por John Helmer. En Bailando con Osos. Publicado originalmente el 25 de mayo de 2025. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
* MEGA: “Make the Empire Great Again”
O bien el presidente Donald Trump (imagen de abajo, abajo) no comprende la secuencia de causa y efecto. O bien no puede controlar sus propias operaciones militares y de inteligencia en la guerra contra Rusia. O bien Trump cree que puede engañar al presidente Vladimir Putin (imagen de abajo, arriba), autorizar un ataque contra él personalmente y, posteriormente, cuando el ataque fracasó y Putin respondió con un contraataque contra Kiev, Trump finge: “No sé qué demonios le pasó a Putin… está lanzando cohetes a Kiev y otras ciudades y matando gente, y no me gusta nada”.

Trump entonces amenazó directamente a Putin: “Ya veremos qué hacemos”.
Sigue la secuencia y decide qué es la causa y qué es el efecto.
En la mañana del 20 de mayo, el presidente Putin llegó a Kursk en helicóptero; el Kremlin anunció la visita al día siguiente. Cinco días después, el 25 de mayo, la agencia estatal de noticias RIA-Novosti reveló que se había lanzado un ataque con drones desde Ucrania contra objetivos en Kursk, incluido el helicóptero de Putin.
Para apuntar el ataque ucraniano fue necesario contar con satélites, aviones no tripulados y aviones de ala fija de Estados Unidos “cuyo objetivo era reunir inteligencia electrónica e imágenes de alta definición” y transmitir a operadores ucranianos datos sobre objetivos rusos y guiado de ataque. En los cinco días del 20 al 25 de mayo dispararon la mayor andanada de drones y misiles registrada hasta la fecha. Informes rusos indican que: “En total, nuestras unidades de defensa aérea derribaron más de 1.104 vehículos aéreos no tripulados. La región de Oriol fue la más efectiva en el derribo de drones enemigos, donde 221 vehículos aéreos no tripulados fueron destruidos en la ruta de vuelo hacia la región de Moscú. De acuerdo con lo que viene sucediendo, muchos drones fueron derribados en la frontera sobre las regiones de Bryansk, Kursk y Belgorod”.
El ataque al helicóptero de Putin durante una reunión en Kursk aún no ha sido reportado por los blogueros militares.
En la tarde del 23 de mayo, el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso emitió un comunicado en el que se indicaba que “desde el 20 de mayo hasta las 8:00 de la mañana del 23 de mayo, el número de ataques aéreos multiplicó los habituales, con 788 ataques con vehículos aéreos no tripulados de ala fija y misiles de fabricación occidental contra territorio ruso fuera del área de la operación militar especial. Nuestras fuerzas de defensa aérea destruyeron 776 drones y misiles, aunque, lamentablemente, 12 vehículos aéreos no tripulados lograron atravesar nuestras defensas y alcanzaron sus objetivos”.
El Ministerio afirmó que el motivo del excepcional número de drones y misiles disparados fue “frustrar las conversaciones directas entre Rusia y Ucrania, facilitadas por la Administración estadounidense, diseñadas para resolver el conflicto definitivamente. También parecen tener como objetivo descarrilar la implementación de los acuerdos iniciales alcanzados en Estambul el 16 de mayo, incluido un intercambio masivo de prisioneros”. El Ministerio no reveló el ataque del 20 de mayo contra el helicóptero de Putin. El comunicado del Ministerio finalizó con un aviso previo de represalias militares: “Sin duda, Rusia ofrecerá una respuesta equivalente a la oleada de ataques terroristas perpetrados por el régimen de Kiev. A diferencia de Ucrania, nuestros objetivos se limitarán estrictamente a instalaciones militares y plantas de la industria de defensa. Reiteramos que nuestro compromiso fundamental con la búsqueda constructiva de una solución pacífica mediante el diálogo se mantiene inalterado”.
Más tarde ese mismo día, 23 de mayo, el ministro de Asuntos Exteriores, Sergei Lavrov, respondiendo preguntas de la prensa en Moscú, excusó al presidente Donald Trump de toda culpa. Creemos que estos ataques son resultado directo del apoyo brindado a los nazis ucranianos, principalmente por varios países europeos, encabezados por el Reino Unido, Francia, Alemania y los líderes de la UE. Estamos convencidos de que tienen parte de la responsabilidad por estos crímenes. Presionaremos para poner fin a esta política. Estamos presenciando un claro intento de descarrilar las conversaciones de paz y perturbar el proceso iniciado en Estambul tras un acuerdo entre el presidente Vladimir Putin y el presidente Donald Trump, que ha incluído un intercambio de prisioneros de 1.000 por 1.000 y la elaboración de documentos que establecen las condiciones y requisitos específicos necesarios para alcanzar un acuerdo. Seguiremos trabajando en ello a pesar de las provocaciones… Otro posible motivo detrás de sus acciones es que aún esperan utilizar a algunas personas del establishment estadounidense para que el presidente Trump y su administración vuelvan a un bando antirruso y compartan la responsabilidad o incluso descarguen la culpa. Pero creo que esta vez no lo lograrán”.
En una segunda sesión con periodistas, Lavrov añadió: “El presidente estadounidense Donald Trump ha demostrado una interpretación diferente de la situación. Ha subrayado repetidamente que esto es no es su guerra, sino la de Joe Biden. Precisamente. Su postura —que Estados Unidos actúa en su interés nacional— se extiende al contexto ucraniano. ¿Qué interés nacional tiene Estados Unidos en Ucrania, más allá del objetivo de las administraciones demócratas: de “contener”, “cercar” y “mantener a Rusia en tensión perpetua”? Ninguno. Intereses económicos, por supuesto; nadie prohíbe eso… Observando los acontecimientos en tiempo real, percibo que, en este momento, la administración Trump está actuando precisamente de esta manera. Siempre nos hemos comportado así: nunca sermoneando a los demás, nunca pretendiendo dando lecciones a nadie de como vivir. Esto marca un cambio sustancial en la política de Washington en comparación con las administraciones demócratas anteriores. Sin embargo, vemos que este enfoque de la Casa Blanca ha generado un malestar significativo entre las élites, incluso dentro de los círculos republicanos. Muchos no están acostumbrados a vivir en un mundo donde no lo dictan todo o no buscan controlarlo todo”…
Según Lavrov, se llevará a cabo una segunda ronda de negociaciones directas entre Rusia y Ucrania. —pero no en el Vaticano— y el pliego de condiciones ruso prometido en la primera ronda será archivado. “Eso, al menos, es un avance positivo”, añadió. Este pliego de condiciones incluirá una zona desmilitarizada (DMZ) que se extenderá hacia el oeste desde la frontera estatal rusa, incluyendo Nuevarrusia.
El día anterior, 22 de mayo, Putin había declarado en una reunión de ministros que su estancia en Kursk y el bombardeo que la acompañó “no hacen más que confirmar lo que acabo de decir: los ataques con drones, así como las acciones de sabotaje y reconocimiento, tienen como objetivo el transporte civil, incluyendo ambulancias y maquinaria agrícola. La mayoría de las víctimas son mujeres y niños. Como ya he dicho, se ha tomado la decisión de crear una zona de seguridad intermedia a lo largo de la frontera rusa. Nuestras Fuerzas Armadas están trabajando en ello. También están suprimiendo eficazmente los puntos de fuego enemigos”.
El 24 y 25 de mayo, tuvo lugar la represalia rusa. Los ataques con drones y misiles, informados y cartografiados por Boris Rozhin, duraron más de seis horas.

Al día siguiente, 26 de mayo (hora estadounidense), Trump escaló, culpando a Putin de los ataques de represalia, pero no a los ucranianos ni a las fuerzas estadounidenses por provocarlos. “No estoy contento con lo que está haciendo Putin… algo le pasó a este tipo”, declaró, repitiendo tres veces en cuarenta segundos: “No me gusta nada”, “No me gusta nada”, “No me gusta”.
Luego vino la amenaza: “Pregunta: Señor presidente, ¿qué quiere hacer al respecto? Respuesta: Ya veremos qué hacemos”.
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