por Dmitry Orlov. En Club Orlov. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
Orlov es regocijante con su ácido sarcasmo. Menos para la decadente élite estadounidense, realmente la carcajada de Kamala Harris resulta irresisteblemente contagiosa. Putin, como es un verdadero caballero, a pesar de la tentación, mantendrá la compostura.
Mantengo mi viejo dicho de que “Estados Unidos no es una democracia y no importa quién sea el presidente”. Estados Unidos se está haciendo decrépito a un ritmo perfectamente aceptable (para la mayoría global que está harta de su “hegemonía”). Las grandes naciones hegemónicas necesitan dos ingredientes para seguir siendo hegemónicas: supremacía económica y supremacía militar.
En el caso de Estados Unidos, todos se vieron obligados a utilizar el dólar estadounidense en el comercio, (especialmente en el comercio petrolero) del que Estados Unidos podía sacar grandes beneficios simplemente imprimiendo dinero, o de lo contrario matarían a Saddam o a Khaddafi. En realidad, la cuestión se reducía a “páganos o te mataremos”. Entonces, ¿cómo le va ahora a esa supremacía?
Veamos primero el poder económico. Si observamos (muy brevemente) el presupuesto federal de Estados Unidos, veremos que un tercio de él se creó con préstamos y, cuando lo revisé hace unos meses, Estados Unidos se vio obligado a seguir pidiendo prestado un billón de dólares cada tres meses; este tipo de cosas no suelen durar mucho.
Mientras tanto, se espera que en una reunión de los BRICS en Kazán en octubre se elabore un plan para reemplazar al dólar estadounidense en el comercio internacional y, en preparación para ese evento, el oro alcanzó los 2.550 dólares la onza por primera vez en la historia y los inversores internacionales están empezando a deshacerse de los bonos del Tesoro de Estados Unidos y se resisten a comprar más. Hasta ahora, 49 países han presentado la documentación para unirse a los BRICS; como ven, muy pocos países pueden darse el lujo de quedar fuera del comercio internacional una vez que el dólar se vaya.
Si se le quita al Departamento del Tesoro de Estados Unidos la capacidad de endeudamiento, sólo quedará suficiente dinero para el gasto social, nada más, pero si se elimina todo lo demás, la base impositiva se reducirá hasta un punto en que tampoco podrá sostener el gasto social. ¿Qué efecto tendrá eso sobre el bienestar social de un país cuya cultura se toma muy pocas cosas completamente en serio, ciertamente no la justicia, la integridad, la virtud o la verdad, pero el dinero es definitivamente una de ellas? Hasta ahí llegó la supremacía económica.
Ahora veamos el poder militar. Estados Unidos (y un puñado realmente patético de aliados) intentaron organizar una especie de “Operación Proveer Blah-blah-blah” para intentar arrebatar el control del Mar Rojo y, en consecuencia, del Canal de Suez, a Ansarulá, también conocido como el Movimiento Houthi, llamado así por el venerable Abdul-Malik Badruldeen al-Houthi. En la actualidad, sólo los barcos chinos y rusos pueden navegar sin problemas más allá de la Puerta de las Lamentaciones (también conocida como Bab el Mandeb) en la entrada del Mar Rojo.
Otras opciones de navegación incluyen rodear el Cabo de Buena Esperanza en el extremo sur de África o desafiar la Ruta Marítima del Norte de Rusia; una es cara, la otra políticamente desagradable. El resultado de esta misión (de la que poco se sabe ahora) es un agujero en la cubierta de vuelo de cierto portaaviones estadounidense causado por un cohete Houthi, después de cuyo evento (del que no se dijo nada) dicho portaaviones retrocedió lentamente hacia Norfolk.
Más recientemente, cuando Irán prometió represalias por el asesinato por parte de Israel del líder político de HAMAS y multimillonario palestino Ismail Haniyeh mientras estaba de visita en Teherán, una delegación estadounidense de alto nivel voló a Teherán y muy discretamente rogó a los iraníes que no atacaran a Israel (de nuevo) porque, como demostró el anterior ataque iraní con misiles y aviones no tripulados contra Israel, Israel no puede defenderse a sí mismo y Estados Unidos tampoco puede defenderlo. Sin embargo, Estados Unidos envió un portaaviones a la región (uno de los pocos que quedan que todavía están en servicio) -¿para hacer qué exactamente? Para realizar misiones aéreas efectivas a la costa sin reabastecimiento en el aire, la distancia máxima desde la costa tiene que ser inferior a 300 millas náuticas; el alcance de los cohetes hipersónicos, que todos excepto Estados Unidos y sus aliados ahora parecen tener y que Estados Unidos no ha aprendido a interceptar, es mayor que eso. Un solo impacto en un portaaviones estadounidense vale por mil misiones aéreas. Demasiado para la supremacía militar. Hasta aquí llegó.
Cuando un determinado plan político ya no funciona (y la supremacía estadounidense, mientras duró, fue en verdad un plan político), los ladrones entran corriendo y saquean todo lo que queda. Esto era de esperar y esto es lo que sucedió: el ladrón Biden y el ladrón Zelensky, uña y carne, organizaron un evento en equipo para saquear tanto a Estados Unidos como a la Unión Europea, filtrando más de cien mil millones de dólares a través de los restos corruptos de una nación que era la antigua Ucrania. Todo iba bien con Biden haciendo el papel de un anciano y sabio “capo” de un clan mafioso mientras sus malvados secuaces se encargaban del saqueo real del tesoro.
Pero surgió un pequeño problema: Biden se volvió tan senil que ya no entendía que lo era y esto se volvió dolorosamente obvio para todos los que lo vieron debatir con Trump. Había que hacer algo y otros tres mafiosos (Pelosi, Schumer y Obama) conspiraron para reemplazar a Biden. Pero ¿con quién? Los tres mafiosos querían compilar una lista corta de candidatos y luego realizar una elección simulada en la convención demócrata para “elegir” a un ganador predeterminado.
Biden logró frustrar su plan al… respaldar a Kamala Harris, una contratada por su perfil de diversidad (de raza negra y probablemente una mujer, aunque sin hijos y quién sabe qué pasa con las “mujeres” estadounidenses en estos días) que es retrasada mental o está borracha permanentemente o ambas cosas. La pobre Kamala parece tener tres modos: borracha y feliz por la mañana (carcajadas), borracha en el trabajo durante el día e intentando actuar sobria pero sin sentido, y borracha e irritable y lista para desmayarse por la noche. Si eso describe a tu novia, entonces felicitaciones: ¡eres un perdedor!
Pelosi, Schumer y Obama -el trío de mafiosos- lucharon contra esta opción todo lo que pudieron, pero al final tuvieron que dar su consentimiento a regañadientes a la candidatura de Kamala. Kamala definitivamente no es la elección de nadie más que de Biden… y de Putin. No te lo esperabas, ¿verdad? ¡Salud!
Verá, cuando le preguntaron a Putin a quién quería ver como presidente de Estados Unidos, dijo “Joe Biden”. Biden, dijo Putin, es un político experimentado y predecible. Con Trump, por otro lado, podría haber sorpresas debido a su naturaleza tempestuosa e impredecible y su condición de político amateur. Biden nunca intentaría algo tan tonto como intentar hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande. Biden y sus malvados secuaces solo están allí para apropiarse indebidamente de lo que quede de él y eso le parece bien a Putin.
Ahora que Biden ya no está disponible, Kamala es una clara favorita de Putin que asegurará la continuidad: los mismos secuaces malvados continuarán con la ola de saqueos, lo que permitirá a Putin dedicar su atención a actividades más interesantes que adivinar qué estúpido truco publicitario podría intentar hacer Trump a continuación (ya que los trucos publicitarios son todo lo que entiende).
Por cierto, un intento ruso de pronunciar “Kamala Harris” da como resultado “Kambala Kharius” y se traduce como “tímalo lenguado”, dos especies de pescado, ambas bastante sabrosas. Pero ¿quién querría un lenguado o un tímalo como presidente? Parece que huele a pescado…
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