por Sayyed Hassan Nasralá, secretario general de Hezbolá. Traducción de Yusuf Fernández. En Al Manar en castellano
Las sanciones de EEUU y las medidas de inclusión de Hezbolá en las listas de terroristas forman parte de la guerra lanzada contra el eje de la resistencia, porque representa una amenaza real para el proyecto estadounidense-sionista en la región y porque no pueden vencerlo, dijo el secretario general de Hezbolá, Sayyed Hassan Nasralá.
En un discurso pronunciado el viernes 8 de marzo para conmemorar los treinta años de la Fundación de Apoyo a la Resistencia Islámica (FARI), explicó las razones del avance de este eje en estos términos: “él ha vencido y somos más fuertes y más poderosos”.
Las principales ideas del discurso:
¿Qué es la FARI?
Con ocasión de los treinta años de la creación de la Fundación de Apoyo a la Resistencia Islámica (FARI) en el Líbano, hace falta recordar a aquellos que fueron los primeros en lanzar esta iniciativa, sobre todo en el inicio de los años de la resistencia, cuando la Resistencia era pobre y tenía muy pocos medios.
Ellos desplegaron todos sus esfuerzos para recoger fondos y todo tipo de apoyo para que la Resistencia triunfara.
A los hermanos y hermanas que contribuyeron a la creación de la organización, extiendo mi agradecimiento. Agradezco también a todos los que han tenido éxito, incluidas las hermanas que forman la mayor parte de esta organización y realizan las actividades más importantes, según la confesión de los hermanos.
Aquí estamos hablando de un trabajo voluntario. Algunos han envejecido en esta organización y muchos han pasado su juventud en este yihad.
También debemos agradecer a quienes han brindado su apoyo, por su generosidad, sin importar qué tipo de ayuda hayan aportado: financiera o de otro tipo.
Algunos creen que esta resistencia debe su financiación a algunos amigos, incluyendo Irán, y a ciertos suministradores de fondos, pero esta resistencia también depende del apoyo de la gente de todas las categorías. Aunque estas contribuciones sean modestas, en su conjunto se convierten en considerables.
En los pasados años, durante la batalla que tuvo lugar en la región montañosa de la Bekaa para expulsar a los takfiris de la región, vimos que los habitantes de las localidades, sobre todo las mujeres, insistían en cocinar para los miembros de la resistencia, pese a que estos últimos no tenían necesidad de ello, dado que la resistencia les proveía de todas sus necesidades. Sin embargo, las gentes insistían en aportar su ayuda.
Lo mismo cabe decir en el Sur del Líbano durante la ocupación israelí.
Es gracias a estas personas que nos hemos vuelto más poderosos y perseveramos.
Esta organización ha ciertamente expandido la noción del yihad. Además de que este se manifieste a través de la participación personal en la resistencia armada, también se refiere a la ayuda financiera, el ofrecimiento de dinero. Esta práctica se alienta a través de los versos coránicos y los preceptos islámicos.
Aquellos que luchan ofreciendo dinero y que quieren una organización poderosa no tienen mejor opción que la de la FARI.
Las sanciones van a continuar
En mi discurso hablaré de dos temas principales ligados a la actualidad. El primero son las sanciones estadounidenses y la decisión británica de colocar al ala política de Hezbolá en su lista terrorista además de la militar, que ya fue incluida en esa lista en el pasado.
Con respecto a las sanciones, estas se volverán más duras, tanto para quienes nos apoyan como para nosotros y todos los movimientos de resistencia. En el Líbano han impuesto nuevas restricciones a los bancos y han elaborado listas de personalidades y empresas, nombres de comerciantes libaneses, etc. Y esto continuará.
Tenemos dos opciones en lo que respecta a percibir esto: desconectándolo del pasado o viéndolo como una continuidad. Por supuesto, la segunda es la correcta.
Esto nos permite conocer los objetivos de tales campañas para poder afrontarlas en consecuencia. Depende de la resistencia y de los que la apoyan seguir esta percepción.
Oprimidos sí, pero poderosos
A la luz del contexto actual, ciertamente estamos entre los oprimidos, pero somos poderosos y no débiles. Ha habido un proceso desde 1982 en el que EEUU e Israel, promotores de la hegemonía sionista en nuestra región, han estado sufriendo derrota tras derrota. Por ejemplo, durante la invasión de 1982 hubo un proyecto de compromiso en la región. Pero fue derrotado por los movimientos de resistencia en el Líbano, no solo por Hezbolá, sino también el Movimiento Amal, los del movimiento nacional y otros.
Luego vino la derrota israelí en el Líbano en el año 2000, y la retirada israelí de la Franja de Gaza, que frustró el proyecto del Gran Israel.
En 2006, los neocon de la administración de EEUU tenían proyectos grandiosos y querían controlar toda la región a partir de Afganistán, luego Iraq, Siria, Yemen y el Líbano.
Sin embargo, la resistencia en el Líbano y en Palestina, en 2006 y 2008 respectivamente, y la de Irán y Siria han tumbado su proyecto.
En 2011, su proyecto era abatir un pilar de la resistencia, Siria, sin olvidar Iraq, Yemen y Palestina. Y todo en el marco del proyecto norteamericano-sionista.
Los partidos, las facciones y los estados del eje de resistencia han sabido contrarrestar estos proyectos y han decantado la batalla en su favor en Siria, de forma parcial en Iraq y continúan su resistencia en Yemen y Palestina.
Las sanciones son el resultado de que les hayamos derrotado
Quiero hablar sobre la situación actual y sobre el futuro. Los objetivos de Trump y su yerno Kushner en la región son el eje de la resistencia y el pueblo palestino.
Si, todo el eje de la resistencia constituye una fuente de amenazas para la entidad sionista.
Es en este contexto que ellos nos incluyen en sus listas de terroristas y toman medidas coercitivas contra nosotros. Es porque les hemos derrotado y porque somos poderosos y defendemos nuestros derechos y a nuestros estados, nuestros recursos, nuestras riquezas y nuestra soberanía.
Ese es el contexto actual: el de nuestra potencia y no el de nuestra debilidad.
Los estadounidenses han venido a la región y se han desplegado en ella a partir del año 2000, pero han sido vencidos en Iraq, en Siria y cada día en Yemen.
¿Buscan ellos lanzar una nueva guerra? Lo dudo. Los israelíes tienen fobia a una nueva guerra. Desde hace algunos días, ellos han desplegado un sistema norteamericano THAAD. Esto quiere decir que no tienen confianza en los sistemas que ellos mismos han fabricado.
Pese a todos estos desafíos, hemos consolidado nuestra fuerza, como dijo el secretario general de Hezbolá, el mártir Sayyed Abbas Musawi.
Las sanciones y las listas de terroristas forman parte de un contexto de guerra y debemos verlas así: una guerra financiera, una guerra por sanciones y una guerra psicológica.
Sanciones contra todo el eje de resistencia
Voy a deciros lo que he dicho durante las reuniones cerradas con respecto a las presiones y dificultades que experimentamos.
En la coyuntura actual, el problema no es debido a un problema de administración o de gestión, sino a la guerra contra nosotros.
Irán hace frente también a sanciones paralelas. En Siria, ellos intentan paliar su derrota por medios diferentes. Lo mismo cabe decir del embargo impuesto a los palestinos y también a Yemen.
Ayer incluso Netanyahu calificó al canal de televisión por satélite palestino Al Aqsa como una organización terrorista, un canal de televisión.
También han colocado a organizaciones iraquíes que han liberado su país del Daesh en sus listas de organizaciones terroristas. El último en ser incluido es el movimiento Al Nuyaba.
Ellos intentan debilitarnos y quebrar nuestra voluntad para que capitulemos porque no han podido vencernos por medio de la guerra.
No debemos permitirles alterar nuestra voluntad
Ante este tipo de guerra, hay que resistir. No debemos permitirles que alteren nuestra voluntad o quiebren nuestra moral.
Pretendan lo que pretendan, se sentirán decepcionados y no podrán empobrecernos. Quienes nos apoyan, los estados, las personas y nuestra gente nos apoyarán por siempre.
Sí, podríamos enfrentar dificultades, pero nada nos impedirá continuar nuestra lucha y nuestro camino … No lograrán desviarnos de nuestros objetivos … Y podremos superar esta etapa gracias a la organización, la buena gestión, la designación de las prioridades, la paciencia…
Los que esperan ver pasar nuestro cadáver se sentirán decepcionados
Cuando estábamos luchando en la guerra de 2006, algunos esperaban ver el paso de nuestro cadáver, pero sus esperanzas se hundieron y ganamos.
De manera similar, cuando fuimos a Siria y tomamos parte en el combate contra de esta guerra mundial, algunos en la región, y también en el Líbano, esperaban a ver pasar también nuestro cuerpo, pero estuvimos entre los victoriosos.
Les digo a quienes esperan el paso de nuestro cadáver y que nos derrumbemos por la pobreza y el hambre que se verán decepcionados.
Esta resistencia nunca fallará. Será aún más fuerte, más numerosa, con más personal y un mayor arsenal y disfrutará de una mayor presencia e influencia. Y siempre estará lista para lograr nuevas victorias.
La FARI debe continuar su trabajo
Hoy, dada la situación actual, la FARI debe continuar su trabajo para recaudar fondos y ayudas.
Durante los últimos dos meses, me había abstenido de pedirle a la gente que ayudara a la población yemení por temor a aumentar su carga. Pero los hermanos y hermanas organizaron su propia iniciativa y recaudaron 2 millones de dólares en dos semanas. Nuestra gente es así …
Conozco a personas que han ofrecido parte de sus ahorros a la Resistencia.
Hoy anuncio que la Resistencia necesita esta ayuda y que la FARI debe duplicar su trabajo porque la batalla de hoy en día así lo requiere.
En cualquier caso, sabed que Hezbolá nunca buscará el dinero público como algunos afirman, incluso si estuviera en condiciones financieras difíciles
El Líbano frente a un desafío existencial
El segundo tema que quiero abordar es la lucha contra la corrupción y el despilfarro del dinero público.
Hemos publicado dos dossiers y dos más serán dados a conocer pronto.
Cuando anunciamos nuestro programa político, durante las elecciones legislativas, dijimos que trabajaríamos en el aparato del Estado para enfrentar la corrupción y el despilfarro del dinero público.
¿Por qué dije esto? Ello fue debido a que todos en la clase política, entre los expertos y en los medios de comunicación, todos fueron unánimes en declarar que si el Estado libanés seguía por este camino iría directamente a la bancarrota.
Esto significa que no habría instituciones estatales y que el Estado ya no podría pagar los salarios de los funcionarios públicos o de los militares. Habrá riesgos para la seguridad y un aumento en la tasa de criminalidad. Todo ello quiere decir que nos enfrentamos a una fase de desafío existencial.
Durante la resistencia contra la ocupación, defendimos la soberanía del país, su integridad, su dignidad, sus recursos, sus tierras.
Pero la quiebra del Estado significaría que todo el país se iba a colapsar en su totalidad.
La lucha contra la corrupción equivale a la resistencia contra la ocupación
Luchamos en el Sur para defender el país y no vamos a ver su colapso. Para nosotros también, nuestro Líbano nos es muy querido, y estamos entre aquellos que han ofrecido lo más preciado que tenían para la supervivencia de este país, su soberanía y su dignidad.
Y, de este modo, obviamente no vamos a quedarnos de brazos cruzados contemplando cómo el país se hunde.
A la luz de esto, consideramos que estamos librando una batalla de gran importancia, no menos importante que la batalla contra la ocupación y el proyecto sionista en la región.
Es por esta razón que estamos involucrados en este asunto.
Algunos afirman que Hezbolá no tiene nada más que hacer tras el fin de la guerra en Siria. Eso es falso. No nos falta trabajo ni misiones a realizar.
Otros dicen que buscamos la popularidad. No es así como la queremos obtener. Nuestra popularidad ha quedado confirmada durante las elecciones legislativas. Lo importante para nosotros es que el país se fortalezca.
Otros más nos acusan de venganza política. Nuestro objetivo tampoco es ese. No hubiéramos apoyado la formación de un gobierno de unidad nacional en ese caso.
Nuestro objetivo es el mantenimiento del Estado libanés y su gente y la preservación del Líbano como nación.
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