel.
Dicho esto, creo que sus promotores no lograrán ningún resultado y eso por varios motivos:
– La unidad de los palestinos. Incluso si el mundo entero apoyara el acuerdo, si los palestinos no lo firman, no habrá posibilidad de implementarlo.
– La resistencia de Irán.
– La victoria de Siria.
– La victoria de Iraq.
– La resistencia de Yemen. Si MBS hubiera ganado la guerra en Yemen, se habría presentado como el príncipe-héroe árabe, protector de las Dos Mezquitas Sagradas y habría impuesto el acuerdo a los palestinos.
No hay ningún país árabe lo suficientemente poderoso que apoye el “acuerdo del siglo”. ¿Quién se atreverá a respaldarlo pública y oficialmente? Nadie, ni siquiera MBS.
– No hay entusiasmo árabe por este “acuerdo del siglo”. Por el contrario, ha generado problemas en países como Jordania, que duda que fuera a seguir existiendo si este acuerdo se implementara.
– Preocupaciones internas en Israel por la corrupción.
Y, de este modo, este acuerdo no tiene futuro, como dijo Pompeo.
Es una sorpresa que Mahmud Abbas resista y rechace este acuerdo, incluso cuando dije que ningún palestino aceptará abandonar los lugares sagrados de Al Quds.
El peligroso tema de la naturalización (de los refugiados palestinos en los países donde están asentados) no depende de la decisión de Trump ni su voluntad. Esta cuestión depende de la voluntad del Estado que los acoge y la de los propios palestinos. Por ejemplo, en el Líbano, los palestinos difunden la cultura del retorno a Palestina de generación en generación. Ellos perpetúan esta idea entre ellos colgando en sus paredes las llaves de sus antiguas casas en Palestina. Del lado libanés, la Constitución y la voluntad de las fuerzas políticas rechazan la naturalización de los palestinos en el Líbano, lo que no significa que no queramos mejorar sus condiciones de vida.
Nuestro presidente dice a este respecto que “el mundo puede aplastarme, pero no firmaré un decreto de naturalización de los palestinos”. Así pues, no me preocupa este tema en el Líbano, pese a que pueda haber ciertos libaneses que se dejen arrastrar por las amenazas, las presiones y la seducción de los estadounidenses.
Gracias a la firme voluntad libanesa, nadie podrá imponernos la naturalización.
La delimitación de las fronteras
El problema de la delimitación de las fronteras es responsabilidad del Estado. Este tema está a cargo del Presidente del Parlamento, Nabih Berri. Las negociaciones aún no han comenzado y ya hay problemas. Los israelíes se niegan a que la ONU sea la que las patrocine. Quieren que sea EEUU, que busca materializar los intereses israelíes.
Según los expertos, es necesario delimitar las fronteras terrestres antes delimitar las fronteras marítimas, pero los israelíes intentan a través de esta delimitación intercambiar parcelas de tierra. Esto no es bueno porque podemos intercambiar tierras ricas en agua o colinas estratégicas, etc.
En el mar, no hay una delimitación marítima. Berri insiste en vincular la delimitación terrestre y marítima por una razón esencial. La delimitación marítima comienza con la terrestre. Si estamos en desacuerdo en este último punto no habrá acuerdo en los otros y entonces tenemos un problema. Los israelíes pueden colocar un mojón aquí y esto afectará a la delimitación marítima.
No hay lógica en negociar la delimitación marítima sin regular la delimitación terrestre.
Pero, a fin de cuentas, esta cuestión está vinculada al Estado porque afecta a su soberanía.
Ciertamente, todos estos puntos litigiosos están bajo la protección de la Resistencia. Nosotros defendemos nuestra tierra libanesa. Se nos dice que las compañías no vendrán mientras la cuestión no esté resuelta ni habrá extracción de petróleo.
Os garantizo que os traeré una compañía para explotar una zona donde haya un punto de discordia y no necesariamente una iraní. Muchas están dispuestas a trabajar con el Líbano y no tienen miedo. Saben que Israel no se atreverá a responder.
El tema sirio
Siria ha frustrado el proyecto estadounidense en la región. Quedan asuntos pendientes, como Idleb, el tema político, el norte de Siria, pero todos los temas se está resolviendo. Puedo asegurar que con respecto a Siria ya no hay vuelta atrás.
La lucha de Idleb es una cosa, y la batalla de la liberación de Idleb es otra. En este tema, Rusia no nos dicta nada. En primer lugar, somos amigos de Rusia. Es Siria quien media entre nosotros y Rusia. No debemos olvidar que Rusia no es parte del eje de resistencia.
La batalla actual, que es una batalla de primera línea, no es la batalla de liberación y los sirios no nos pidieron participar. Fuimos a Siria y adonde nos dijeron que fuéramos, fuimos. No hemos ido a mostrar nuestros músculos, por lo que cuando Siria no nos pide nada, respetamos eso.
La presencia de Hezbolá en Siria se ha reducido, pero nuestros combatientes todavía están presentes en sus bases. Estamos donde tenemos que estar en Siria. Ahora, el Ejército sirio ha recuperado sus unidades y cree que no nos necesita. En todos los frentes el Ejército sirio está presente. Nosotros no estamos totalmente separados de los frentes, e independientemente de las sanciones, etc, si vemos que necesitamos un número más limitado de combatientes de Hezbolá, retiramos unidades porque la situación es segura.
De hecho, hemos llevado a cabo una remodelación de nuestras unidades. Estamos en todos los lugares donde estuvimos, pero en un número más limitado.
Si la necesidad obligara a volver en el número y la fuerza anteriores, no dudaríamos en hacerlo a pesar de las sanciones.
Fuimos a Siria para ayudar al pueblo sirio a resistir contra un cierto proyecto.
Respecto a la presencia iraní en Siria, los funcionarios rusos no han dicho a los iraníes que deban abandonar Siria. La necesidad de que estén presentes en Siria todavía existe y, por lo tanto, hablando de manera pragmática, no es del interés de Rusia de que los iraníes salgan de Siria, aunque los israelíes han tratado de convencer a Rusia de lo contrario.
Algunos dirigentes árabes se refugian en ilusiones. Por ejemplo, sus medios han afirmado que enfrentamientos tuvieron lugar entre las fuerzas iraníes y rusas.
Ellos deben saber que existe una cooperación seria entre Rusia e Irán a todos los niveles. Rusia e Irán están más cerca que nunca. Ciertamente puede haber conflictos de interés pero no hay ningún punto de discordia. Además, los iraníes señalan que su presencia está relacionada con la voluntad del presidente Assad.
Las agresiones israelíes contra Siria no están en aumento. Estos ataques continúan pero no han cambiado en su esencia. No hay objetivos serios. Netanyahu solo quiere recordar la región, al mundo y a Siria que él todavía está ahí.
Israel dice querer evitar que Irán permanezca en Siria. Al principio afirmó que estaba atacando para evitar que las armas llegaran a Hezbolá, pero es demasiado tarde para eso. Tenemos todo lo que necesitamos.
Por otro lado, los iraníes no saldrán de Siria dado que su permanencia es la voluntad de los sirios e iraníes.
A través de sus ataques, los israelíes no sirven a sus intereses. Se trata de actos caóticos.
Solo Siria puede responder contra estos ataques, porque hay un comandante de la batalla. Ese comandante no es Hezbolá. Sin embargo, si un combatiente de Hezbolá muere durante estas acciones israelíes, responderemos desde el Líbano. Ellos lo saben y por eso nos evitan.
El comandante de la batalla siria es el liderazgo sirio y este ha establecido prioridades. La prioridad ahora es luchar contra los terroristas y no librar ahora una guerra contra Israel, lo que significa que Siria se contenta con luchar por medio de sus defensas antiaéreas. Los sirios han tomado la decisión de defenderse y esta es una actitud valerosa.
Esto no quiere decir que esta es su decisión final. Todo puede cambiar, Siria puede contraatacar cuando lo decida.
Dicho esto, para responder a su pregunta, de hecho, me reúno con el Presidente Assad a menudo como parte de la nuestra cooperación y nuestra alianza.
Irán frente a EEUU
¿Habrá una guerra entre EEUU e Irán? Se presentan varias hipótesis:
Irán ya dejó en claro que nunca lanzará una guerra. Él no la iniciará. La administración Trump no puede ir a la guerra. El Congreso tampoco la apoya, pero algunos líderes de EEUU la quieren.
Israel es una herramienta del proyecto estadounidense para apoderarse de los recursos de la región. Del mismo modo, Trump no es un funcionario que actúe por cuenta de Ben Salman y otros.
Por ello, descarto una guerra de EEUU contra Irán. Trump afirma que Irán está experimentando “protestas masivas” luego de su retirada del acuerdo nuclear. Él parece estar recibiendo informes de inteligencia falsos.
EEUU sabe que una guerra contra Irán sería demasiado costosa.
Se habla de que intercambios de ataques podrían tener lugar sin convertirse en una guerra. Esta opción también es muy improbable y el incidente del dron estadounidense derribado en el espacio aéreo iraní lo demuestra. Los líderes estadounidenses no hicieron nada y los medios de comunicación de EEUU informaron que una operación militar planificada se canceló en el último momento. En todo caso, los iraníes han dicho que cualquier ataque limitado daría lugar a una guerra.
Por qué el ataque estadounidense fue anulado
De hecho, los iraníes enviaron un mensaje a través de un tercero en el que señalaron que responderían a cualquier ataque de EEUU contra objetivos iraníes. Por este motivo, el ataque norteamericano fue cancelado. Sin embargo, la atmósfera de guerra reina en la región.
Los iraníes están estudiando bien la situación. Ellos tienen principios y una gran sabiduría.
Irán no negociará directamente con EEUU. Esta es una posición unánime en la República Islámica. Irán nunca discute bajo la presión de los embargo y las sanciones.
En lo que respecta a los esfuerzos internacionales, los iraníes no tienen ningún problema con este tipo de acción y están abiertos a cualquier intento de resolver el problema. Pero corresponde a los estadounidenses tomar medidas dirigidas a normalizar la situación, como levantar las sanciones y detener la política de intimidación.
Los iraníes no van a capitular ante el embargo y las sanciones. Nunca jamás. Ellos son maestros en convertir las dificultades en oportunidades. Las sanciones estadounidenses darán a los iraníes un impulso para fortalecer su economía de resistencia sin mencionar sus vínculos con países como Rusia, China y otros.
Algunas potencias importantes mantienen unas buenas relaciones con Irán, y los iraníes son ingeniosos en el desarrollo de una gran fuerza económica.
Los iraníes han advertido que si la laxitud europea continúa, elevarán el nivel de enriquecimiento de uranio, y eso es lo que hicieron sucesivamente.
Los europeos tienen la responsabilidad principal en este asunto. Deben buscar una solución real. Trump no aceptará ni la mediación de Putin ni la mediación de China.
Diálogo entre Irán y Arabia
Sería en beneficio de todo el mundo que Irán y Arabia Saudí llevaran a cabo un diálogo, pero los saudíes siempre han respondido negativamente a las propuestas de diálogo lanzadas por Mohammad Yavad Zarif.
La guerra en Yemen es la única razón por la que lanzamos una guerra mediática contra los saudíes.
Para comenzar un diálogo serio, la guerra en Yemen debe detenerse primero. De lo contrario, no habrá una plataforma para este diálogo, y siempre llamamos a que tal diálogo se lleve a cabo.
Una guerra de EEUU contra Irán sería destructiva para toda la región
Todos los pueblos de la región deben trabajar para prevenir una guerra de EEUU contra Irán. Dejad de lado el rencor saudí, dejad de apostar por la guerra y haced que vuestros cerebros funcionen. Todos los expertos confirman que una próxima guerra sería altamente destructiva para la región. Entonces, ¿quién se beneficiará de tal guerra? En el Líbano y en otros lugares, hablamos de distanciarnos de cualquier posible conflicto. Pero sabed que nadie estará a salvo de semejante guerra.
Por ejemplo, en los Emiratos Árabes Unidos, el pueblo y el poder deben estudiar qué será de ellos en caso de guerra. Mohammad ben Zayed debe dejar de lado su rencor y responder a esta pregunta. Esta regla se aplica a cualquier país que participe en una guerra contra Irán y que preste su territorio a los estadounidenses. EEUU no buscará proteger a los países del Golfo Pérsico. La destrucción de un país u otro no beneficiará a ninguna de las partes en la región.
Israel no estaría al abrigo de tal conflicto
Supongamos que estalla la guerra, ¿qué nos quedaría a los árabes frente a la hegemonía israelí? La República Islámica ha sido durante muchos años la barrera contra los planes de la arrogancia. Si Irán fuera destruido, el mundo árabe se derrumbaría en pedazos y el plan del gran Oriente Medio sería implementado. Todos deben estar en guardia contra los resultados desastrosos de una posible guerra regional, tanto desde el punto de vista humano como político. Todos debemos rechazar esta guerra.
La región se incendiará en caso de guerra contra Irán. Compartimos esta visión con otras fuerzas amigas. La entidad sionista y los Al Saúd serán los que paguen en primer lugar el precio de un posible conflicto. ¿Quién dijo que Israel estará a salvo en una guerra futura? Irán será el primero en golpear a Israel en caso de guerra.
Además, el eje de resistencia no quedará de brazos cruzados. Israel debe saber que no se salvará en una guerra así.
Todos debemos trabajar para proteger la región de una posible guerra. Netanyahu y el lobby sionista en EEUU deben saber que una posible guerra significa la destrucción y el fin de Israel.
EEUU debe darse cuenta de que su potencial, sus bases militares e Israel estarán bajo fuego, y nuestro lado puede cambiar las ecuaciones.
Irán no estará solo en la guerra.
Trunp quiere comunicarse con Hezbolá
Trump quiere negociar con Irán. Eso es todo lo que está buscando. ¿Sabéis que el gobierno de Trump intentó abrir canales de comunicación con Hezbolá? Pero nos negamos.
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