por Sayyed Hassan Nasralá, secretario general de Hezbolá. Selección y presentación por redacción Al Manar en castellano. En Al Manar en castellano
El secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá, ha señalado que “el diagnóstico que hemos hecho desde el principio fue que es nuestro deber legítimo y nacional enfrentar el ataque de los takfiris para impedir la consecución de los objetivos de Israel en la región”.
Hablando en la ceremonia de luto de Ashura, dedicada a la conmemoración de la tragedia de Kerbala (en la que el nieto del Profeta Muhammad, el Imam Hussein, fue asesinado por el ejército de Yazid, hijo de Muawiya) Sayyed Hassan Nasralá subrayó: “Desde el principio, nuestra posición fue enfrentar el ataque takfiri llevado a cabo por Al Qaida, el Frente Al Nusra y el Daesh. Grupos takfiris vinieron de las cuatro esquinas del mundo y les ofrecieron todas las facilidades”.
“Al principio, la situación no era clara para algunos, excepto para que los estadounidenses, que, según la admisión de Donald Trump, apoyaron y ofrecieron todo tipo de facilidades a los takfiris”.
Sayyed Hassan Nasralá se preguntó: “Sin nuestra lucha y resistencia contra este ataque terrorista, ¿cuál hubiera sido el destino de la región? del Líbano? de Iraq? de Siria? de Irán? e incluso de los Estados del Golfo? ¿Quién duda todavía de que EEUU y la entidad sionista están detrás de los grupos terroristas?”
Sayyed Nasralá insistió en que “el deber legítimo y nacional es luchar contra el terrorismo para impedir que Israel obtenga todo lo que quiere en la región”.
En cuanto a Iraq, él indicó que “la fatua del Gran Ayatolá Ali Sistani encaja, precisamente, en esta perspectiva: la de confrontar al grupo terrorista Daesh. Si el pueblo iraquí no hubiera aceptado esta fatua y si no se hubiera comprometido a defender su patria, el Daesh habría ocupado todo Iraq”.
“Hoy en día, Iraq está próximo a la victoria y esa liberación total es gracias a la bendición de la victoria de la Justicia”.
En lo que se refiere a la entidad sionista, Sayyed Nasralá subrayó que “si la resistencia no hubiera confrontado al enemigo israelí en aquella situación ¿qué habría sido del Líbano? Nadie duda de que el Líbano habría sido ocupado por colonias israelíes y que una parte del pueblo libanés habría vivido en campos de refugiados, tanto dentro como fuera del país. Las prisiones habrían estado llenas de jóvenes y todo el mundo habría vivido una situación de humillación bajo la ocupación israelí, sin contar con que las riquezas del país habrían sido robadas por la entidad sionista”.
Él concluyó diciendo: “Pero una resistencia fue llevada a cabo contra Israel en base a un llamamiento en pro de la lucha por la Justicia, un llamamiento que insiste en el deber de confrontar al enemigo y no esperar la ayuda de nadie en el mundo. Es gracias a este llamamiento que la Resistencia existe y que la victoria fue lograda”.
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