por William Shryver. En Imetatronik. Publicado originalmente el 29 de abril de 2025. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
Después de que el USS Trembling Puppy (Cachorro Tembloroso. Nota del traductor) reconociera la pérdida de otro avión de combate en medio de un ataque con misiles yemeníes, han surgido muchas especulaciones sobre lo que realmente sucedió.
La historia “oficial” es que un F/A-18 y su tractor de remolque fueron arrojados por la borda mientras realizaban “maniobras evasivas” ante la llegada de misiles de crucero antibuque yemeníes.
Muchos se muestran escépticos ante la historia “oficial” sobre que el avión cayó por la borda como resultado de una maniobra evasiva.
Algunos piensan que un portaaviones estadounidense ni siquiera intentaría una “maniobra evasiva” para eludir un misil de crucero. Pero los portaaviones estadounidenses están entrenados en esas maniobras, aunque sospecho que tienen una eficacia potencial limitada.
Algunos creen que los yemeníes pueden haber usado drones merodeadores para derribar un F/A-18 que se aproximaba al portaaviones. Es una conjetura interesante y, aunque no la descarto de plano, la considero menos probable que la “historia oficial”.
Consideremos primero los misiles de crucero antibuque, que son “heredados” iraníes o al menos están basados en diseños iraníes antiguos, con un alcance de hasta 2000 km, una velocidad de ~0,7 Mach y una ojiva de ~250 kg.
Desde un punto de lanzamiento en Yemen, se necesitaría más de una hora de vuelo para recorrer la distancia de más de 1.000 kilómetros hasta el grupo de ataque del portaaviones en el norte del Mar Rojo.
Se debe suponer que los recursos de vigilancia estadounidenses pueden rastrear tales lanzamientos de misiles a lo largo de toda su trayectoria, por lo que el CSG-8 (Carrier Strike Group-8. Grupo de Ataque de Portaaviones-8. Nota del traductor) debería haber sido informado continuamente de la posición de los diversos componentes del paquete de ataque.
En otras palabras, el contralmirante Sean R. Bailey, comandante del Grupo de Ataque de Portaaviones Ocho, y el capitán Christopher “Chowdah” Hill, comandante del USS Harry S. Truman (CVN-75) (CVN: Portaaviones de propulsión nuclear. Nota del traductor), ambos deberían haber tenido inteligencia en tiempo real en todo momento durante más de 4 horas de tiempo de vuelo del dron y más de una hora de tiempo de vuelo del misil de crucero.
Dicho esto, el avión no tripulado MQ-9 Reaper es uno de los componentes integrales de la capacidad de vigilancia persistente de Estados Unidos y, como se ha informado ampliamente, los yemeníes ya han derribado 22 de ellos, varios de ellos solo en el último mes. De modo que es perfectamente posible que la vigilancia estadounidense de estos lanzamientos de misiles pueda quedar inhabilitada de forma significativa.
En cualquier caso, calculo que los yemeníes están disparando misiles de crucero que, en el mejor de los casos, tienen una probabilidad de error circular de 250 m a una distancia de más de 1.000 km. Incluso una salva de una docena tendría dificultades para impactar en un barco en movimiento a 1.000 kilómetros de distancia, y los yemeníes normalmente sólo han disparado 2 o 3 en cada salva.
Pero aparentemente al menos uno logró atravesar las defensas aéreas perimetrales y la patrulla aérea de combate en esta ocasión particular, y se encontraba en una trayectoria amenazante hacia el Trembling Puppy.
Por lo tanto, el capitán Soggy Cookie (biscocho empapado. Nota del traductor) viró en pánico, arrojando un F/A-18 y su tractor de remolque al mar y arrojando agua salada en la herida aún abierta de la colisión de febrero de 2025 del Trembling Puppy con un buque de carga al norte del Canal de Suez.
De todos modos, independientemente de los detalles aún inciertos, es claramente otra vergüenza indiscutible para la Armada de Estados Unidos, que ha intentado en vano durante un año y medio romper el bloqueo selectivo yemení del Mar Rojo.
Con la reciente incorporación del USS Timid Vinny (CVN-70) (Tímido Vinny: designación burlona del portaaviones de propulsión nuclear Carl Vinson, que encabeza el otro grupo de ataque que los yankis mandaron contra Yemen. Nota del traductor), que se encuentra escondido en algún lugar de las tranquilas aguas azules del norte del Mar Arábigo, el ataque yemení ha sembrado el temor de Alá en cinco grupos de portaaviones separados de la Armada de los Estados Unidos en el transcurso de los últimos dieciocho meses.
Por desgracia, como he observado desde hace mucho tiempo, no quedan guerras fáciles por librar.
En cualquier caso, este simple hecho permanece: contra todo pronóstico y todas las expectativas previas, los yemeníes, crónicamente subestimados, siguen siendo los guardianes de Bab-el-Mandeb y están infligiendo a la Armada de los Estados Unidos una de las derrotas estratégicas más decisivas en su historia fuertemente mitologizada.
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