Las falsas acusaciones de los países occidentales contra Rusia en el contexto de numerosos ejemplos históricos de pretextos fabricados por Occidente para la agresión

por Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación Rusa. En sitio web del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica

El siguiente es un informe del Ministerio de Relaciones Exteriores de la Federación de Rusia que hace un breve e incompleto recuento de casos de comportamiento criminal del Occidente Colectivo. Es breve e incompleto porque el comportamiento del Occidente Colectivo es esencialmente criminal. No se trata de “casos”, sino de una regularidad que define y caracteriza por completo a quienes constituyen una élite delincuencial que ejerce la opresión sobre los pueblos. Estos “casos” no son excepciones, sino sólo ejemplos ilustrativos del comportamiento de la plutocracia criminal que rige a Occidente.

El volumen de noticias falsas fabricadas y difundidas por los medios de comunicación estadounidenses y europeos se ha multiplicado varias veces en los últimos meses. El Occidente colectivo está plantando cada vez más informes sobre las fechas de la supuesta invasión rusa de Ucrania y los planes de ataque inexistentes mientras niega hipócritamente el hecho de que los residentes de Donbass están sufriendo los crímenes del régimen de Kiev.

Por nuestra parte, estamos tomando medidas periódicas para desautorizar estas acusaciones. A continuación, presentamos declaraciones falsas de funcionarios occidentales sobre la supuesta fabricación de pretextos por parte de Rusia para invadir Ucrania, así como numerosos ejemplos del pasado que demuestran quién, de hecho, ha estado creando constantemente excusas falsas para actuar agresivamente contra un país extranjero.

Declaraciones de funcionarios de EE.UU., la OTAN y el Reino Unido sobre las supuestas fabricaciones de pretextos de Rusia para invadir Ucrania

Secretario de prensa del Pentágono, John F. Kirby, el 14 de enero:

“Sin entrar en demasiados detalles, tenemos información que indica que Rusia ya está trabajando activamente para crear un pretexto para una posible invasión, un movimiento sobre Ucrania”.

Asesor de seguridad nacional de EE.UU., Jake Sullivan, el 14 de enero:

“Nuestra comunidad de inteligencia ha desarrollado información de que Rusia está sentando las bases para tener la opción de fabricar un pretexto para una invasión, incluso a través de actividades de sabotaje y operaciones de información, al acusar a Ucrania de preparar un ataque inminente contra las fuerzas rusas en el este de Ucrania”.

Secretaria de Relaciones Exteriores del Reino Unido, Liz Truss, el 17 de febrero:

“Los informes de supuesta actividad militar anormal por parte de Ucrania en Donbass son un intento flagrante del gobierno ruso de fabricar pretextos para la invasión”.

Secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony J. Blinken, el 17 de febrero:

“En respuesta a esta provocación fabricada, los niveles más altos del gobierno ruso pueden convocar teatralmente reuniones de emergencia para abordar la así llamada crisis. El gobierno emitirá proclamas declarando que Rusia debe responder para defender a los ciudadanos rusos o de etnia rusa en Ucrania”.

Según el secretario de Estado, primero Rusia fabricará un pretexto para iniciar una guerra. Blinken sugiere que podría tratarse, por ejemplo, de un ataque terrorista en la propia Rusia, un ataque con drones contra civiles o un sabotaje con armas químicas, o incluso real. Blinken dice que los medios de comunicación rusos ya han comenzado a impulsar la historia de la provocación.

Presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, el 17 de febrero:

“No han movido a ninguna de sus tropas. Han movido más tropas, número uno. Número dos, tenemos motivos para creer que están involucrados en una operación de bandera falsa para tener una excusa para entrar. Todos los indicios que tenemos son que están preparados para entrar en Ucrania, atacar a Ucrania”.

Primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson, el 17 de febrero:

“Ojalá pudiera darles a todos mejores noticias sobre esto [Ucrania], pero debo decirles que el panorama sigue siendo muy sombrío. Hoy, como estoy seguro de que ya habrán notado, un jardín de infantes fue bombardeado en lo que consideramos una operación de bandera falsa diseñada para desacreditar a los ucranianos, diseñada para crear un pretexto, una provocación espuria para la acción rusa”.

Portavoz del Departamento de Estado de EE. UU. el 18 de febrero:

Estados Unidos está considerando informes de evacuación y explosiones en Donbass como una excusa para una operación de bandera falsa contra Ucrania, dijo a RIA Novosti el portavoz oficial del Departamento de Estado de Estados Unidos.

“Anuncios como estos son intentos adicionales de ocultar mediante mentiras y desinformación que Rusia es el agresor en este conflicto. Este tipo de operación de bandera falsa es exactamente lo que destacó el secretario Blinken en sus comentarios ante el Consejo de Seguridad de la ONU”.

Secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, el 20 de febrero:

“Nos preocupa que Rusia esté tratando de poner en escena un pretexto para un ataque armado contra Ucrania, todavía no hay claridad, no hay certeza sobre las intenciones rusas”.

Ejemplos de países occidentales que fabrican pretextos para agredir a otros estados

A continuación se presenta una breve revisión (la lista está lejos de ser completa) de las provocaciones preparadas por los EE.UU. y Gran Bretaña, en particular, que muestran claramente el tipo de herramientas que han sido durante mucho tiempo una parte integral de la política exterior de los anglosajones y sus aliados. También nos gustaría destacar nuestro informe detallado, Delitos Políticos Cometidos por el Reino Unido, con fecha del 19 de abril de 2018.

América Latina ha sido la principal región de concentración del control e injerencia constante de los EE.UU. desde que se anunció la Doctrina Monroe el 2 de diciembre de 1823. Desde hace casi 200 años, los EE.UU. han estado tratando de dictar cómo y bajo qué estándares los latinoamericanos debieran vivir. La región se convirtió en un campo de pruebas para la tecnología de intervención de Washington, que luego se usaría en todo el mundo. He aquí una lista de algunas de las expresiones de esta doctrina y de los pretextos para aplicarla:

  • La protección de los ciudadanos estadounidenses, como en Haití en 1922: “La crisis… requería una acción inmediata y enérgica de la Marina para proteger las vidas y propiedades de los estadounidenses y extranjeros, y restaurar el orden en todo este afligido país”. (De un informe del Secretario de Estado, Robert Lansing, al Congreso.)
  • La deslegitimación de las autoridades oficiales, que en la mayoría de los casos está relacionada con la insatisfacción de Washington con los procesos electorales soberanos en los países latinoamericanos. Como dijo el presidente estadounidense Woodrow Wilson después de su toma de posesión en marzo de 1913: “¡Voy a enseñar a las repúblicas latinoamericanas a elegir hombres buenos!”.
  • En junio de 1835, los colonos estadounidenses residentes en Texas, que en ese momento pertenecía a México, organizaron una rebelión armada contra las autoridades mexicanas. Un amigo cercano del presidente Andrew Jackson, el coronel Samuel Houston, fue enviado allí para apoderarse del territorio. Al mismo tiempo, EE.UU. brindó un apoyo masivo (envío de voluntarios, armas y municiones) a los rebeldes, quienes pronto declararon la “independencia” en Texas y en marzo de 1837 lo reconocieron como un “estado independiente”.
  • La guerra mexicano-estadounidense de 1846-1848. La frontera entre México y Texas, previamente anexada con la participación directa de las autoridades estadounidenses, sirvió de pretexto para iniciar las hostilidades. Las tropas estadounidenses ocuparon el área en disputa entre los ríos Nueces y Río Grande y bloquearon los puertos mexicanos, lo que obligó a México a declarar la guerra. Poco después de las primeras escaramuzas, el presidente de los Estados Unidos, James K. Polk, quien anteriormente había tenido la intención de justificar la guerra con reclamos financieros, se dirigió al Congreso y declaró que los mexicanos “invadieron nuestro territorio y derramaron sangre estadounidense en suelo estadounidense”. México perdió la guerra y tuvo que reconocer a Texas como parte de los Estados Unidos. Perdió más de la mitad de su territorio, incluidos los actuales California, Nuevo México, Arizona, Nevada y Utah.
  • La intervención anglo-franco-española en México en 1861-1867. El gobierno de Benito Juárez, quien llegó al poder después de la Guerra Civil Mexicana de 1858-1861, se negó a reconocer las deudas de las autoridades anteriores supuestamente inconstitucionales con las potencias extranjeras, lo que provocó la intervención de sus mayores acreedores, Gran Bretaña, Francia y España. Es de destacar que parte de la preparación de los “medios” británicos para la intervención tomó la forma de una campaña en The Times con noticias de “terribles disturbios en México donde los extranjeros están sufriendo”. A su vez, París otorgó rápidamente la ciudadanía francesa a un banquero suizo cuya deuda la Ciudad de México también se negó a saldar, lo que sirvió como una razón más para legitimar la intervención. Londres y Madrid pronto se retiraron de la guerra mientras las tropas francesas capturaban la mayor parte del territorio mexicano. Se llevó a cabo un referéndum durante la ocupación militar, donde la mayoría de la población votó a favor del establecimiento de una monarquía. El archiduque Maximiliano, hermano del emperador austríaco Francisco José, ascendió entonces al trono imperial. Después de la derrota de los invasores en 1867, la república, encabezada por el presidente Benito Juárez, fue restaurada en México.
  • 1854, Nicaragua. Los estadounidenses arrasaron San Juan del Sur, un pueblo puramente civil en Nicaragua, después de que el embajador estadounidense fuera abofeteado por obstruir el enjuiciamiento de un ciudadano estadounidense sospechoso de asesinato. En 1856-1857, los mercenarios estadounidenses liderados por Willian Walker dieron un golpe de estado para tomar el poder en Nicaragua. Estados Unidos reconoció a Walker como presidente legítimo. Se rindió y fue repatriado gracias a los esfuerzos combinados de los estados centroamericanos. En la década de 1890, los estadounidenses ocuparon varias veces los puertos de Nicaragua. En 1909, las relaciones con Washington volvieron a deteriorarse, el gobierno legítimo de Nicaragua fue derrocado y las tropas estadounidenses invadieron el país. Estados Unidos ocupó Nicaragua de 1912 a 1933, dejando el país solo después de la victoria de las guerrillas dirigidas por Augusto Sandino.
  • 15 de febrero de 1898. El USS Maine, anclado frente a La Habana, Cuba (entonces colonia española), explota y se hunde. Una comisión estadounidense que investigó el incidente llegó a la conclusión sin fundamento de que el barco había sido hundido por una explosión externa. Estados Unidos culpó a España, aprovechando el incidente para iniciar una guerra cuyo resultado fue apoderarse de Puerto Rico, Filipinas y Guam. Cuba fue declarada un estado independiente pero permaneció bajo una fuerte influencia estadounidense. Según la constitución cubana, Estados Unidos podía estacionar tropas en la isla hasta 1934. Tras la recuperación de los restos hundidos del USS Maine en 1912, y tras nuevas investigaciones de varias comisiones estadounidenses, se estableció que la explosión había sido provocada por la combustión espontánea en los depósitos de carbón.
  • Durante la revolución de 1910-1917 en México, Estados Unidos ocupó el puerto de Veracruz después de que ocho marineros estadounidenses fueran arrestados por la patrulla militar mexicana por ingresar a áreas prohibidas en Tampico en abril de 1914. Aunque los marineros fueron liberados tan pronto como se aclararon las circunstancias y los mexicanos ofrecieron una disculpa oral, Washington envió un ultimátum exigiendo una disculpa por escrito dentro de las 24 horas y una salva de 21 cañonazos para mostrar respeto por la bandera estadounidense. Cuando México se negó a cumplir con esa humillante demanda, los marines estadounidenses desembarcaron en Veracruz y se mantuvieron hasta noviembre de 1914.
  • En 1937 se da un golpe militar en Nicaragua con la ayuda militar de Estados Unidos, por lo que la dinastía Somoza ocupó el poder en el país hasta 1979, cuando el pueblo, encabezado por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), reemplazó el régimen de Anastasio Somoza con el gobierno del líder del FSLN, Daniel Ortega. Esto provocó que la oposición de los combatientes antigubernamentales (contras), apoyados por los Estados Unidos, iniciara una guerra civil, que duró desde 1981 hasta 1990. Cuando el Congreso de los Estados Unidos prohibió oficialmente el financiamiento de los contras, la CIA proporcionó el dinero de forma encubierta. El hecho de la injerencia directa de Estados Unidos en Nicaragua fue reafirmado en la sentencia dictada el 27 de julio de 1986 por la Corte Internacional de Justicia de La Haya en el marco del affaire Irán-Contras. Desde entonces se han realizado varios intentos a lo largo de los años para derrocar al gobierno sandinista con el pretexto de proteger la democracia y los derechos humanos. El último intento fue en abril de 2018, cuando se provocó un golpe de estado en el contexto de disturbios públicos incitados por fuerzas externas.
  • Abril de 1961, Cuba. La invasión de Bahía de Cochinos es un intento fallido de mercenarios estadounidenses de invadir Cuba y un ejemplo de libro de texto de la política intervencionista estadounidense. El bloqueo a Cuba de 1962 (Embargo de John F. Kennedy’s sobre Todo Comercio con Cuba) y las posteriores numerosas medidas para aumentar las sanciones contra La Habana, como la Ley Torricelli de 1992 y la Ley Helms-Burton de 1996, se suman a una abierta agresión económica, que Estados Unidos ha llevado a cabo a pesar de la condena internacional, condena incluso en la Asamblea General de la ONU. Luego de un breve deshielo durante la administración Obama, el presidente Donald Trump retomó la política de restricciones y agregó varias sanciones nuevas contra Cuba. La administración Biden sigue la misma política. En mayo de 2021, Cuba volvió a ser incluida en la lista de Estados Patrocinadores del Terrorismo. En julio de 2021, fue catalogado como un país que no cumple con los estándares estadounidenses para combatir la trata de personas. El 7 de septiembre de 2021, el presidente Biden extendió las restricciones comerciales con Cuba por un año más. El 21 de diciembre de 2021, el Departamento de Estado de Estados Unidos reafirmó la posición de Cuba en la lista de Trata de Personas. En noviembre de 2021 y en enero de 2022, Washington adoptó dos paquetes de restricciones de visas contra funcionarios cubanos por su supuesta conexión con la represión de las protestas en julio y noviembre de 2021.
  • El 28 de abril de 1965, el Cuerpo de Marines de los Estados Unidos inició una intervención en Barahona y Haina, República Dominicana. El presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, afirmó que la intervención militar era necesaria para proteger a los ciudadanos estadounidenses en la guerra civil en el país después de la llegada al poder del gobierno de izquierda de Francisco Caamaño. El país estuvo ocupado hasta el 28 de julio de 1966.
  • El 11 de septiembre de 1973, con el apoyo directo de Estados Unidos, se da un golpe militar en Chile, destituyendo al presidente democráticamente electo Salvador Allende e instaurando la dictadura de Augusto Pinochet que duró 17 largos años, y que incluyó fusilamientos, duras represiones y profunda discordia en la sociedad chilena.
  • En 1982 en Guatemala, los extensos esfuerzos de la inteligencia estadounidense para crear ciertos eventos de interés periodístico pusieron en el poder a un gobierno militar. En la década de 1990, Estados Unidos proporcionó ayuda militar al gobierno pro estadounidense de Guatemala supuestamente para luchar contra el comunismo, una lucha que en realidad se manifestó en asesinatos en masa. Para 1998, 200.000 personas habían sido víctimas de esta “lucha”, decenas de miles habían huido a México y más de un millón se habían convertido en desplazados internos.
  • El 25 de octubre de 1983, unidades militares de los Estados Unidos y una coalición de seis países del Caribe invadieron Granada para derrocar al gobierno de Maurice Bishop, quien era indeseable para Washington. Un llamamiento oficial de ayuda de la Organización de Estados del Caribe Oriental tras los conflictos dentro del Gobierno Revolucionario del Pueblo de Granada sirvió de pretexto para la operación. Maurice Bishop fue asesinado como resultado. La administración estadounidense afirmó que la intervención militar era necesaria debido a “la preocupación por los 600 estudiantes de medicina estadounidenses en la isla”. La invasión fue criticada por varios países, incluido Canadá. El 2 de noviembre de 1983, la Asamblea General de la ONU también condenó la operación militar como una “violación flagrante del derecho internacional” (108 países votaron a favor de la resolución y nueve en contra).
  • Desde 1986 en Colombia se realiza la llamada limpieza social como parte de la política estadounidense de apoyo a regímenes favorecidos, supuestamente para contrarrestar el narcotráfico. Se eliminó a los líderes sindicales y miembros de cualquier movimiento u organización con al menos alguna influencia, así como a los agricultores y políticos no deseados. Como resultado, decenas de miles de personas murieron.
  • 1989, Panamá. Estados Unidos invade Panamá. Formalmente George H.W. Bush anunció la Operación Causa Justa el 21 de diciembre de 1989 para proteger a los ciudadanos estadounidenses y garantizar la seguridad del Canal de Panamá de conformidad con los Tratados Torrijos-Carter, así como restaurar la democracia y llevar al líder informal de Panamá, Manuel Noriega, a juicio tras acusarlo de apoyar el narcotráfico. Al mismo tiempo, analistas panameños señalaron que el verdadero objetivo de los estadounidenses era instalar un gobierno leal a Washington, ya que el régimen de Manuel Noriega había comenzado a distanciarse de Washington, algo que no encajaba en la estrategia de EE.UU. para asegurar un control confiable sobre El canal de Panamá.
    El motivo inmediato de la agresión estadounidense fue el presunto asesinato por parte de las fuerzas de defensa panameñas de un infante de marina estadounidense que estaba “perdido” en territorio panameño. De hecho, una investigación posterior demostró que este infante de marina y otros en su unidad formaban parte de un grupo especial que actuaba bajo la inteligencia naval de los EE.UU., cuya tarea era provocar un conflicto abierto con las fuerzas armadas panameñas. Este grupo armado hizo caso omiso de los tranques de las Fuerzas de Defensa de Panamá, a pesar de las señales de advertencia, así como las órdenes de alto, y disparó contra varios vecinos, incluido un niño. En esta situación, los militares panameños simplemente tuvieron que usar las armas; como resultado, uno de los atacantes murió.
    Los informes de los medios estadounidenses de que supuestamente se encontraron varias bolsas de cocaína en una casa frecuentada por Manuel Noriega fue otra de las invenciones que los EE.UU. usaron para intervenir. Estas bolsas supuestamente confirmaron el vínculo entre el líder panameño y los narcotraficantes, pero durante el allanamiento se encontró harina común en lugar de droga, algo que luego fue reconocido por militares estadounidenses.
    Durante la invasión de Panamá el 20 de diciembre de 1989, las autoridades panameñas legales fueron derrocadas y el país se encontró ocupado por tropas estadounidenses durante algún tiempo. Según la asociación local de familiares de víctimas, los estadounidenses cometieron numerosos crímenes de guerra, incluidas masacres de civiles (alrededor de 4.000).
  • Venezuela celebró elecciones presidenciales el 20 de mayo de 2018. Por razones políticas, EE.UU. no reconoció la legitimidad del candidato ganador, Nicolás Maduro, y tampoco proporcionó evidencia de fraude electoral. En enero de 2019, Washington reconoció a Juan Guaidó, un parlamentario venezolano, como “presidente interino de Venezuela” en violación de la constitución del país, luego de lo cual el Departamento del Tesoro de EE.UU. buscó “apoyar al pueblo de Venezuela en sus esfuerzos por restaurar la democracia” al sancionar al banco central del país y a sectores clave de la economía, principalmente la industria petrolera, que genera la mayor parte de los ingresos del país. Existe un embargo petrolero de facto y un embargo sobre las exportaciones de productos derivados del petróleo a Venezuela, los activos y las cuentas de Venezuela en los bancos occidentales han sido congelados y el país no puede pedir prestado en los mercados extranjeros.
    Hasta ahora, el costo acumulado de las sanciones de Estados Unidos contra Venezuela oscila entre 130 mil millones y 258 mil millones de dólares. La presión de las sanciones está minando la economía de Venezuela y socavando la capacidad del gobierno para comprar artículos de primera necesidad, incluidas vacunas, equipos médicos y medicamentos para responder a la pandemia de COVID-19. Según estimaciones del destacado economista de la Universidad de Columbia, Jeffrey Sachs, las sanciones sectoriales de Estados Unidos han provocado la muerte de 40.000 venezolanos.
    Según la relatora especial del CDHNU (Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas), Alena Douhan, “las sanciones han exacerbado la crisis económica y social preexistente” y la crisis del desarrollo, “con un efecto devastador en toda la población”. Venezuela enfrenta hoy “falta de maquinaria, repuestos, electricidad, agua, combustible, gas, alimentos y medicinas necesarias”, así como de personal calificado, a saber, “médicos, enfermeras, ingenieros, maestros, profesores, jueces, policías”. Esta situación ha tenido “un gran impacto en todas las categorías de derechos humanos, incluido el derecho a la vida, la alimentación, la salud y el desarrollo”.
  • Bolivia se ha enfrentado a muchos golpes orquestados por Estados Unidos y sus aliados. El golpe de Estado de 2019 es el ejemplo más destacado. El presidente Evo Morales fue destituido ilegalmente de su cargo luego de una campaña al estilo revolución de colores en medios nacionales e internacionales sobre un presunto fraude electoral, que fue alentada por los líderes de la Organización de los Estados Americanos (OEA). Mientras tanto, los embajadores occidentales asumieron un papel directo en la promoción de Jeanine Áñez a la presidencia, en clara violación de los procedimientos constitucionales, en particular, discutiendo la política interna boliviana en reuniones no oficiales en la Universidad Católica de Bolivia el 11 y 12 de noviembre de 2019. Los enfrentamientos posteriores en las ciudades de Sacaba y Senkata entre manifestantes y la policía que pretendía dispersarlos por la fuerza se cobró la vida de casi 40 personas.
    Otro ejemplo de injerencia estadounidense en los asuntos internos de Bolivia fueron los hechos de 2008 que obligaron al presidente Evo Morales a expulsar al embajador estadounidense Philip Goldberg, quien, según fuentes del gobierno boliviano, se reunió con los líderes de la ciudad de Santa Cruz para discutir la secesión de los departamentos orientales de Bolivia. Esta discusión se dio en medio de manifestaciones separatistas que dañaron un gasoducto boliviano-brasileño y mataron a 30 lugareños.
    Además, Occidente realizó una muestra atroz de desprecio por el derecho internacional y de diseñar un pretexto para violar la inviolabilidad de un alto funcionario boliviano cuando el avión presidencial de Evo Morales se vio obligado a aterrizar en Viena el 2 de julio de 2013 después de su visita a Moscú. España, Francia, Portugal e Italia cerraron su espacio aéreo ante las sospechas de que Edward Snowden iba a bordo del avión presidencial. El entonces ministro de Asuntos Exteriores de España, José García-Margallo, hizo pública la recepción de esta inteligencia sin nombrar su fuente. Esta provocación derivó en la humillante inspección de la aeronave del presidente boliviano para confirmar la ausencia de Edward Snowden. Un día después, la portavoz del Departamento de Estado, Jen Psaki, reconoció durante una conferencia de prensa que EE.UU. había estado “en contacto con una serie de países de todo el mundo que tenían alguna posibilidad de que Snowden aterrizara o incluso transitara por sus países”.

A continuación, algunos ejemplos en todo el mundo:

Agosto de 1953, Irán. La CIA y el Servicio Secreto de Inteligencia del Reino Unido orquestaron la operación conjunta Operación Ajax para derrocar al Primer Ministro Mohammad Mossadegh y su gobierno, que había nacionalizado la industria petrolera iraní. El objetivo era restaurar el control occidental sobre los ingresos petroleros del país y crear condiciones favorables para que el pro-occidental Shah Mohammad Reza Pahlavi regresara del exilio.
Londres y Washington comenzaron su actividad sediciosa contra Mohammad Mossadegh con un boicot internacional a los productos petrolíferos iraníes. Luego se lanzó una campaña de información a gran escala contra el primer ministro y sus asociados basada en noticias inventadas sobre la cooperación con los comunistas. Esa manipulación angloamericana de la opinión pública, junto con el soborno de la élite militar y política de Irán, puso en el poder al liderazgo títere del general Fazlollah Zahedi. A pedido de sus jefes extranjeros, firmó contratos petroleros gravosos contra su país.

2 y 4 de agosto de 1964, Vietnam. El incidente del Golfo de Tonkin. El 7 de agosto de 1964, el presidente de los Estados Unidos, Lyndon B. Johnson, presionó al Congreso para que adoptara una resolución que le otorgaba el derecho a “tomar todas las medidas necesarias para repeler cualquier ataque armado contra las fuerzas de los Estados Unidos” en el sudeste asiático. El presunto bombardeo de destructores estadounidenses por torpederos de la República Democrática de Vietnam en el golfo de Tonkin el día anterior sirvió como pretexto formal. Más tarde, la comisión del Senado admitió que los informes del incidente habían sido tergiversados intencionalmente para lanzar operaciones militares en Vietnam.

24 de marzo – 10 de junio de 1999. Operación Fuerza Aliada contra la República Federativa de Yugoslavia. El ciudadano estadounidense William Walker, jefe de la Misión de Verificación de la O.S.C.E. en Kosovo, fue noticia con una acusación completamente falsa de una masacre de civiles en el pueblo de Racak (enero de 1999). Más tarde se comprobó que estos civiles eran militantes armados muertos en combate. La Unión Europea luego estableció esto más allá de toda duda. En ese entonces, William Walker anunció públicamente que se trataba de un acto de genocidio. Se encargó de anunciar la retirada de la misión de la O.S.C.E. de Kosovo. De hecho, esto se utilizó como desencadenante de la agresión de la OTAN contra el antiguo estado de Yugoslavia.

20 de marzo – 9 de abril de 2003, Irak. Estados Unidos y sus aliados invaden Irak para derrocar a Saddam Hussein. Durante 12 años, la Comisión Especial de las Naciones Unidas (UNSCOM) y luego la Comisión de Supervisión, Verificación e Inspección de las Naciones Unidas (UNMOVIC) habían estado buscando en Irak existencias ocultas de armas biológicas, químicas y otras armas de destrucción masiva (ADM), cuya existencia Bagdad había negado. Sin embargo, durante una reunión del Consejo de Seguridad de la ONU el 5 de febrero de 2003, el Secretario de Estado de los EE.UU., Colin Powell, acusó a los líderes iraquíes de fabricar armas de destrucción masiva y mostró un vial con polvo blanco que supuestamente contenía ántrax encontrado en Irak: “Los hechos y el comportamiento de Irak muestran que Saddam Hussein y su régimen están ocultando sus esfuerzos por producir más armas de destrucción masiva. No puede haber duda de que Saddam Hussein tiene armas biológicas y la capacidad de producir rápidamente más, muchas más. Mis colegas, cada declaración que hago hoy está respaldada por fuentes, fuentes sólidas. Estos no son sólo asertos…”.
El producto no convenció a los miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, que se negaron a sancionar la invasión de Irak. Pero eso no detuvo a los estadounidenses. En marzo-abril de 2003, con el pretexto de que estas notorias armas de destrucción masiva deben ser destruidas, Estados Unidos, con el apoyo de sus aliados, lanzó una invasión armada de Irak en violación del derecho internacional, lo que condujo a la ocupación del país. El presidente legítimo, Saddam Hussein, fue derrocado y ejecutado, y el país se sumió en muchos años de caos, del cual no se ha recuperado completamente hasta el día de hoy. Nunca se encontraron armas biológicas, químicas o nucleares después de la destrucción de Irak, y Powell se disculpó públicamente. En julio de 2016, una comisión independiente británica dirigida por John Chilcot, que había estado investigando la participación británica en la campaña militar en Irak durante siete años, anunció los resultados de su investigación. Conclusión: la invasión a Irak fue un “terrible error”, y la decisión del gobierno de Tony Blair de involucrarse fue “apresurada” y “basada en pruebas inadecuadas”. Incluso el propio Tony Blair admitió que la invasión de Irak se había llevado a cabo sobre la base de inteligencia falsa y que las acciones de la coalición occidental, en efecto, facilitaron el surgimiento de ISIS. El ex primer ministro se disculpó con las familias de los soldados británicos que murieron en Irak, pero de alguna manera, a la manera típica británica, se olvidó de disculparse con las familias de los iraquíes asesinados.

En septiembre de 2014, se estableció en Irak y Siria una coalición antiterrorista internacional liderada por Estados Unidos para contrarrestar a ISIS. De manera indicativa, nunca se solicitó al gobierno de la República Árabe Siria un acuerdo sobre el despliegue de las fuerzas de la coalición en este país soberano. Todas las operaciones de la coalición se han llevado a cabo sin coordinación con las autoridades sirias legítimas con el pretexto de implementar el derecho a la autodefensa según lo previsto en el Artículo 51 de la Carta de la ONU.
Los líderes sirios han pedido repetidamente al Consejo de Seguridad de la ONU que responsabilice a Estados Unidos y sus aliados por sus acciones. Las fuerzas aéreas de la coalición han sometido regularmente la infraestructura siria, incluidas las instalaciones petroleras en áreas controladas por ISIS, a ataques masivos. Según el Ministerio de Petróleo y Recursos Minerales de Siria, durante la crisis, solo el sector del petróleo y el gas ha sufrido daños por más de 100.000 millones de dólares a causa de estas acciones ilegales y la continua ocupación extranjera de partes del territorio sirio. Los ataques se han dirigido con frecuencia a las unidades de tropas del gobierno, después de lo cual los militantes lanzan una ofensiva. Por lo tanto, los ataques aéreos contra las posiciones del ejército sirio en Deir ez-Zor mataron a 62 miembros del personal del ejército sirio e hirieron a más de 100 personas. Los militantes de ISIS aprovecharon esta oportunidad para apoderarse de las líneas del frente de la defensa de la guarnición sitiada en Deir ez-Zor que estaba rodeada por terroristas.En abril de 2017 y abril de 2018, los aliados de la OTAN utilizaron casos de usos inventados de armas químicas por parte de Damasco, en realidad organizados por los servicios secretos occidentales con la ayuda de los notorios pseudohumanitarios Cascos Blancos (*), como pretexto para ataques masivos con misiles en Instalaciones militares y civiles sirias.
Las acusaciones basadas en el uso inventado de “armas químicas” y otros informes falsos sobre los presuntos crímenes de Damasco (por ejemplo, en Douma el 7 de abril de 2018) se convirtieron en una tendencia dominante en la guerra de información occidental contra la República Árabe Siria. El persistente lavado de cerebro de la opinión pública permitió que Occidente adoptara las medidas y sanciones más duras y represivas a nivel legal, como la Caesar Act, que está empujando a Siria hacia un desastre humanitario e impide la recuperación poscrisis y el regreso de millones de refugiados.

(*) La ONG Cascos Blancos (White Helmets) como herramienta para escenificar incidentes químicos falsos en Siria.

Estados Unidos y Gran Bretaña se han basado activamente en la información de los WH (White Helmets. Cascos Blancos. Nota del traductor) para formular acusaciones contra el gobierno sirio al afirmar que Damasco usó armas químicas. Posteriormente, el Reino Unido usó estas supuestas acusaciones para reforzar su línea dentro de la OPAQ (Organización para la Prohibición de las Armas Químicas) cuando presionó por la introducción de un mecanismo atributivo para investigar y “castigar” a los estados por usar armas químicas. Los Cascos Blancos son una designación informal de la Defensa Civil de Siria, es una organización no gubernamental que se formó en 2014 en Idlib como una estructura paraguas para varios equipos de rescate que operan en territorio sirio no controlado por Damasco oficial. Los WH ha sido expuesto varias veces por fabricar y plantar noticias falsas en el espacio de la información, incluidos los siguientes casos:

  • incluso antes de que las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia lanzaran su operación antiterrorista en Siria en octubre de 2015, los WH conspiraron para hacer publicitar nuevas historias de Cisjordania, territorio palestino, sobre las “víctimas de los ataques aéreos del ejército ruso”.
  • En septiembre de 2016, organizaciones humanitarias ofrecieron evacuar a una niña de Alepo, quien denunció en Twitter sobre las “atrocidades del régimen”. Resultó que era un activista de los WH de habla inglesa quien había escrito estas publicaciones de Twitter en nombre de la niña.
  • En diciembre de 2016, la policía egipcia en Port Said detuvo a un grupo de activistas de los WH que estaban filmando lo que presentaron como informes reales sobre una “niña en Alepo cubierta de sangre”.
  • A fines de abril y principios de mayo de 2017, los miembros de WH y Al Jazeera trabajaron en un informe sobre lo que afirmaron fue un “ataque con armas químicas por parte del régimen sirio” en Saraqib, Idlib, pero este incidente nunca sucedió.

En algunos casos, la organización reconoció el hecho de que estaba difundiendo “noticias plantadas” y justificó sus acciones por la necesidad de “crear conciencia sobre el sufrimiento del pueblo sirio”.
Algunas de las historias plantadas por los WH resultaron de sus vínculos con grupos terroristas, como señaló Stephen Kinzer, reportero de The Boston Globe, un periódico estadounidense. Escribió que el 16 de marzo de 2015, el Comité de Coordinación de Sarmin entregó a los WH lo que presentó como materiales de video que exponen al gobierno sirio, y la CNN, una cadena de televisión estadounidense, luego le dio mucha publicidad a estos materiales. Sin embargo, más tarde se supo que este “comité” estaba afiliado a al-Qaeda. Esto llevó a Stephen Kinzer a la conclusión de que la cadena de televisión estadounidense transmitía propaganda de al-Qaeda a la opinión pública internacional.
Los expertos de la oficina de la Organización Mundial de la Salud en Damasco también criticaron a los Cascos Blancos y dijeron que los WH, junto con Médicos Sin Fronteras y la llamada Sociedad Médica Siria Estadounidense, estaban difundiendo información errónea y sembrando noticias falsas en territorios sirios controlados por grupos armados ilegales, incluso publicando informes falsos sobre “hospitales destruidos en Alepo” y “hambruna masiva” en las áreas sitiadas. En sus operaciones, los funcionarios de los WH utilizan como tapadera el llamado mecanismo humanitario transfronterizo de la ONU en Gaziantep, Turquía, cuyo financiamiento transgrede el llamado oficial de asistencia humanitaria de la ONU.
Respetados políticos y figuras de la sociedad civil de Australia, Bulgaria, Canadá, Francia, Eslovaquia y los Estados Unidos, actuando de forma independiente unos de otros, han estado exponiendo fabricaciones, desinformación y noticias falsas plantadas.
Londres jugó un papel particularmente importante a este respecto. Inició una serie de provocaciones comenzando con el caso Litvinenko en 2006. Bajo la excusa descabellada de que Moscú se negó a contribuir a la investigación sobre su envenenamiento, el Reino Unido impuso una serie de sanciones a Rusia en julio de 2007. Así, expulsó a cuatro diplomáticos rusos del país, suspendió todo contacto con el Servicio de Seguridad Federal de Rusia y cualquier trabajo sobre acuerdos técnico-militares o un acuerdo bilateral sobre la flexibilización de los requisitos de visado. Además, Gran Bretaña insistió en la extradición del ciudadano ruso Andrey Lugovoy, lo que sería una grosera violación de nuestra constitución.
Rusia estaba cooperando con sus colegas británicos de buena fe, pero Londres no correspondió. La Oficina del Fiscal General de Rusia informó a sus colegas británicos que, si proporcionaban los materiales pertinentes, estaría dispuesta a llevar a cabo procedimientos legales en Rusia.
En agosto de 2014, el Comité de Investigación de Rusia tuvo que negarse a participar en la investigación pública británica sobre este caso. El problema era que, al contrario de su nombre, no era transparente para Rusia. Por lo tanto, existían serios temores sobre su potencial de politización. Nuestras aprensiones finalmente se justificaron. Las audiencias en la parte abierta de la “investigación pública” abundaron en referencias al “secreto”, varios tipos de insinuaciones y prejuicios no disimulados, en parte, con respecto al testimonio de los testigos que no encajaba en la “línea general” de la fiscalía.
Marzo de 2018, el caso Skripal. Londres usó el incidente en Salisbury relacionado con el presunto envenenamiento del ex empleado de GRU Sergei Skripal y su hija Yulia como una provocación contra Rusia. Sin esperar los resultados de su propia investigación e ignorando la oportunidad de utilizar mecanismos y formatos legales, incluyendo la OPAQ y la Convención Europea de Asistencia Mutua en Materia Penal, el gobierno británico anunció una serie de actos hostiles con respecto a la Federación Rusa.
Londres expulsó a 23 diplomáticos rusos; redactó “nuevos poderes legislativos para fortalecer las defensas contra todas las formas de actividad estatal hostil”; aprobó modificaciones al proyecto de ley sobre sanciones para “fortalecer las facultades para imponer sanciones en respuesta a la violación de los derechos humanos”; control fronterizo fortalecido; amenazó con “congelar los bienes del Estado ruso cuando haya pruebas de que pueden utilizarse para amenazar la vida o la propiedad de ciudadanos del Reino Unido”; prometió tomar todas las “medidas necesarias contra el crimen organizado y las élites corruptas”; suspendió todos los contactos bilaterales de alto nivel, en parte, rescindió la invitación a Sergey Lavrov para visitar el Reino Unido; canceló la visita a la Copa del Mundo 2019 de miembros de la familia real y el gobierno; y adoptó otras medidas que “no pueden hacerse públicas por razones de seguridad nacional”.
Además, el gobierno británico inició una mayor exacerbación de las tensiones al diseñar la expulsión de diplomáticos rusos por parte de algunos otros países, en su mayoría de la UE y la OTAN.
Hablando en el parlamento en septiembre de 2018, la entonces primera ministra británica, Theresa May, dijo que la Fiscalía de la Corona estaba lista para presentar cargos por el intento de asesinato de los Skripal contra dos ciudadanos rusos: Alexander Petrov y Ruslan Bashirov. Ella dijo que son “oficiales de la inteligencia militar rusa también conocida como GRU”. Según Theresa May, Petrov y Bashirov eran “nombres que se creía que eran alias” utilizados para penetrar en el Reino Unido por el intento de asesinato de la familia Skipal en Salisbury.
En su discurso ante los parlamentarios, Theresa May enfatizó que solo Rusia tenía los medios técnicos y la experiencia operativa para usar el agente tóxico, el llamado Novichok. Se refirió a un informe de la Secretaría de la OPAQ sobre los resultados de la investigación del incidente de Amesbury. Sin embargo, este informe no contiene ninguna referencia al origen del agente tóxico y no utiliza el término “Novichok”.
El 21 de septiembre de 2021, los cuerpos policiales británicos anunciaron su decisión de presentar cargos contra un tercer ciudadano ruso “involucrado en el caso Skripal”, un tal Sergey Fedotov. Al comentar sobre un nuevo giro en este caso en su discurso ante el Parlamento británico, la ministra del Interior de Gran Bretaña, Priti Patel, enfatizó la intención de Londres de continuar con la respuesta más dura posible a la persistente amenaza considerable de Rusia hasta que mejoren las relaciones con su gobierno.
Hablando el 18 de noviembre de 2021, el secretario Patel dijo: “Estamos iniciando una investigación para garantizar que se puedan considerar todas las pruebas relevantes, con la esperanza de que la familia de Dawn Sturgess obtenga las respuestas que necesita y merece”. Según funcionarios británicos, Dawn Sturgess, de nacionalidad británica, fue envenenada con el gas nervioso “Novichok” en Amesbury en 2018. El proceso político planeado no tiene nada que ver con la justicia. Su único objetivo es culpar a Moscú de estos hechos sin ninguna prueba y, al mismo tiempo, ponerlo en una especie de “marco legal”. Dicho esto, los funcionarios británicos aún no han respondido a nuestras numerosas solicitudes de respuestas claras a nuestras preguntas sobre muchas incongruencias en el “caso Skripal”. Durante el contacto con nuestros colegas británicos, insistimos constantemente en un enfoque profesional e imparcial para investigar todas las circunstancias del incidente. Le hemos dicho repetidamente a Londres que estamos dispuestos a cooperar a través de expertos y de los organismos encargados de hacer cumplir la ley, si nuestros socios británicos están realmente interesados ​​en investigar el crimen.

3 de enero de 2020. El mayor general Qasem Soleimani, comandante de la Fuerza Quds, una unidad del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (IRGC), fue asesinado por un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en el aeropuerto de Bagdad, Irak. El líder militar iraní estaba en las listas de sanciones de Estados Unidos por las supuestas “actividades para difundir desinformación” y asistencia al gobierno sirio legal. La eliminación de un funcionario de un país en el territorio de un tercer país es un movimiento sin precedentes. Muchos expertos califican este crimen estadounidense como un acto de terrorismo de Estado.

Agosto de 2020, el “envenenamiento” de Alexey Navalny. La Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos impusieron sanciones contra varios ciudadanos rusos y el GosNIIOKhT (Instituto Estatal de Investigación de Química Orgánica y Tecnología) por la supuesta participación en el envenenamiento de Navalny con “Novichok”. No citaron ningún hecho o evidencia de su participación.
En agosto de 2021, con pretextos absurdos e inverosímiles, el Gobierno británico anunció la imposición de sanciones como parte de su régimen nacional de sanciones. Se trataba de restricciones personales respecto de “los responsables directos de llevar a cabo el envenenamiento del señor Navalny”.
Se afirmó que las sanciones impuestas redujeron seriamente el comportamiento ostensiblemente irresponsable y dañino de Rusia y fueron una extensión lógica de la declaración de la OPAQ con pretextos absurdos e inverosímiles del 6 de octubre de 2020, que “confirmó” las conclusiones de tres laboratorios internacionales independientes sobre el envenenamiento de Navalny por un agente nervioso del “grupo Novichok”.


En consecuencia, Londres y Washington son los campeones históricos en la fabricación de pretextos para acciones destructivas, incluyendo la invasión de otros estados, su ocupación, causar daños con ataques destructivos y el uso de sanciones ilegales, por nombrar algunos.

Claramente, el actual maratón a largo plazo de terror informativo está en la línea de la política tradicional de Occidente. Con el impulso de los círculos gobernantes de EE. UU. y el Reino Unido, los principales medios de comunicación del mundo están azuzando la histeria para lavar el cerebro a sus audiencias y crear una nueva realidad al convencer a todos de la “inminente invasión de Ucrania” de Rusia con repeticiones interminables de informes rusofóbicos.

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