¿Le gusta el genocidio a Paul Craig Roberts?


Por Dmitry Orlov para el blog de Saker

O tal vez él, como el Bundeskanzler Olaf Scholz, nieto de Fritz von Scholz, teniente general de las SS que supervisó la matanza de judíos en Polonia y Ucrania, piensa que el genocidio es una broma? Exploremos…

Un lector me ha pedido que comente un reciente post de Roberts titulado “El Kremlin ha perdido la oportunidad de acabar con las provocaciones de Rusia que están llevando al mundo a la guerra nuclear”. Así que le eché un vistazo. Al principio, me enfadó, pero sólo por un momento, porque no hay posibilidad de daño real por estos garabatos: sus consejos no solicitados al “Kremlin” pasarán desapercibidos y, por lo tanto, no serán tomados en cuenta. Más bien, me entristeció. Solía tener una buena opinión de Roberts, pero ahora no es más que otro viejo confundido que, como nuestro amigo Brendan, ha perdido una oportunidad perfectamente buena para dejarlo pasar y desaparecer. Eso sí, intento ser amable y educado.

Roberts consideró oportuno escribir que “si Rusia hubiera golpeado a Ucrania con un devastador ataque convencional integral, la guerra habría terminado antes de empezar” y, tras algunas reflexiones adicionales, que “el fracaso de Rusia en impresionar a Occidente con un ejercicio abrumador de fuerza militar en Ucrania significa que se ha dado otro paso hacia el armagedón nuclear”. Y luego divaga con “La incapacidad del Kremlin para ser proactivo y la falta de voluntad para expulsar a la quinta columna de Washington de los círculos gobernantes de Rusia serán las señas de identidad de la derrota rusa”.

¿En serio? No, no, pero en serio.

No debo hacer suposiciones sobre lo que tú o Roberts sabéis o no sabéis sobre Ucrania o “el Kremlin”, así que me limitaré a decir lo obvio.

No hay ninguna diferencia fácilmente discernible entre rusos y ucranianos: misma cultura, lengua, religión e historia. Como Estado, la República Socialista Soviética de Ucrania es un Estado fallido; como territorio, es parte de Rusia. Por lo tanto, un ataque total a Ucrania sería esencialmente un ataque a la propia Rusia. Al parecer, Roberts considera que los rusos deben matar a millones de otros rusos para impresionar a Occidente. Eso es muy bonito, de una manera genocida y maníaca, pero completamente imposible.

La complejidad de la operación especial rusa en Ucrania ha tenido que ver con la separación de la población civil (que debía ser evacuada) y de los militares ucranianos regulares (a los que había que dar la oportunidad de rendirse pacíficamente) de los batallones nazis (que debían morir en combate o ser capturados, condenados por un tribunal y fusilados). Eso no es algo que pueda hacerse rápidamente.

Hay otras razones, menos importantes pero aún muy significativas, para tomárselo con calma:

  1. Hay un grupo bastante numeroso de ucranianos que querían que Ucrania formara parte de Europa, no de Rusia. Estos están abandonando ahora el territorio ucraniano, en su mayoría hacia Polonia, y eso, desde el punto de vista ruso, es algo maravilloso porque Ucrania no es Europa, es Rusia, y aquellos que creen que es Europa o quieren que sea Europa deberían tener la oportunidad de ir a la Europa de sus sueños y quedarse allí para siempre, ayudando a la grave situación demográfica general de Europa y a la escasez específica de blancos. Por esta razón, ha sido importante mantener la frontera occidental de Ucrania abierta a los emigrantes que salen, aunque esto permita que se filtren armas y mercenarios (a quienes los rusos exterminarán).
  2. La disposición de los europeos a absorber millones y millones de inmigrantes ucranianos, mientras que se resisten a aceptar un número similar de inmigrantes de Oriente Medio o del Norte de África, es un ejemplo de su racismo esencial. Tal como están las cosas, dos tercios del mundo son neutrales o apoyan a Rusia en su esfuerzo por recuperar Ucrania; a medida que el mensaje de que la UE y la OTAN son esencialmente organizaciones de supremacía blanca se comprenda en todo el mundo, cada vez más países pasarán de ser neutrales a apoyarlos sin que Rusia tenga que mover un dedo para convencerlos. Desde este punto de vista, es realmente útil que a muchos de los ucranianos les guste dibujar esvásticas en los monumentos y gritar eslóganes nazis como “Slava Ukraini” (de cosecha colaboradora nazi de la Segunda Guerra Mundial) y “Ukraina ponad use” (la versión ucraniana de “Ukraine über alles.”
  3. Rusia tiene un gran y próspero futuro como país rico, bien educado, civilizado, vasto y rico en recursos, pero este futuro no tiene nada que ver con Europa o el resto de Occidente, que va a colapsar. El hecho de que Rusia haya estado bastante integrada en Occidente desde que Pedro el Grande trasladó la capital a San Petersburgo ha complicado su transición para alejarse de Occidente y su giro hacia el Este. Las sanciones occidentales, la rusofobia rampante y la aplicación de la cultura de la cancelación a Rusia han hecho que esta transición sea inevitable a los ojos de la mayoría de los rusos, pero el proceso lleva su tiempo. No sería útil que las tensiones con Occidente disminuyeran prematuramente o que se eliminaran las sanciones antirrusas antes de que ellas se conviertan en completamente irrelevantes. Además, la falta de voluntad de Occidente para comprar energía, metales, fertilizantes y otros productos esenciales rusos acelera su cronología del colapso y eso, para Rusia, también es positivo.
  4. Inmediatamente después de que Rusia comenzara su Operación Especial en Ucrania, gran parte de los quintacolumnistas que quedaban en Rusia partieron hacia otras tierras. Ya no tenían ningún impacto en la política rusa, pero aún ejercían cierta influencia en la cultura y la educación, y su partida ha sido muy bienvenida. Dado el apoyo absolutamente abrumador de la opinión pública a la Operación Especial en Rusia, los liberales que se han manifestado en contra se han excusado así de la vida pública rusa, dejando espacio a nuevos talentos y sangre nueva. Este es también un proceso que debe seguir su curso y no debe precipitarse.
  5. La Operación Especial ha permitido a Rusia demostrar la abrumadora superioridad de sus fuerzas armadas frente a la OTAN. Todo el armamento que Occidente ha conseguido infiltrar en Ucrania está siendo destruido por los ataques con cohetes o se está acumulando en los arsenales tras ser abandonado por las tropas ucranianas en retirada o rendición. Ninguno de los obsoletos Stingers, Javelins u otra chatarra militar ha hecho mucha diferencia en absoluto. Es muy poco lo que Occidente puede hacer para perjudicar el cuidadoso y medido progreso de Rusia en Ucrania. Una vez más, el tiempo está del lado de Rusia: tardará unos meses más en que Occidente se dé cuenta de que todos esos miles de millones gastados en ayuda a Ucrania han ido a parar a un agujero negro sin nada que mostrar.
  6. Por último, está lo que Rusia tiene que hacer más allá de ocuparse de la situación en la (antigua) Ucrania, y es desmantelar la OTAN. Esto requerirá algún tipo de pequeño proyecto de demostración: apoderarse de algún miembro pequeño e insignificante de la OTAN y ver cómo todos los demás miembros de la OTAN huyen despavoridos en lugar de entrar en la guerra contra Rusia por ello. El mito de la OTAN como organización defensiva (en lugar de ofensiva) se disiparía y la OTAN dejaría de existir. El país de demostración podría ser Lituania, por ejemplo: Pedro el Grande compró el Báltico a Suecia por 1000 piezas de plata en el Tratado de Nystad el 10 de septiembre de 1721, así que es territorio ruso. A diferencia de Ucrania, que es enorme, Lituania es diminuta y toda la campaña terminaría en una semana. Pero si Finlandia o Suecia quieren ofrecerse para el papel de víctimas ejemplares intentando entrar en la OTAN, también estaría bien. La seguridad de Finlandia está garantizada por su compromiso de neutralidad, en base al cual Rusia (la URSS de entonces) retiró su base militar de suelo finlandés. Si Finlandia se mueve para renegar de ese tratado, perderá su seguridad.

Roberts parece creer que la negativa de Rusia a destruir Ucrania con una fuerza abrumadora hace más probable la guerra nuclear porque “da a Washington el control de las explicaciones”. La posición de superioridad de Rusia con respecto a cualquier potencial provocación nuclear es tema para otro artículo, pero les aseguro que no tiene absolutamente nada que ver con “el control de Washington de las explicaciones” porque ¿cómo diablos explicaría Washington su deseo de cometer un suicidio nacional por Ucrania? La tesis de que “la incapacidad de Rusia para destruir rápidamente a Ucrania aumenta la probabilidad de una guerra nuclear” es… estoy buscando una palabra … estúpida.

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