por Paul Craig Roberts. En Instituto para la Economía Política. Traducción de Leonardo Del Grosso. Comunidad Saker Latinoamérica
Se supone que Robert Mueller está investigando el “Russiagate”, que ha demostrado ser un engaño fraguado por el ex director de la CIA, John Brennan, el ex director del FBI, James Comey, y el actual vicefiscal general, Rod Rosenstein. Como “Russiagate” es un engaño, Mueller no ha podido producir ni una pizca de evidencia del supuesto complot de Trump/Putin para piratear los correos electrónicos de Hillary e influir en las últimas elecciones presidenciales.
Con su investigación incapaz de producir ninguna evidencia del supuesto “Russiagate”, Mueller llegó a la conclusión de que tenía que desviar la atención del fallido engaño mediante la presentación algún tipo de caso judicial contra alguien, sabiendo que los incompetentes y corruptos medios de comunicación estadounidenses y el despreocupado público asumirían que el caso tenía algo que ver con “Russiagate”.
Mueller eligió a Paul Manafort como blanco, con la expectativa de que, teniendo que enfrentarse a falsos cargos, Manafort haría un trato y inventaría algunas mentiras sobre Trump y Putin a cambio de que se abandonara el caso judicial contra él. Pero Manafort se mantuvo firme, forzando a Mueller a seguir adelante con un caso falso.
La carrera de Manafort está involucrada en campañas políticas republicanas. Él está acusado de crímenes tales como el pago de boletos para ver al equipo de béisbol “New York Yankee” con fondos extraterritoriales no declarados a las autoridades fiscales, y como el intento de obtener préstamos bancarios sobre la base de la tergiversación de su condición financiera. Según la acusación fiscal, Manafort no habría tenido éxito en obtener un préstamo basado en tergiversación financiera, sino que sólo sería culpable de intentarlo. Dos de las personas que testifican en su contra han sido recompensadas con el levantamiento de las acusaciones judiciales contra ellas.
La investigación de Mueller está restringida al “Russiagate”. En otras palabras, Mueller no tiene mandato de investigar o presentar cargos sin relación con “Russiagate”. En mi opinión, Mueller se sale con la suya sólo porque el fiscal general adjunto participa en el complot “Russiagate” contra Trump. Mueller y Rosenstein saben que pueden contar con la “presstitute” (prensa prostituta) para seguir engatusando al público presentando el juicio de Manafort como parte del “Russiagate”.
El juez de primera instancia ha criticado en dos ocasiones a los fiscales, preguntándoles en una ocasión si tenían alguna evidencia de fraude exitoso. En otras palabras, el juez puede notar la diferencia entre un fraude real y un intento fallido de fraude, una distinción que los fiscales no quieren que el jurado tenga en cuenta.
No obstante, los fiscales pueden tender una trampa para incriminar a un juez, del mismo modo que están tratando de incriminar a los presidentes de los Estados Unidos y de Rusia. Al darse cuenta de eso, el juez retrocedió.
Lo que el juicio de Manafort debería decirte es cuán total y completamente corrupto es Estados Unidos. En mi opinión, no hay en ninguna parte una organización tan corrupta como el Departamento de Justicia (sic) de los Estados Unidos.
Que “Russiagate” continúe con su corrupto curso debería decirte cuán impotente es el presidente Trump. Trump ni siquiera puede influir en su propio Departamento de Justicia, que está haciendo todo lo posible para destruirlo.
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