por Paul Craig Roberts. En Instituto para la Economía Política. Traducción de Leonardo Del Grosso
Hoy (9 de noviembre) escuché a un historiador negro en NPR (National Public Radio, una red nacional de radiodifusoras con financiamiento público y privado en los EEUU) decir que la “guerra civil” se libró para establecer un marco para los derechos humanos.
También dijo que los derechos civiles de los negros adquiridos mediante la guerra fueron anulados por el retroceso de la Reconstrucción, restablecidos por la Ley de Derechos Civiles de 1964, y ahora fueron de nuevo anulados por la respuesta de Trump a la caravana de Honduras.
En lo mejor que pude ver, esta fue una explicación de la historia típica de las “políticas de identidad”, con todas sus contradicciones y errores sobre los hechos.
Las “políticas de identidad” se basan en la acusación de que el hombre blanco es un racista y un misógino. Esto es inconsistente con la creencia de que Washington, totalmente en manos de los hombres blancos, optó por librar una sangrienta guerra civil para llevar los derechos humanos a los esclavos negros. Si los hombres blancos son esos idealistas y están dispuestos a hacer tal sacrificio por los negros, ¿cómo es posible que los hombres blancos sean racistas?
El historiador negro no puede sostenerlo en ambos sentidos.
Además, ¿cómo explicaría el historiador negro cómo podría ser posible que el mismo ejército de la Unión que luchó para llevar los derechos humanos a los esclavos negros inmediatamente después del final de la guerra fuera enviado, al mando de los mismos generales, Sherman y Sheridan, para asesinar a los indios de las Llanuras? ¿Por qué el ejército de la Unión luchó por los derechos humanos de los negros y contra los derechos humanos de los indios nativos americanos?
Como todo historiador competente sabe, no hubo una “guerra civil”. Una guerra civil es cuando dos partes luchan por el control del gobierno. Los estados del sur se separaron y formaron su propio país. La Confederación no tenía ningún interés en controlar a Washington. La guerra sucedió porque Lincoln invadió la Confederación. La Confederación luchó porque fueron invadidos. El Norte luchó para mantener la Unión, como Lincoln dijo repetidamente. El Sur se separó porque la mayoría del Norte en el Congreso aprobó un arancel que benefició al Norte a expensas del Sur. Lincoln garantizó al Sur la protección permanente de la esclavitud si se quedaba en la Unión, pero no se ofreció a derogar el arancel. Los historiadores han estudiado los diarios y las cartas de los soldados de los dos lados, y no pueden encontrar a nadie que haya luchado en torno a la cuestión de la esclavitud. Lincoln dijo que los negros no estaban lo suficientemente desarrollados para vivir en sociedad con blancos. Su plan era enviarlos de vuelta a África, lo que podría haber ocurrido -ya que el Norte no los quería- si Lincoln no hubiera sido asesinado.
Bajo la Reconstrucción que el Norte impuso sobre el Sur, el Sur se dividió en cinco distritos militares en los que los derechos civiles de los blancos eran escasos y sus bienes fueron robados por los oportunistas y los canallas, ya que los blancos carecían de protección legal y de un gobierno propio. La vengativa Unión simplemente invirtió los roles del blanco y el negro en la medida en que fueron capaces.
Como Lawrence Stratton y yo mostramos en nuestro libro, The New Color Line, a pesar de la prohibición de cuotas raciales de la Ley de Derechos Civiles de 1964, la Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo (EEOC, por sus siglas en inglés) estableció cuotas como el método de ejecución de la EEOC. Un régimen de cuotas es un otorgamiento de privilegios a aquellas “minorías preferidas” favorecidas por el sistema de cuotas, y el privilegio es una violación del requisito de igualdad ante la ley de la 14º Enmienda.
Todo lo que he dicho en este breve ensayo es real y se puede verificar fácilmente. Pero tenemos un historiador negro en NPR que piensa que los blancos son racistas, pero lucharon y murieron para llevar los derechos humanos a los negros importados pero no a los indios nativos, y que no tiene idea de la opresión de la Reconstrucción (a veces llamada Reconstrucción Radical) o de la violación de la 14º Enmienda y el propósito del Congreso a través de la EEOC.
Como he enfatizado a lo largo de los años, los estadounidenses viven en una matriz de desinformación en la que los hechos, y la historia misma, están desapareciendo. Emoción, no razón, es lo que conduce. Ahora tenemos una mafia, Antifa, que ha introducido la violencia física en la política. Quienes controlan las explicaciones denuncian a Trump y Tucker Carlson, no a la violencia de Antifa.
Es fácil ver a dónde va esto.
Be First to Comment