por The Saker, en The Vineyard of The Saker. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
[Este análisis fue escrito para The Unz Review]
Mentiras, malditas mentiras y estadísticas
Resulta que Trump y el Pentágono estaban mintiendo. De nuevo. Esta vez en torno al verdadero impacto del contraataque iraní sobre las fuerzas estadounidenses en Irak. Primero, afirmaron que no había personal estadounidense herido, solo para finalmente tener que confesar que 34 soldados habían sufrido una lesión cerebral traumática (que Trump “reclasificó” como un “dolor de cabeza”). Luego tuvieron que admitir que no eran realmente 34, ¡sino 50!
Según algunas fuentes, no todo el personal de Estados Unidos estaba encondido en búnkeres y algunos se desplegaron para defender el perímetro de la base. Cualquiera que sea el caso, esto agrega otra indicación más de que el contraataque iraní fue mucho más robusto de lo que originalmente informó el Imperio. De hecho, fuentes iraníes indican que, tras el ataque, se trasladaron varias víctimas heridas a Israel, Kuwait y Alemania. De nuevo, probablemente nunca descubramos la verdad completa sobre lo que sucedió esa noche, pero ahora hay dos cosas ciertas:
- El ataque iraní fue extremadamente efectivo y es innegable que todas las fuerzas estadounidenses/OTAN/israelíes en la región ahora están expuestas tal patos sentados esperando el próximo ataque iraní.
- El tío Shmuel ha tenido que subestimar dramáticamente el alcance real y la naturaleza del contraataque iraní.
Ahora, seamos claros acerca de la calidad de la alerta que tuvo el personal de los Estados Unidos. Ahora sabemos al menos que se recibieron las siguientes advertencias:
- Alerta a través del gobierno iraquí (a quien los iraníes informaron sobre sus intenciones).
- Alerta a través de las autoridades suizas (que representan los intereses estadounidenses en Irán y a quienes Irán informó sobre sus intenciones).
- Alerta a través de las capacidades de reconocimiento/inteligencia de EEUU en tierra, aire y espacio.
Y, sin embargo, a pesar de estas condiciones casi ideales (desde el punto de vista de la defensa), ahora vemos que ni un solo misil iraní fue interceptado, que todos los misiles impactaron con una precisión muy alta, que la propia base estadounidense sufrió daños extensos (incluída la destrucción de helicópteros y drones) y que había decenas de personal herido (vea este artículo para una discusión detallada de las imágenes posteriores al ataque).
Si consideramos este ataque principalmente como una operación de “prueba de concepto”, entonces queda bastante claro que en el lado iraní lo que se demostró fue un excelente grado de precisión y una capacidad robusta de misiles balísticos, mientras que en el lado estadounidense lo única cosa que demostró este golpe fue que las fuerzas estadounidenses en la región son extremadamente vulnerables al ataque con misiles iraníes. Imagínense si los iraníes hubieran querido maximizar las bajas estadounidenses y si no hubieran dado ninguna advertencia de ningún tipo, ¿cuál sería el recuento entonces? ¿Qué pasaría si los iraníes hubieran apuntado a, digamos, depósitos de combustible y arsenales de municiones, edificios donde habitaba personal estadounidense, instalaciones industriales (incluyendo los nodos logísticos clave del CENTCOM), puertos o incluso aeródromos? ¿Puedes imaginar el tipo de infierno que los iraníes habrían desatado contra instalaciones básicamente desprotegidas?
¿Todavía tiene dudas?
Luego pregúntese por qué Trump y compañía tuvieron que mentir y minimizar el alcance real del ataque iraní. Es bastante obvio que la Casa Blanca decidió mentir y presentar el ataque como casi sin impacto porque si hubiera admitido la magnitud del ataque, entonces también habría tenido que admitir la total impotencia para detener o incluso degradar significativamente eso. No solo eso, sino que un público estadounidense indignado (¡la mayoría de los estadounidenses todavía cree la línea tradicional de propaganda sobre “la mayor fuerza militar en la historia de la galaxia”!) habría exigido un contraataque en represalia contra Irán, lo que habría desencadenado un ataque iraní inmediato contra Israel que, a su vez, habría hundido a toda la región en una guerra masiva para la que Estados Unidos no tenía estómago.
Compare eso con las afirmaciones iraníes que, si acaso, posiblemente exageraron el impacto del ataque y afirmaron que 80 militares resultaron afectados (agregaría aquí que, al menos hasta ahora, el gobierno iraní ha sido mucho más sincero y menos inclinado a recurrir a mentiras crudas que a lo que lo ha hecho Estados Unidos). Claramente, los iraníes estaban listos para exactamente el tipo de escalada adicional que Estados Unidos quería evitar a casi cualquier costo.
Entonces, ¿qué sucedió realmente?
Hay dos formas básicas de defenderse de un ataque: denegación y castigo. La denegación es lo que los sirios han estado haciendo contra Estados Unidos e Israel cada vez que derriban misiles entrantes. La denegación es ideal porque minimiza tus propias bajas y no necesariamente sube la “escala del escalamiento”. En contraste, el castigo es cuando no evitas un ataque, pero infliges un contraataque de represalia en el lado atacante, pero solo después de ser atacado tú mismo. Eso es lo que los EEUU podrían hacer contra Irán, prácticamente en cualquier momento (sí, al contrario de algunas afirmaciones poco realistas, las defensas aéreas iraníes no pueden evitar que las fuerzas armadas de EEUU inflijan un daño inmenso en Irán, su población y su infraestructura).
El problema con castigar a Irán es que se trata de un enemigo que realmente está dispuesto a absorber pérdidas inmensas siempre y cuando estas pérdidas finalmente conduzcan a la victoria. ¿Cómo disuades a alguien que está dispuesto a morir por su país, su gente o su fe?
No tengo dudas de que los iraníes, que son excelentes analistas, son plenamente conscientes del daño que Estados Unidos puede infligir. El factor clave aquí es que también se dan cuenta de que una vez que Estados Unidos descargue sus misiles y bombarderos y una vez que destruyan muchos (si no todos) sus objetivos, no les quedará nada más para tratar de contener a Irán.
Así es como puedes pensar en la estrategia iraní:
- Si Estados Unidos no hace nada o solo realiza ataques simbólicos (digamos, como los ataques de Israel en Siria), los iraníes pueden simplemente ignorar estos ataques porque si bien son muy efectivos para darles a los estadounidenses (o los israelíes) una ilusión de poder, realmente no logran nada militarmente significativo.
- Si Estados Unidos finalmente decide atacar a Irán con fuerza, agotará su “carta de castigo” en ese contraataque y no tendrá más opciones para disuadir a Irán.
- Si los EEUU (o Israel) deciden usar armas nucleares, tal ataque simplemente le dará una “carta de comodín político” a Irán diciendo en esencia “ahora estás justificado en cualquier represalia que se te ocurra”. ¡Y Ud. puede estar absolutamente seguro de que el iraní presentará todo tipo de represalias más dolorosas!
Ud. puede pensar en la postura actual de los Estados Unidos como “binaria”: es “todo apagado” o “todo encendido”. No por elección, por supuesto, pero estas condiciones son el resultado de las realidades geoestratégicas del Medio Oriente y de las muchas asimetrías entre los dos lados:
Lo anterior es, por supuesto, una simplificación, pero también es fundamentalmente cierto. Y la razón de estas asimetrías radica en una diferencia muy simple pero crucial: a los estadounidenses se les ha lavado el cerebro para creer que se pueden ganar grandes guerras a bajo precio. Los iraníes no tienen tales ilusiones (ciertamente no después de que Irak, respaldado por los Estados Unidos, la URSS y Europa, atacó a Irán e infligió una inmensa destrucción a la sociedad iraní). Pero la era de las “guerras a bajo precio” ahora ha terminado.
Además, los iraníes también saben que por sí sola la superioridad aérea de los Estados Unidos no resultará mágicamente en una victoria de los Estados Unidos. Finalmente, los iraníes han tenido 40 años para prepararse para un ataque estadounidense. Los Estados Unidos solo han sido notificados desde el 8 de enero de este año.
Una vez más, para los Estados Unidos, es “todo adentro” o “todo afuera”. Vimos el “todo afuera” en los días posteriores al contraataque iraní y podemos tener una idea de cómo se vería el “todo adentro” al rememorar las operaciones israelíes contra Hezbolá en 2006.
Sin embargo, los iraníes tienen una capacidad de escalada mucho más gradual, que precisamente acaban de demostrar con su ataque a las fuerzas estadounidenses en Irak: pueden lanzar solo unos pocos misiles, o pueden lanzar cientos de ellos. Pueden intentar maximizar las bajas de los EEUU o pueden decidir ir tras la infraestructura del CENTCOM. Pueden elegir atacar al Tío Shmuel directamente, o pueden decidir golpear a sus aliados (Reino de Arabia Saudita) y jefes (Israel). Pueden elegir tomar crédito por cualquier acción, o pueden esconderse detrás de lo que la CIA llama negación plausible.
Entonces, si bien los EEUU y el Imperio Anglosionista en su conjunto son mucho más poderosos que Irán, Irán ha desarrollado hábilmente métodos y medios que le permiten tener el control de lo que los analistas militares llaman el “dominio de la escalada”.
¿Irán acaba de “apoyar” al todopoderoso Estados Unidos?
¿Te acuerdas de Michael Ledeen? Él es el neocon al que se le ocurrió este aforismo histórico: “Cada diez años más o menos, Estados Unidos necesita recoger un pequeño país horrible y tirarlo contra la pared, solo para mostrarle al mundo que hablamos en serio”.
¿No es irónico que Irán haya hecho exactamente eso, tomaron a los Estados Unidos y “lo arrojaron contra la pared, solo para demostrar que hablaban en serio”, no?
¿Y qué nos dice todo esto?
Por un lado, el ejército de los Estados Unidos está en reales problemas. Es bastante obvio que las defensas aéreas estadounidenses son irremediablemente ineficaces: vimos su “desempeño” en Arabia Saudita contra los ataques hutíes. La verdad es que los misiles Patriot nunca funcionaron adecuadamente, ni en la primera Guerra del Golfo, ni en la actualidad. La gran diferencia es que el Iraq de Saddam Hussein no tenía misiles de alta precisión y que sus intentos de atacar a los Estados Unidos (o Israel, para el caso) no eran muy efectivos. Por lo tanto, fue fácil para el Pentágono eludir el rendimiento real (¡o la falta del mismo!) de sus sistemas de armas. Ahora que Irán ha sido capaz de apuntar con precisión algunos edificios mientras ignora cuidadosamente otros, muestra que todo el Medio Oriente ha entrado en una era radicalmente nueva.
Segundo, es igualmente obvio que las bases estadounidenses en el Medio Oriente son muy vulnerables a los ataques con misiles balísticos y de crucero. Las defensas aéreas son una rama militar muy complicada y de alta tecnología y, a menudo, lleva años, si no décadas, desarrollar un sistema de defensa aérea verdaderamente efectivo. Debido en parte a su tendencia a atacar solo a los países débiles y poco defendidos, y también debido al disuasivo muy real que las fuerzas armadas de los EEUU solían entregar en el pasado, los EEUU nunca tuvieron que preocuparse realmente por las defensas aéreas. Los “chicos pequeños” no tenían misiles, mientras que los “chicos grandes” nunca se atreverían a atacar abiertamente a las fuerzas del tío Shmuel.
Hasta hace poco.
Ahora, es el todopoderoso Hegemón Mundial el que ha sido lanzado contra una pared por un Irán mucho más débil y, por lo tanto, este Hegemón Mundial está siendo tratado como un “país pequeño y horrible”.
¡Dulce ironía!
Pero hay mucho más en esta historia.
El verdadero objetivo iraní: sacar a los Estados Unidos del Medio Oriente
Los iraníes (y muchos aliados iraníes en la región) han dejado en claro que la verdadera represalia por el asesinato del general Soleimaní sería lograr una retirada completa de las fuerzas estadounidenses de Irak y Siria en primer lugar, seguida de una retirada completa de todo el Medio Oriente.
¿Qué tan probable es tal resultado?
En este momento, diría que las posibilidades de que eso ocurra realmente son microscópicamente pequeñas. Después de todo, ¿quién podría imaginar seriamente que Estados Unidos se vaya de Arabia Saudita o de Israel? No va a suceder a menos que ocurra un verdadero cataclismo.
¿Qué pasa con países como Turquía o Pakistán, que son formalmente aliados de los EEUU pero que también muestran signos claros de estar hartos del tipo de “mecenazgo” que a los EEUU les gusta impartir a sus “aliados”? ¿Tenemos alguna razón para creer que estos países alguna vez exigirán oficialmente que los mercenarios del tío Shmuel (porque eso es lo que son las fuerzas estadounidenses, invasores pagos) se vayan?
Y luego están los países como Irak o Afganistán que han acogido una insurgencia anti-estadounidense muy exitosa y activa que ha mantenido a las fuerzas estadounidenses acurrucadas en bases fuertemente fortificadas. No creo que haya alguien mentalmente sano por ahí que pueda ofrecer un escenario, incluso poco creíble, de cómo sería una “victoria” estadounidense en estos países. El hecho de que los EEUU permanecieran en Afganistán incluso más tiempo que los soviéticos muestra no solo que las fuerzas soviéticas fueron mucho más efectivas (y populares) que sus contrapartes estadounidenses, sino también que el Politburó de Gorbachov estaba más en contacto con la realidad que el Consejo de Seguridad Nacional de Trump.
Cualquiera que sea el caso, creo que es innegable que las guerras en Irak y Afganistán están perdidas y que ninguna cantidad de grandilocuencia cambiará este resultado. Lo mismo ocurre con Siria, donde EEUU básicamente se aferra por pura terquedad y una incapacidad total para admitir la derrota.
La “visión de paz” del tío Shmuel para Oriente Medio
Acabo de escuchar al Idiota en Jefe presentar con orgullo “su” plan de “paz” de Medio Oriente a Bibi Netanyahu y al mundo. Este último truco muestra dos cosas cruciales sobre la mentalidad en Washington, DC:
- No hay nada que las clases dominantes de los Estados Unidos no hagan para tratar de obtener el favor y el apoyo del lobby de Israel.
- A Estados Unidos no le importa, ni siquiera marginalmente, lo que piensa la gente del Medio Oriente.
Esta dinámica, que no es nada nuevo, pero que recibió una cualitativa “inyección de esteroides” bajo Trump, solo contribuirá aún más al colapso inevitable del Imperio en el Medio Oriente. Por un lado, todos los así llamados “aliados de Estados Unidos” en la región han entendido que el único país que le importa a los Estados Unidos es Israel, y que todos los demás no cuentan para nada. Además, todos los gobernantes del Medio Oriente ahora también saben que estar aliado a los EEUU también significa ser una prostituta barata para Israel, lo que, a su vez, garantiza el suicidio político para cualquier político que no sea lo suficientemente sabio como para oler la trampa. Finalmente, las guerras en Afganistán, Irak, Yemen, Líbano y Siria han demostrado que el “Eje de la Bondad” tiene unas largas hipérbole y arrogancia, pero muy cortas en términos de capacidad de combate real.
La simple verdad es que la abyecta nariz marrón del lobby de Israel en la que Trump se ha involucrado desde el día 1 de su mandato solo sirve para aislar y debilitar aún más a los EEUU en Medio Oriente (¡y más allá, en realidad!).
En este contexto, ¿cuán realista es el objetivo iraní de expulsar al Tío Shmuel de la región?
Como dije, no es realista en absoluto, si se ve únicamente a corto plazo. Pero me apresuro a agregar que es muy realista a mediano plazo si observamos algunos, pero no todos, los países de la región. Finalmente, a largo plazo, no solo es realista, es inevitable, incluso si los iraníes mismos no hacen mucho, o nada en absoluto, para que eso suceda.
Conclusión: los días de “Israel” están contados
Los israelíes nos han estado alimentando a todos con una dieta constante acerca de que este o aquel país o político es un “nuevo Hitler” que gaseará a 6 millones de judíos “otra vez”, o quiere borrar a Israel “del mapa” o incluso participar en un nuevo Holocausto. Gilad Atzmon llama brillantemente a este trastorno mental, “trastorno de estrés pre-traumático”, y esta definición es perfecta. Los israelíes utilizaron principalmente este “geschrei* preventivo” como una forma de obtener la mayor cantidad posible de concesiones (y dinero) de los goyim occidentales. Pero en un sentido profundo, es posible que los israelíes sean al menos tenuemente conscientes de que todo su proyecto simplemente no es viable, que no se puede garantizar la supervivencia de ningún estado aterrorizando a todos sus vecinos. La violencia, especialmente la violencia viciosa, rabiosa, puede aterrorizar a las personas, pero solo por un tiempo determinado. Tarde o temprano, el alma humana superará cualquier miedo, no importa cuán visceral sea, y reemplazará ese miedo por un nuevo e inmensamente poderoso sentido de determinación.
Esto es lo que dijo Robert Fisk en el lejano 2006, hace 14 años:
Escuchaste a Sharon, antes de que sufriera un derrame cerebral masivo, usó esta frase en la Knesset, sabes, “Los palestinos deben sentir dolor”. Esto fue durante una de las intifadas. La idea de que si continúas golpeando y golpeando y golpeando a los árabes, se someterán, que eventualmente se arrodillarán y te darán lo que quieres. Y esto es totalmente, totalmente delirante, porque ya no se aplica. Solía aplicarse hace 30 años, cuando llegué por primera vez a Oriente Medio. Si los israelíes cruzaron la frontera libanesa, los palestinos se subieron a sus autos y condujeron a Beirut y fueron al cine. Ahora, cuando los israelíes cruzan la frontera libanesa, Hezbolá se sube a sus autos en Beirut y corre hacia el sur para unirse a la batalla contra ellos. Pero la clave ahora es que los árabes ya no tienen miedo. Sus líderes tienen miedo, los Mubaraks de este mundo, el presidente de Egipto, el Rey Abdulá II de Jordania. Están asustados. Se sacuden y tiemblan en sus mezquitas doradas porque nos apoyaron. Pero la gente ya no tiene miedo.
Robert Fisk
Lo que era cierto solo para algunos árabes en 2006, ahora se ha convertido en realidad para la mayoría (¿quizás incluso para todos?) en 2020. En cuanto a los iraníes, nunca han temido al Tío Shmuel, ellos son los que “inyectaron” a un Hezbolá recién creado este tipo de “coraje especial” cualitativamente nuevo (¡que es el ethos chiíta, realmente!) cuando se fundó este movimiento.
Los imperios pueden sobrevivir a muchas cosas, pero una vez que ya no son temidos, su final está cerca. El ataque iraní demostró una nueva realidad fundamental para el resto del mundo: Estados Unidos le tiene mucho más miedo a Irán que Irán a los Estados Unidos. Los gobernantes y políticos estadounidenses, por supuesto, afirmarán lo contrario. Pero ese esfuerzo inútil para remodelar la realidad ahora está condenado al fracaso, aunque solo sea porque incluso los Hutis ahora pueden desafiar abierta y exitosamente el poder combinado del “Eje de la Bondad”.
Puedes pensar en los líderes estadounidenses e israelíes como la orquesta en el Titanic: tocan bien, pero no, obstante ello, se mojarán y luego morirán.
El Saker
(*geschrei: la palabra yiddish para gritar, berrear, chillar)
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