Texto original en The Vineyard of the Saker
CS Lewis, en su prefacio a la obra de San Atanasio Sobre la Encarnación, él nos insta a estudiar a los clásicos. En ella se lamentaba de cómo la gente de hoy (se refiere a su “hoy”, pero es igualmente si acaso no más importante que el nuestro) está más interesada en leer sobre las grandes figuras del pasado en lugar de las obras en sí. Hizo hincapié en la necesidad de volver a los textos clásicos del pasado, tanto para exponer nuestras propias presuposiciones a menudo demasiado ocultas como para abrirnos a formas de pensar distintas a las nuestras. Esto no se puede hacer, señala, leyendo las obras de nuestros contemporáneos, porque ellos también comparten nuestras suposiciones. “El único paliativo”, escribió Lewis, “es mantener la brisa marina limpia de los siglos soplando en nuestras mentes, y esto solo se puede hacer leyendo libros antiguos”. Si logramos acercarnos a Sobre la Encarnación de esta forrm, la descubriremos como una “obra maestra” y veremos con asombr que “una mente maestra pudiera haber escrito en el siglo IVtanprofundamente sobre un tema con tanta simplicidad clásica”.
Del prefacio escrito por el Decano John Behr, Dr. Phil., a La forma Ortodoxa por el Metropolitano Kallistos Ware.
Yvonne Lorenzo: En lo que respecta los estudios de la Biblia que hice en una universidad de artes liberales, hace más de cuarenta y cinco años, recuerdo que el profesor mencionaba un texto sobre el “Antiguo Pacto” hebreo, así como lo describió, no mencionaba a una virgen en relación a la Biblia ni un “Nacimiento virginal”, pero en cambio hacía referencia a una niña y cómo cuando Jesús dijo durante los panes y los peces “comer de mi carne” quería provocar que los judíos vomitaran, en ese sentido. Además, también se enseñaba que la resurrección supuestamente fué agregada más tarde, al igual que las profecías de la destrucción del templo y recuerdo una observación que me sorprendió, que los fariseos eran anacrónicos, como de una época posterior. Por el contrario, me hiciste consciente de la Septuaginta que contradice la “erudición” que me habían presentado; y encontré este excelente artículo publicado en el sitio web “Russian Faith” (aunque ya me informaste que “fe rusa” es un nombre inapropiado; ya que existe sólo la fe ortodoxa) titulado “Las Biblias rusas son muy diferentes de las estadounidenses“. Este es el por qué”. A continuación se muestra un extracto importante de este artículo, el que también proporciona evidencia sobre los Rollos del Mar Muerto:
De hecho, solía creer que el Texto Masorético era una copia perfecta del Antiguo Testamento original. Solía creer que el Texto Masorético fué cómo Dios divinamente preservó las Escrituras hebreas a lo largo de los siglos.
Estaba equivocado.
Las copias más antiguas del texto masorético sólo datan del siglo X, casi 1000 años después de la época de Cristo. Éstos textos difieren de los originales en muchas formas específicas. El texto masorético lleva el nombre de los masoretas, que eran escribas y eruditos de la Torá que trabajaban en el Medio Oriente entre los siglos VII y XI. Los textos que recibieron, y las ediciones que proporcionaron, garantizaron que los textos judíos modernos manifiesten una notable divergencia con las Escrituras hebreas originales.
Tú respondiste a mi publicación en tu sitio web de una traducción al inglés del Segundo Salmo, que fue mi propia respuesta a un comentario de un ruso que lo citó en un artículo en tu sitio sobre la depravación de las élites; Usé la Nueva Versión Internacional, no tan hermosa como la de King James, pero tal vez más comprensible para los lectores del siglo XXI. He tenido conocimeinto de una traducción más moderna de la Septuaginta publicada por la Oxford University Press en “lenguaje moderno” y aunque los británicos para mí, al menos en sus círculos de poder y gobierno, no son confiables, según mi opinión, creo que el estudio presentado es sólida (usan la palabra “Ungido” en el Segundo Salmo y eso significa el Mesías). Publicaré después de que terminemos nuestras conversaciones la versión King James, la nueva versión internacional y las traducciones de la Septuaginta de Sir Lancelot C.L. Brenton del Segundo Salmo, que me enviaste, y finalmente el N.E.T.S. de Oxford. Por favor elabora para nuestros lectores.
El Saker: he discutido la Septuaginta en mi sitio web y cito:
En respuesta a que si la Escritura estaba corrompida: sí y no. Sí lo fue, pero nunca con éxito. Déjame explicarte por qué.
Primero, si aceptas que Dios se comunicó con la humanidad por medio de las profecías y que los profetas escribieron las profecías que recibieron, te preguntarías por qué entonces Dios dejaría que los hombres distorsionaran o corrompieran el mensaje que nos envió. Por supuesto, todo hombre puede equivocarse, todos somos pecadores, y ya sea por error o deliberadamente el hombre ha corrompido la Escritura, no hay duda de ésto, la pregunta pertinente es ¿podrían estos hombres haberse salido con la suya?
En el tercer libro de Esdras tenemos un episodio interesante. Esdras le dice a Dios que la Escritura ha sido quemada y le pregunta: “Si entonces he encontrado favor delante de ti, envíame el Espíritu Santo y escribiré todo lo que sucedió en el mundo desde el principio, las cosas que fueron escritas en tu ley, que los hombres puedan encontrar el camino, y que aquellos que deseen vivir en los últimos días puedan vivir “.
A lo que Dios responde: “Ve y reúne a la gente, y diles que no te busquen durante cuarenta días. Pero prepara muchas tabletas de escritura y lleva contigo a Sarea, Dabria, Selemia, Ethanus y As′iel, a éstos cinco, porque están capacitadas para escribir rápidamente; y vendrás aquí, y encenderé en tu corazón la lámpara del entendimiento, que no se apagará hasta que lo que estás a punto de escribir esté terminado “.
Y, efectivamente, Esdras nos dice: “Entonces tomé a los cinco hombres, como él me lo ordenó, y nos dirigimos al campo, y nos quedamos allí. Y al día siguiente, he aquí, una voz me llamó, diciendo: “Ezra, abre tu boca y bebe lo que te doy de beber“. Entonces abrí la boca y he aquí, me ofrecieron una copa llena; estaba llena de algo parecido al agua, pero su color era como el fuego. Y lo tomé y bebí; y cuando la bebí, mi corazón derramó comprensión, y la sabiduría aumentó en mi pecho, porque mi espíritu retuvo su memoria; y mi boca se abrió y ya no estaba cerrada. Y el Altísimo dio entendimiento a los cinco hombres, y por turnos escribieron lo que se dictaba, en caracteres que no sabían. Se sentaron cuarenta días, escribieron durante el día y comieron su pan por la noche. En cuanto a mí, hablé durante el día y no guardé silencio por la noche. Así que durante los cuarenta días se escribieron noventa y cuatro libros. Y cuando terminaron los cuarenta días, el Altísimo me habló, diciendo: “Haz públicos los veinticuatro libros que escribiste primero y deja que los dignos y los indignos los lean; pero guarda los setenta que fueron escritos al final, para dárselos a los sabios entre tu pueblo. Porque en ellos está la fuente del entendimiento, la fuente de la sabiduría y el río del conocimiento ”. Y así lo hice.
Perdón por la larga cita, pero quiero ilustrar un punto: cuando sea necesario, Dios puede ordenar a sus fieles que restauren incluso la Escritura completa, siempre que a) sean dignos de recibir la guía del Espíritu Santo y, b) que reciban la “bebida como fuego” que Dios les da (¡ten en cuenta que este libro fue escrito mucho antes de los tiempos de Cristo!). Lo que es seguro es que la idea de que Dios concediera una revelación a través de sus profetas y luego permitiera que esa revelación permaneciese corrompida durante siglos, es bastante ridícula.
Hubo, de hecho, un intento grave de falsificar la Escritura. Ocurrió después de la caída de Jerusalén en el año 70 DC. En aquel momento, el pueblo judío estaba separado en dos sectas: los que creían que Cristo era el Mesías y los que no. Los primeros son conocidos como cristianos, mientras que los segundos, en su mayoría fariseos, crearon su propio grupo que desarrolló una nueva espiritualidad que cambió el enfoque del Antiguo Testamento al Talmud, del Templo a las asambleas (sinagogas), de los sacerdotes a los rabinos y de la Escritura original a un nuevo texto “corregido”. Estos textos tenían el visto bueno oficial de los rabinos en declaración de haber sido corregido por los sabios, o sea, los escribas y eruditos. No hace falta decir que lo que realmente hicieron fue cortar y alterar aquellas partes de la Escritura que les eran inconvenientes. En ese momento había una gran hostilidad entre los dos grupos y las disputas se centraban en las Escrituras, por supuesto. El tema en cuestión era simple: ¿las profecías sobre el Mesías en las Escrituras coincidían con lo que realmente sucedió en la vida de Cristo, o no? ¿Serían los seguidores de Cristo capaces de demostrar su tesis por medio de la Escritura? Bueno, los “guardianes de la tradición”, o “Masoretes“, como se les conocía, “corrigieron” la Escritura tanto como les fué posible para producir una falsificación conocida hoy como el “texto masorético” (MT, por su abreviatura en inglés, NDT).
Los cristianos inmediatamente se dieron cuenta de lo ocurrido y denunciaron el texto como falso. Uno de los primeros documentos que demuestran que los cristianos en aquel momento estaban plenamente conscientes de la falsificación que los judíos forjaron es el “Diálogo con Trifón” en el que San Justino Mártir (siglo II) hace esa acusación explícitamente. Los últimos Padres también lo han confirmado.
Quizás se pregunte cuál texto es el original y qué le sucedió. Sólo tenemos partes del original hebreo del “Antiguo Testamento” ( por supuesto, con otro nombre). Después de las conquistas de Alejandro Magno, dado que gran parte de lo que hoy es Oriente Medio fue “helenizado” el idioma de las élites e idioma internacional de la época era el griego. Aproximadamente dos siglos antes del nacimiento de Cristo, a pedido del gobernante local (griego), Ptolomeo II Filadelfio, 70 traductores de las doce tribus de Israel hicieron una traducción al griego del texto hebreo para la famosa Biblioteca de Alejandría. Este texto se llama Septuaginta (abreviado LXX) en memoria a estos setenta traductores. Este es el único texto considerado autoritario por la Iglesia [ortodoxa]. Después del cisma latino, la LXX fue casi olvidada en Europa occidental, ya que la Iglesia latina usó una traducción hecha por San Jerónimo, llamada Vulgata. Debido a que los latinos creían que sólo el clero “erudito” debería ser capaz de leer la Escritura para luego enseñarla y explicarla a la gente “simple”, este texto no se difundió ampliamente.
En contraste, Lutero quería que cada cristiano tuviera acceso a la Escritura. Lutero, que se oponía al clericalismo latino y sospechaba que los latinos podrían haber corrompido el texto, decidió basar su enseñanza en lo que aparentemente creía sinceramente que era el texto hebreo “original”, la falsificación masorética. Como resultado, la gran mayoría de las Biblias disponibles en el mundo occidental se basan en un texto forjado deliberadamente por rabinos que odiaban a Cristo, incluida la versión King James (por lo demás bellamente escrita). Más recientemente, se han hecho nuevas versiones “corregidas” de la MT, pero todavía hay una sola traducción, bastante mala, de la LXX en inglés, la llamada “traducción Brenton” (escuché que se está trabajando una nueva). Pero hasta hace muy poco, Occidente era simplemente demasiado orgulloso e ignorante del pensamiento patrístico para recordar que solo la LXX representa el verdadero texto del Antiguo Testamento.
Voy a entrar en todos estos detalles para ilustrar un punto: sí, la Sagrada Escritura puede y ha sido corrompida tanto deliberadamente (Masoretes) como por ignorancia (Biblias occidentales). Pero Dios nunca permitirá que el texto verdadero original simplemente desaparezca.
También quisiera señalar que, lo que intentaron los rabinos fué ante todo una sustitución: LXX por MT. Nunca afirmaron que el MT era la LXX. De hecho, algunas fiestas judías (como Hanukkah) no tienen una base bíblica en el MT sino solo en la LXX (en el libro de Macabeos en este caso). A diferencia de Occidente, los judíos nunca olvidaron la LXX: simplemente no quisieron otorgarle el estatus de autoridad, por razones bastante obvias.
Hay algunas fuentes que afirman que los judíos también hicieron un intento de corromper la LXX, pero no he encontrado ninguna evidencia creíble de ésto. Por un lado, la LXX simplemente circulaba demasiado (no como un texto, sino como una colección de libros) para poder sustituirle repentinamente por otro texto. En realidad, la creación del MT fue para “consumo interno” y para derrotar a los polemistas cristianos.
Así es que aquí está mi punto principal: no hay evidencia histórica que atestigüe la corrupción de la Sagrada Escritura original. El único caso conocido es el que describí anteriormente. También sabemos por la Escritura misma que Dios nunca privaría a sus fieles de Su Palabra, el ejemplo de Esdras (también conocido como Ezra) también lo muestra. Además, la lógica simple nos sugiere que es imposible corromper un texto que: 1) ya ha circulado ampliamente y 2) ha sido muy analizado y es considerado [como] sagrado.
Permítanme concluir aquí diciendo que personalmente creo que el Profeta Mahoma escuchó sobre la falsificación masorética y que esto lo inspiró a mirar la Escritura cristiana con una fuerte sospecha de que el texto había sido falsificado. Obviamente, como Lutero, no estaba al tanto de la LXX. También es posible que Mahoma haya tenido otra razón para declarar que la escritura cristiana estaba corrompida: el llamado Antiguo Testamento no tiene absolutamente ninguna profecía que hable de una figura como Mahoma, por eso algunos eruditos musulmanes han tenido que declarar que el ” Consolador ” mencionado por Cristo a sus discípulos era una referencia a Mahoma y no al Espíritu Santo, una interpretación que incluso una lectura superficial del Nuevo Testamento invalida inmediatamente y que ni un solo Padre o teólogo de la Iglesia entre el siglo primero y el séptimo aprobó.
Cualquiera que sea el caso, la teoría musulmana de que la Escritura ha sido corrompida con éxito es a la vez ilógica y anti-histórica. Por supuesto, es válida elegir creer esto, especialmente si se acepta que todo, incluido el registro histórico, ha sido falsificado, corrompido o perdido, pero al menos para mí la fe y el sentido común no deberían contradecirse.
Creo que es innegable que el cristianismo surgió de la religión del pueblo judío antes del nacimiento de Cristo. Cristo mismo constantemente hace referencia a los libros que la Iglesia ha unido en un volumen llamado “Antiguo Testamento”. Si el tema le interesa, vea todos los textos en esta página, especialmente este y este. En contraste, el Islam no tiene otra base bíblica más que a sí mismo o, más bien, el libro que él mismo produjo: el Corán. Estamos tratando con una validación circular típica, una falacia lógica.
En conclusión, quiero decir que una mirada más cercana a la historia muestra que la noción de “judeocristiano” es simplemente al menos tan absurda como hablar de un blanco-negro o un seco-mojado. En cuanto a las llamadas “religiones abrahámicas”, realmente no tienen nada en común. El judaísmo moderno en realidad no es más que un “anticristianismo”, mientras que el islam es una fe que apareció ex-nihilo y no tiene base ni en las escrituras judías o cristianas, ni en la tradición oral.
Espero no haber ofendido a nadie, especialmente a mis amigos y lectores musulmanes, pero sentí que era importante exponer la comprensión cristiana original de estos temas. Como cualquier otro cristiano ortodoxo, siento firmemente que es mi obligación personal preservar lo que me ha sido transmitido (la “memoria y conciencia corporativa” de la Iglesia, si desea verlo así) y compartirla con otros si acaso, o cuando, sea apropiado. Como personas inteligentes y consideradas, que espero seamos, podemos “estar de acuerdo que podemos estar en desacuerdo”, pero para lograr esto, se debe ser consciente de la naturaleza de aquello en lo que podríamos estar en desacuerdo, ¿verdad?
Yvonne Lorenzo: Jordan B. Peterson, quien es un personaje muy popular, escribe en su libro multimillonario en ventas, llamado 12 Reglas para vivir de acuerdo a las Escrituras. No sé si él alguna vez haya leído algún trabajo académico, y mucho menos uno ortodoxo. Él distingue entre el Dios del Antiguo Testamento, a quien describe como “severo, crítico, impredecible y peligroso” y como una persona a quién no le importa lo que la gente piense. “Fueron los realistas quienes crearon, o descubrieron, al Dios del Antiguo Testamento”. Al “Dios del Nuevo Testamento” lo describe como un “maestro artesano y padre benevolente. Él quiere para nosotros sólo lo mejor. Él está lleno de amor y perdón. Claro, te enviará al infierno si te portas lo muy mal”. Además, escribe:” ¿Quién, sino el más ingenuo entre nosotros, podría plantear que un Ser todopoderoso y misericordioso haya gobernado este mundo tan terrible? “. Acerca de la caída del paraíso escribió, “la narración bíblica del paraíso y la caída es una de esas historias, fabricada por nuestra imaginación colectiva, trabajando a lo largo de los siglos … Después de mucha contemplación, la humanidad luchadora aprende que se puede ganar el favor de Dios, y evitar su ira, a través del sacrificio apropiado, y que el asesinato sangriento podría ser un implusoentre aquellos que no quieren o no pueden tener éxito en este asunto “.
Incluso el comentario de Moody sobre La Biblia, utilizando el texto masorético del Génesis señala los graves errores de Petersen; me refiero a su escrito porque tienemillosnes de seguidores en YouTube y estoy segura de que muchas más personas en los Estados Unidos han leído su libro sobre el cristianismo en lugar de estudiar la Biblia.
A nivel personal, cuando escribí sobre asuntos cristianos en LewRockwell.com, recibí correos electrónicos enojados, uno de los cuales decía que solo un dios monstruoso exigiría el sacrificio de sangre de su hijo como pago por su ira. Por favor, aborde no solo la Caída, sino también la perspectiva ortodoxa sobre estos temas clave, que me doy cuenta de que son críticos: la naturaleza humana, de hecho el mundo mismo, la naturaleza misma, no es lo que se suponía que debería ser. También leí Sorprendido por Cristo: mi viaje del judaísmo al cristianismo ortodoxo por el reverendo James A. Bernstein, quien discutió estos asuntos desde una perspectiva ortodoxa.
he Saker: esta noción tonta es lo que queda de la escolástica occidental. En resumen, Agustín de Hipona (siglo IV) tenía, entre ideas muy buenas y válidas, una noción errónea sobre el dogma del pecado original. Sus errores fueron recogidos y desarrollados por Anselmo de Canterbury (siglo XII) y por Tomás de Aquino (siglo XIII). Como resultado, Occidente adquirió una noción completamente legalista del dogma de la redención que se puede resumir más o menos así:
“El hombre ofendió a Dios, entonces Dios castigó al hombre, pero el sufrimiento del hombre como resultado del pecado original no fue lo suficientemente bueno como para apaciguar la ira de Dios. Pero cuando Su Hijo fue crucificado por los pecados del hombre, Dios estaba satisfecho porque la víctima tenía el mismo “valor” que la parte ofendida, Dios mismo, ese es Cristo “.
Esta obsesión con el sufrimiento de Cristo y el sufrimiento del hombre (en la tierra o en el llamado “purgatorio” también inventado por los teólogos occidentales) es típico del cristianismo occidental.
El Oriente tiene una comprensión mística del Dogma de la Redención que, de nuevo, más o menos, puede resumirse como tal:
Como consecuencia del pecado original de Adán, el sufrimiento y la muerte han entrado en el alma del hombre previamente perfecta que, siendo el nexo entre el mundo material y el mundo espiritual, también “infectó” a toda la Creación con decadencia, sufrimiento y muerte. Cristo “se vació a sí mismo” para convertirse en Dios-Hombre, el theanthropos, y asumió completamente la naturaleza del hombre. Por lo tanto, mientras que a través de las acciones del Primer Adán la humanidad decayó, a través de las acciones del Segundo Adán la humanidad puede salvarse. En la cruz santa y vivificante, Cristo, aunque Él mismo no tenía pecado, voluntariamente asumió sobre sí las dos consecuencias más horribles del pecado, el sufrimiento y la muerte de Adán, y luego derrotó ‘muerte por muerte’. Así, por medio de su resurrección, Cristo hizo posible que el hombre nuevo y renovado se convirtiera en un ‘pequeño Cristo’ al unirse con las energías no creadas de Dios. Pido disculpas por el resumen / simplificación anterior, pero para explicar este dogma completa y correctamente sería necesaria una conferencia completa.
Entonces no, Dios no es un Dios sediento de sangre y todos los sacrificios de sangre en el Antiguo Testamento no son más que una prefiguración mística de la Eucaristía.
Por supuesto, el Dios de los judíos ortodoxos / haredi es un Dios odioso, vengativo, racista y generalmente maníaco. Pero todos sabemos lo que San Juan escribió sobre la “Sinagoga de Satanás” compuesta de judíos que fingen ser judíos, pero cuyo padre es el diablo.
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