por Alfredo Jalife-Rahme. En La Jornada
Quizá este teorema lo sopesan los estrategas de Rusia e Irán, quienes optaron por una actitud prudente frente a la andanada de misiles fallidos que no tocaron a rusos e iraníes en Siria.
Los 109 (sic) misiles coreográficos de Trump fracasaron acertar en 65 por ciento de sus blancos, según el ministerio de la defensa de Rusia que fue alertado por Francia (https://goo.gl/w8qu24), mientras los edificios bombardeados estaban vacíos (https://goo.gl/sXqHzh). Existe discrepancia sobre el conteo de los misiles: de 103 a 109. ¿Dónde quedaron los seis faltantes?
Es hilarante la participación de los 12 misiles de Francia y cuatro de Gran Bretaña (GB), lo que vale serias dudas de Le Figaro que, un día después, expone su “incierto resultado (https://goo.gl/Vno7g2)”, mientras en GB el líder de la oposición laborista, y casi próximo primer ministro, Jeremy Corbyn, arremetió contra la aventura de Theresa May: GB “no debe tomar instrucciones de Washington y colocar al personal militar británico en peligro (https://goo.gl/RuFZDX)”.
Esquivo el crapuloso montaje del rusiagate por el espía británico del MI6, Christopher Steele, sicofante de los Clinton.
También soslayo el dictamen del laboratorio suizo que inculpa a los servicios de EU y GB de haber fabricado la “BZ toxina” usada en Salisbury para envenenar al desertor doble espía ruso Sergei Skripal y su hija Julia (https://goo.gl/5WEW7J).
Omito las dubitaciones del rotativo francés Le Monde, muy cercano a la cancillería sobre las “numerosas incógnitas (¡mega-sic!) en torno del ataque químico” en los suburbios de Damasco (https://goo.gl/vRs29g). Curiosamente, el “misterioso centro químico” bombardeado en Damasco “tuvo la colaboración en su creación por Francia en la década de los setenta (https://goo.gl/Ye4xd5)”.
No haré leña del árbol caído de los falsificadores “cascos blancos”, dirigidos por el militar británico James Le Mesurier –agente de la inteligencia militar británica y anterior coordinador de la OTAN en Kosovo–, a quienes Rusia acusa de haber perpetrado el montaje hollywoodense de las armas químicas lanzadas supuestamente por el gobierno sirio (https://goo.gl/2LXTYG).
¿Por qué alienta GB la tercera guerra mundial nuclear entre EU y Rusia alucinando que se puede salvar de su apocalipsis? Los misiles coreográficos de Trump parecían mas bien lanzados contra sus feroces enemigos internos.
El peligro para Trump no es ni Bashar ni el ayatola Ali Jamenei ni la guerrilla chiita libanesa Hezbolá; su máximo riesgo proviene de su frente doméstico cuando han arreciado sus aquelarres pornográficos, mediados por su atribulado abogado Michael Cohen y su pleito sin cuartel contra el ex director del FBI James Comey (JC), quien, con su nuevo libro (https://goo.gl/2cPRVE), ha declarado atrocidades espeluznantes de la vida privada y depravada de Trump, sobre quien pende la espada de Damocles del implacable fiscal especial Robert Mueller (https://goo.gl/BNZUYX).
Horas antes de ordenar el lanzamiento de los misiles fallidos, Trump había otorgado su “perdón” a uno de los peores criminales de la guerra de Irak: Scooter Libby, jefe de gabinete del vicepresidente Dick Cheney, y quien fuera investigado por el mismo JC del FBI (https://goo.gl/NgDqTH). ¿Se cura Trump en su salud judicial?
El barómetro del acorralamiento de Trump se mide por la frecuencia delirante de sus tuits, que se han intensificado contra su propio Departamento de Justicia y su segundo de a bordo, Rod Rosenstein, quien sin ningún miramiento a la investidura de su patrón ordenó la redada por el FBI (la némesis de Trump) al abogado personal del encajonado presidente.
No se necesita ser sicólogo o siquiatra para percatarse del “lenguaje corporal” de los nada triunfalistas militares de EU, a la hora de sus bombardeos quirúrgicos de alta precisión: ni de parte del secretario del Pentágono, general Mattis, ni del jefe de las fuerzas conjuntas, general John Dunford, cuyo objetivo era más bien evitar a toda costa golpear los intereses de Rusia e Irán.
Doce horas más tarde, la cara del teniente general Kenneth McKenzie, director de las Fuerzas Conjuntas del Pentágono, era más que lúgubre y diaforética.
El portal The Saker, muy cercano a Rusia y que había adoptado una actitud casi apocalíptica de tercera guerra mundial nuclear, se burla con seis puntos de la “misión cumplida” y “perfectamente (sic) ejecutada” de Trump: 1- “71 de 103 (sic) misiles fueron interceptados”; 2- “No existieron fatalidades sirias ni iraníes ni rusas”; 3- “Ningun aeródromo fue alcanzado”; 4- “Los edificios destruidos estaban vacíos”; 5- “Solamente funcionaron las defensas aéreas de Siria”; y 6- “Las defensas aéreas de Rusia fueron totalmente evitadas (https://goo.gl/AX9C5D)”. Le faltó un punto: la fallida decapitación del presidente sirio y el “cambio de régimen”.
NYT también satiriza la “misión cumplida” de Trump, quien repite las “mismas pala-bras de las que otro presidente luego se arrepintió”, en referencia al desastre en Irak de Baby Bush (https://goo.gl/yrCk8f).
La “misión cumplida” por Baby Bush contra la guerra de Irak no contó con la anuencia de la ONU ni la aprobación de Francia. Quince años más tarde, la “misión cumplida” de Trump no contó con la aprobación de Alemania ni la bendición de la ONU.
Los “buenos (sic), nuevos e inteligentes” misiles de los que se jactó Trump para retar al zar Vlady Putin son motivo del sarcasmo del senador ruso Alexéi Pushkov (AP) quien alardeó el desempeño de los desempolvados misiles “soviéticos”, que no rusos, usados por Siria (https://goo.gl/bxWfov).
AP consideró que “por ahora se ha podido evitar una gran guerra”, lo cual ha sido la mejor noticia.
Christian F. Trippe, en Deutsche Welle, evalúa la hermenéutica geopolítica de los bombardeos: “las potencias occidentales no quieren abandonar sin pena ni gloria el campo de batalla geopolítico, aunque tengan tras de sí años de políticas fallidas, poco claras o vacilantes. El Medio Oriente se encuentra a las puertas de un nuevo orden, que no ha de ser definido sólo en Moscú y Teherán (https://goo.gl/JvLmJ2)”.
Llama la atención la insistencia del bombardeo tripartita en Homs, después del ataque unilateral de Israel que cobró la vida de siete iraníes (https://goo.gl/NaiNHY).
¿Se debe a la cercanía de Homs con la parte libanesa donde reina Hezbolá?
Cabe señalar la dureza del rotativo chino Global Times contra de la aventura trumpiana (https://goo.gl/QNhoFj).
En mi entrevista con Russia Today, minutos después al coreográfico bombardeo tripartita, comenté con la exigua fluidez de los reportes en ese momenton que no alteraría en nada la correlación de fuerzas en Siria y que había que rezar para que no existiese una sola víctima rusa.
Mi diagnóstico fue exponer la fractura global por los dos polos de la nueva bipolaridad regional: uno de EU/GB/Francia y otro de China/Rusia, paradójicamente cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad (sic) de la ONU (https://goo.gl/hpRrWJ).
¿Qué sigue?
¿Golpeó Trump a Siria como coartada para después mejor huir hacia adelante?
¿Optarán Rusia e Irán por represalias después del mundial de futbol?
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