Evaluación de las fuerzas armadas rusas como instrumento de poder

por The Saker, en The Saker. Traducción de Leonardo Del Grosso

Este artículo fue escrito para The Unz Review: http://www.unz.com/tsaker/assessing-the-russian-military-as-an-instrument-of-power/

Ha transcurrido un cuarto de siglo desde la caída de la Unión Soviética y sin embargo el recuerdo de las Fuerzas Armadas Soviéticas se mantiene vívido en la mente de muchos de los que vivieron la Guerra Fría o incluso de los que recuerdan la Segunda Guerra Mundial. Las élites de Europa del Este patrocinadas por la OTAN todavía continúan asustando a sus ciudadanos con la advertencia de un peligro de “tanques rusos” rodando por sus calles como si los tanques soviéticos estuvieran por avanzar de nuevo sobre Alemania. Durante un tiempo, la imagen aceptada de un soldado ruso en Occidente era la de un Iván bebedor y violador semi-analfabeto que atacaría en inmensas hordas con pocos conocimientos tácticos y un cuerpo de oficiales seleccionados por lealtad política y carente de imaginación. Posteriormente, la narrativa de propaganda cambió y ahora el nuevo hombre de la bolsa de Rusia es un “pequeño hombre verde” que va a aparecer de repente para anexar a Rusia a una parte de los países bálticos. Supuestos “expertos” pro-rusos aumentan la confusión alucinando públicamente sobre un despliegue de Rusia en Siria y el Mediterráneo que podría disputar toda la región al Tío Sam y luchar con confianza contra todas las fuerzas armadas de la OTAN/CENCOM. Todo esto no tiene sentido, por supuesto, y lo que me propongo hacer aquí es proporcionar algunas indicaciones muy básicas acerca de lo que el ejército ruso moderno puede y no puede hacer en 2016. Esto no será una discusión altamente técnica, sino más bien una lista de algunos simples, básicos, recordatorios.

Rusia no es la Unión Soviética

Lo primero y más importante que hay que tener en cuenta es que el ejército ruso se centra realmente en la defensa del territorio ruso. Al mismo tiempo déjenme decir que, contrariamente a gran parte de la propaganda de la Guerra Fría, los militares soviéticos también estaban a la defensiva, en esencia, incluso si incluyera en esta consideración una serie de elementos ofensivos:

1- El control militar de toda Europa del Este como una “zona amortiguador” para mantener a los EE.UU./OTAN lejos de las fronteras de la Unión Soviética.

2- Una ideología oficial, el comunismo, que era mesiánica y global en sus objetivos declarados (más o menos, dependiendo de quién estaba en el poder).

3- Una práctica de oposición global al imperio de Estados Unidos en cualquier parte del planeta con medios técnicos, políticos, económicos, científicos y, por supuesto, militares.

Rusia tiene exactamente cero interés en cualquiera de estos elementos. No sólo la naturaleza de la guerra moderna reduce drásticamente los beneficios de estar desplegado de manera adelantada, sino que los aspectos mesiánicos del comunismo incluso han sido abandonados por el Partido Comunista de Rusia, que ahora está centrado en los problemas socioeconómicos internos de Rusia y no tiene ningún interés en absoluto en la liberación del proletariado polaco o austríaco de la explotación capitalista. En cuanto a la presencia militar global, Rusia no tiene ni los medios ni el deseo de despilfarrar sus muy limitados recursos en territorios lejanos que no contribuyen a su defensa.

Pero el factor más importante aquí es el siguiente: la inmensa mayoría de los rusos están cansados y hartos de ser un imperio. De Pedro I a Gorbachov, el pueblo ruso ha pagado un precio horrible en sudor, lágrimas, sangre y rublos para mantener un imperio que no hizo absolutamente nada para el pueblo ruso, excepto empobrecerlo y hacerlo detestar en gran parte del mundo. Más que cualquier otra cosa, los rusos quieren que su país sea un país “normal”. Sí, seguro, potente, rico y respetado, pero aún así un país normal y no una superpotencia global. Muchos rusos todavía recuerdan que el Politburó soviético justificó la ocupación y la subsecuente guerra en Afganistán como el cumplimiento de un “deber internacionalista” y si alguien intentara hoy ese tipo de lenguaje la respuesta sería “al diablo con eso”. Por último, está la triste realidad de que casi todos los países que fueron liberados por Rusia, no sólo de la Alemania nazi sino también del yugo turco, demostraron exactamente cero agradecimiento por el papel jugado por Rusia en su liberación. El ver cómo nuestros así llamados “hermanos ortodoxos” en Bulgaria, Rumania y Georgia están impacientes por desplegar armas de la OTAN contra Rusia es nada menos que repugnante. La próxima vez deje que estos chicos se liberen por sí mismos y todo el mundo será más feliz así.

Es una regla básica del análisis militar que no se mira en las intenciones sino principalmente en las capacidades, así que vamos a ver ahora las capacidades rusas.

Las fuerzas armadas rusas son relativamente pequeñas

En primer lugar, las fuerzas armadas rusas son bastante pequeñas, especialmente para la defensa del país más grande del planeta (Rusia es casi dos veces el tamaño de los EE.UU., tiene aproximadamente la mitad de la población y la longitud de los bordes de su territorio es de 20.241 kilómetros). El tamaño total de las Fuerzas Armadas de Rusia se estima en alrededor de 800.000 soldados. Eso pone a las Fuerzas Armadas de Rusia en la 5ª posición en todo el mundo, en algún lugar entre la RPDC (1.190.000) y Pakistán (643.800). En verdad, este tipo de “conteo de porotos” no tiene ningún sentido, pero esta comparación es útil para mostrar algo crucial: las Fuerzas Armadas de Rusia son relativamente pequeñas.

Esta conclusión se ve reforzada aún más si tenemos en cuenta el hecho de que es difícil imaginar un escenario en el que cada soldado ruso, de Kaliningrado a la Kamchatka, se comprometerá al mismo tiempo contra un enemigo. Esta es la razón por la que el territorio de Rusia se ha dividido en cinco separados (y, de hecho, autónomos) distritos militares (o “direcciones estratégicas”): Este, Centro, Norte, Oeste y Sur.

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Si bien hay un número de unidades que están subordinadas directamente al alto mando en Moscú, la mayoría de las unidades rusas se han distribuido entre los comandos de estas direcciones estratégicas.

[Recuadro: también es interesante saber que cuando Putin llegó al poder el distrito militar occidental estaba casi desmilitarizado ya que nadie en Rusia cree que había una amenaza proveniente de Occidente. Las políticas agresivas de EE.UU./OTAN ahora han cambiado eso y en este momento hay un gran programa en marcha para reforzarlo, incluyendo la reactivación del Primer Ejército de Tanques de la Guardia.]

No hay equivalentes estadounidenses a los distritos militares rusos. O, si los hay, son muy diferentes en naturaleza y alcance. Estoy hablando de los Comandos Unificados de Combate de los Estados Unidos, los cuales han dividido nuestro planeta entero en “áreas de responsabilidad”:

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Observe que toda Rusia está en el área de la “responsabilidad” de uno sólo de estos comandos, USEUCOM. En realidad, sin embargo, en el caso de guerra a gran escala entre Rusia y los Estados Unidos USCENTCOM y USPACOM jugarían, obviamente, un papel crucial.

Los rusos *no* están viniendo

El tamaño y las capacidades de los distritos militares rusos quedan completamente empequeñecidos por el inmenso poder y los recursos de los Comandos de Estados Unidos: en cada uno de estos comandos los EE.UU. ya han desplegado fuerzas, pre-posicionado equipo y construido la infraestructura necesaria para recibir mayores refuerzos. Además, desde que los EE.UU. tienen actualmente cerca de 700 bases militares en todo el mundo, los países anfitriones se han convertido en una moderna versión de una colonia, un protectorado, que en caso de guerra no tienen más remedio que colaborar plenamente con los EE.UU. y tienen que ofrecer todos sus recursos humanos, equipamiento, infraestructura, etc., para los EE.UU. Dicho en sencillo: toda Europa está en manos de los EE.UU., quien puede utilizarla como quiera (principalmente como carne de cañón contra Rusia, por supuesto).

Es importante tener presente esta inmensa diferencia en tamaño y capacidades cuando, por ejemplo, nos fijamos en la operación rusa en Siria.

Cuando los primeros rumores de una inminente intervención rusa comenzaron a inundar la blogósfera muchos estaban tentados de decir que los rusos estaban cerca de liberar Siria, desafiar a la OTAN y derrotar a Daesh. Algunos tenían visiones de fuerzas aerotransportadas rusas desplegadas en Damasco, MiG-31’s atravesando los cielos sirios e incluso SLBM’s rusos navegando frente a la costa de Siria (aunque nunca explican ésto). En el momento traté de explicar que no, los “rusos no están llegando” (ver aquí, aquí, aquí, aquí y aquí), pero mis observaciones preventivas no fueron recibidas con entusiasmo, por decirlo suavemente. Un grupo de tareas de Rusia eventualmente se materializó en Siria, pero éste se expresó muy lejos de las expectativas. De hecho, en comparación con la fuerza de intervención prevista, éste era minúsculo: 50 aeronaves y personal de apoyo. Lo que logra esta pequeña fuerza, sin embargo, fue mucho más de lo que cualquiera esperaba, incluido yo mismo. Entonces, ¿qué pasó aquí, los rusos realmente están haciendo todo lo que pueden, o se echaron para atrás o de alguna manera se presionaron hacia una misión mucho menos ambiciosa de la que habían previsto inicialmente?

Para explicar esto, ahora tenemos que mirar a las capacidades reales de las Fuerzas Armadas de Rusia.

El verdadero “alcance” de las fuerzas armadas rusas

En primer lugar, Rusia tiene sistemas de armas de muy largo rango: sus misiles pueden alcanzar cualquier punto del planeta, sus bombarderos pueden volar muchos miles de millas y sus aviones de transporte tienen un rango de varios miles de millas. Sin embargo, y esto es crucial, nada de eso equivale a una capacidad de proyección de poder real.

Hay dos formas principales para proyectar poder: tomar el control de un territorio o, en su defecto, negarle eso a tu enemigo. La primera requiere absolutamente las famosas “botas sobre el terreno”, mientras que la segunda requiere el dominio del aire. Entonces, ¿cuán lejos de casa pueden luchar realmente el soldado y los pilotos rusos? ¿Qué tan lejos de casa pueden establecer una zona de exclusión aérea las fuerzas aeroespaciales de Rusia?

Vamos a empezar por disipar un mito: que las fuerzas aerotransportadas rusas son más o menos similares a la 82° o la 101° División Aerotransportada de los Estados Unidos. No lo son. La 82° y 101° son divisiones de infantería ligera que por lo general se dedican a lo que yo llamaría misiones de “aplicación colonial”. En comparación con las fuerzas aerotransportadas de los Estados Unidos, las fuerzas aerotransportadas rusas son mucho más pesadas, totalmente mecanizadas y su misión principal es luchar en el nivel operacional de apoyo del frente a una profundidad máxima de 100 a 300 km (si no recuerdo mal, las fuerzas aeroespaciales rusas ni siquiera tienen suficientes aeronaves para transportar toda una división aerotransportada, aunque adquirirán esa capacidad en 2017). Una vez en tierra, la división aerotransportada rusa es una fuerza mucho más formidable que su homóloga de Estados Unidos: las rusas no sólo son totalmente mecanizadas y tienen su propia artillería. Lo más importante es que son mucho más móviles tácticamente que las estadounidenses.

Pero lo que los rusos ganan en movilidad táctica, lo pierden en movilidad estratégica: los EE.UU. pueden enviar fácilmente a la 82º división aerotransportada más o menos a cualquier lugar del planeta, mientras que los rusos, más definitivamente, no pueden hacer eso con sus fuerzas aerotransportadas.

Por otra parte, incluso una división aerotransportada rusa es relativamente débil y frágil, especialmente en comparación con las fuerzas armadas regulares, por lo que son críticamente dependientes del apoyo de las fuerzas aerospaciales de Rusia. Eso, una vez más, reduce drásticamente el “alcance” de estas fuerzas. Todo esto es para decir que no, las tropas aerotransportadas rusas (VDV) nunca tuvieron más medios para enviar una división aerotransportada/brigada/regimiento a Damasco que los que tenían para apoyar a la compañía de tropas aerotransportadas rusas (VDV) en Pristina. Esto no es una debilidad de las fuerzas aerotransportadas rusas, es simplemente la consecuencia lógica del hecho de que toda la postura militar de Rusia es puramente de naturaleza defensiva, al menos estratégicamente.

Al igual que cualquier otra fuerza militar moderna, los rusos son capaces de operaciones militares ofensivas, pero éstas serían ejecutadas principalmente como parte de un plan defensivo o como parte de un contraataque. Y mientras las fuerzas rusas en tierra (también conocidas como “Ejército”) tienen una excelente capacidad de atravesar el terreno, todas ellas están diseñadas para misiones de menos de un par de cientos de kilómetros de profundidad.

Es por esto que en el pasado he escrito que las Fuerzas Armadas de Rusia están diseñadas para luchar en su territorio nacional y hasta un máximo de 1.000 kilometros de la frontera rusa. Ahora, por favor, no tomen estos “1000 kilómetros” literalmente. En realidad, 200-400 kilómetros sería mucho más realista, y yo diría que las capacidades de las fuerzas armadas de Rusia disminuyen de una manera más o menos inversamente proporcional al cuadrado de la distancia a las fronteras rusas. Aquí es como se ve lo que representan estos 1000 kilómetros de máxima en un mapa que muestra las fronteras occidentales y meridionales de Rusia:

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mapa por Harry

Tenga en mente que la distancia real a la que las fuerzas armadas rusas pueden “llegar a” no está determinada principalmente por la distancia sino mucho más por el terreno y las posibles defensas dipuestas en esta zona. Volar sobre Estonia para llegar al Mar Báltico sería mucho más fácil que volar sobre Turquía para llegar a Siria. Son mucho más fáciles de atravesar las llanuras de Ucrania que lo que sería cruzar los nevados bosques de Finlandia. Una vez más, la conceptual distancia de 1.000 kilometros a menudo será mucho más corta en el mundo real.

Si ahora echamos un vistazo más de cerca al Oriente Medio, esto es lo que vemos:

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mapa por ubdc

Observe que Khmeimin está justo en el borde de esta distancia de 1000 kilómetros, pero a sólo 50 km de la frontera con Turquía y que con el fin de abastecerla los rusos necesitarían atravesar el espacio aéreo turco o volar alrededor de Turquía a través de Irán e Irak. En otras palabras, Khmeimim y Damasco están demasiado lejos como para que las fuerzas armadas rusas inserten otra cosa que una fuerza relativamente pequeña y darle una misión relativamente limitada. Y mientras que los rusos han tenido un gran éxito en Siria, yo diría que Putin asumió un riesgo enorme, aún cuando él -y el Estado Mayor ruso- calculó las probabilidades correctamente y consiguió un éxito verdaderamente remarcable.

¿Ha hecho una diferencia en las capacidades rusas la reciente oferta de Irán de usar la base aérea de Hamedan?

Si y no. Si porque ello ahora hará posible para los rusos usar sus Tu-22M3 de una manera mucho más efectiva y no porque esta mejora no hace cambios fundamentales en el balance regional de poder o permite a los rusos proyectar sus fuerzas dentro de Siria. Puesto en sencillo: los rusos están a años de poder ser capaces de ejecutar algo similar a lo que hizo EE.UU. durante el “escudo del desierto” (Invasión de Irak en 1991. Nota del traductor). De hecho, ese tipo de operaciones incluso no son ni siquiera parte de la doctrina militar rusa y los rusos no tienen ningún deseo de desarrollar dicha capacidad. Hay una razón por la cual el Imperio Anglosionista está en bancarrota: el mantenimiento de un imperio global es prohibitivamente caro, los rusos aprendieron dolorosamente la lección en el pasado y no tienen ningún deseo de emular a los Estados Unidos hoy en día. Si lo hicieran, no sólo requeriría un cambio radical en la postura militar de Rusia, sino también imitar el modelo político y económico de Estados Unidos, algo que Rusia no tiene ni el deseo ni la capacidad de hacer.

Hay, sin embargo, también grandes ventajas de la postura de fuerza de Rusia, la principal es que los rusos sólo desean luchar en “su territorio”, no sólo en términos de ubicación, sino también en términos de capacidades. La misma “ley” del cuadrado inverso que limita severamente la capacidad de proyección de poder militar ruso también actúa a favor de Rusia cuando se trata de un enemigo que va acercándose a la frontera rusa: cuanto más cerca avanza este enemigo, su entorno se convierte en el más peligroso. En términos prácticos, esto significa que los tres estados del Báltico, el Mar Báltico, el Golfo de Finlandia, la mayor parte de Ucrania, el Mar Negro y el Caspio son todos, para todos los efectos prácticos, “suelo-Russkie”. El hecho de que la OTAN pretenda lo contrario no hace ninguna diferencia en este caso: el tipo de potencia de fuego, las capacidades de las que Rusia puede disponer simplemente empequeñecen lo que los EE.UU. y la OTAN pueden intentar. Esto no es una cuestión de número de tanques o helicópteros o aviones de combate, es el hecho de que a lo largo y cerca del territorio de Rusia las fuerzas armadas rusas actuarían como un todo integrado, exactamente lo que no pueden hacer, por decir un ejemplo, en Siria. Así que, incluso si la OTAN puede, en teoría, poner más aviones para la batalla, aviones rusos estarían respaldados por la red de defensa aérea rusa de múltiples capas y totalmente integrada, un gran número de sofisticados sistemas de guerra electrónica que, junto con los interceptores de alta capacidad y largo alcance: basados en tierra como el S-400 o desde el aire como el MiG-31BM, todo lo cual haría extremadamente peligroso para las aeronaves EE.UU./OTAN llegar a ninguna parte cerca de espacio aéreo ruso, especialmente para los AWACS de los que la doctrina aérea estadounidense depende completamente.

El verdadero significado de A2AD

Los EE.UU. y la OTAN son, por supuesto, muy conscientes de esto. Y como suele ser típicamente el caso, se excusaron de esta realidad detrás de un acrónimo oscuro: A2AD, lo que significa anti-acceso área denegada. De acuerdo con los estrategas de Estados Unidos, Rusia, China e incluso Irán están planeando utilizar estrategias A2AD contra los EE.UU. Lo que esto significa en Inglés plano es simple, por supuesto: hay algunos países que en realidad pueden luchar y defenderse (de ahí el portaaviones incendiado en la portada de este libro). La arrogancia de todo esto es simplemente increíble: no es igual que los EE.UU. estén preocupados por la A2AD iraní en Paraguay, A2AD rusa en África o incluso A2AD china en el Golfo de México. No, los EE.UU. está preocupados por estos países defendiendo sus propias fronteras. ¡Claro que sí!, ¿cómo se atreven?!

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Afortunadamente para el mundo, aquí el Tío Sam sólo puede quejarse pero no puede hacer mucho al respecto, excepto ocultar estas realidades del público en general en Occidente y disimular con siglas bizarras como A2AD los peligros de jugar con los países equivocados. Y eso me lleva a Ucrania.

Un rápido vistazo al mapa de los 1.000 kilómetros de inmediato mostrará que Ucrania también está bien adentro de la zona conceptual “suelo-Russkie” (una vez más, no tome 1,000 kilómetros literalmente, y recuerde que esto es un máximo, un par de cientos de kilómetros es mucho más realista). Esto no significa en absoluto que Rusia quiere, o debe, atacar o invadir Ucrania (o los estados del Báltico y Polonia, para el caso), pero sí significa que una operación de este tipo está bien dentro de las capacidades rusas (al menos si nos olvidamos de la opinión pública en Rusia) y que para intentar contrarrestar eso se requeriría un verdadero esfuerzo inmenso, algo que nadie en Occidente tiene los medios para llevar a cabo.

En verdad, ese tipo de escenarios sólo existen en las mentes dementes de los propagandistas occidentales y en el mundo artificial de los think-tanks estadounidenes que hacen de los aterradores cuentos de niños que proveen a los políticos el pan de cada día (para un ejemplo de este último, ver aquí). Sin duda, el hecho de que ambas partes tienen armamento disuasivo de largo alcance, incluyendo el nuclear, convierte a este escenario en aún menos probable, a menos que asumamos que los rusos se han vuelto locos y estamos tratando de forzar a los EE.UU. a recurrir a las armas nucleares. El escenario opuesto -los EE.UU. toman el riesgo de forzar a Rusia a utilizar sus armas nucleares- es, por desgracia, no tan improbable, especialmente si los neoconservadores toman el control total de la Casa Blanca. ¿La diferencia? Los rusos saben que no son ni invulnerables ni invencibles, los estadounidenses no hacen eso. Esta es la razón por la que estos últimos son mucho más propensos a desencadenar un conflicto que los primeros.

Una guerra a gran escala entre los EE.UU. y Rusia sería muy diferente de todo lo descripto aquí: ésta duraría una semana, quizá dos, porque se trataría de ataques convencionales y nucleares, tanto en los EE.UU. como en Rusia, y el combate sería principalmente a través del enfrentamiento de las armas, “botas sobre el terreno” o guerra blindada significarían muy poco en este escenario.

Ucrania se encuentra bien adentro de suelo-Russkie

Así que si en Siria la “rusos no están llegando”, entonces en Ucrania ya están allí. No me refiero al envío de equipos (el voentorg) o voluntarios (el “viento del norte“), sino al hecho de que Ucrania y, sobre todo, el Donbass, están tan cerca de la frontera con Rusia que resulta básicamente innegable que los rusos deberían decidir tomarlo. Una vez más, no estoy sugiriendo que ellos quieren hacerlo, o incluso de que esto debería suceder, sino sólo que todo el aire caliente del régimen en Kiev sobre “la defensa de Europa contra las hordas rusas” o “la enseñanza de la OTAN sobre la manera de luchar contra los rusos”, es un absoluto disparate. Lo mismo ocurre con las conversaciones sobre el suministro de “armas letales” a los Ukronazis. ¿Por qué? Porque la situación en el Donbass es extremadamente simple: es muy improbable que los ukronazis tuvieran éxito en tomar el Donbass pero si, por algún milagro, lo hicieran, serían destruidos por las fuerzas armadas rusas. Putin ha dejado abundantemente claro que si bien no va a intervenir militarmente en Ucrania, no permitirá que un genocidio tenga lugar en Nuevarussia. De hecho, sólo la artillería rusa desplegada a lo largo de la frontera constituye el medio para destruir cualquier fuerza de Ucrania que invada Nuevarrussia. De hecho, eso es exactamente lo que sucedió en julio de 2014, cuando un sólo ataque transfronterizo de fuego de largo alcance de 2 minutos de duración, realizado por varios lanzacohetes rusos y cañones de artillería de largo rango, destruyó completamente dos batallones mecanizados de Ucrania (por primera vez en la historia de la guerra).

Como he escrito muchas veces, todas las partes en el conflicto lo saben, y el único objetivo real de los ukronazis es el de desencadenar una intervención rusa en el Donbass, mientras que los rusos están tratando de evitarlo mediante el apoyo encubierto a los nuevorrusos. Eso es. Es así de sencillo. Pero la noción de los ukronazis de llegar a poner sus manos alguna vez sobre el Donbass o, menos aún, sobre Crimea, es absolutamente ridícula, ya que incluso el poder combinado de los EE.UU. y la OTAN no podría lograr que eso suceda.

Conclusión: Rusia no es la Unión Soviética y no es los EE.UU.

Es absolutamente increíble lo difícil que es para tanta gente el comprender el hecho aparentemente simple de que Rusia no es una URSS versión 2 ni un anti-EE.UU. Es por lo tanto absolutamente esencial repetir una y otra vez que la Rusia de 2016 no tiene aspiraciones de convertirse en un imperio y no hay medios para que se convierta en un desafío global para la hegemonía anglosionista sobre nuestro planeta. Entonces ¿qué quiere Rusia? Es simple: Rusia sencillamente quiere ser un país soberano y libre. Eso es. Pero en un mundo regido por el Imperio Anglosionista esto también es mucho. De hecho, yo diría que para la plutocracia internacional gobernante del Imperio esta aspiración de Rusia es completa y categóricamente inaceptable, ya que ve este deseo de Rusia como una amenaza existencial a los EE.UU. y a todo el Nuevo Orden Mundial que el Imperio está tratando de imponer a cada uno de nosotros. Ellos están absolutamente en lo correcto, por cierto.

Si se permite a Rusia liberarse del Imperio, entonces esto significa el final para el proyecto del Imperio de dominación global como de otros países que inevitablemente la seguirán. No sólo eso, sino que esto privaría al Imperio de los inmensos recursos rusos en energía, agua potable, metales estratégicos, etc. Si a Rusia se le permite liberarse y tener éxito, entonces Europa inevitablemente gravitará hacia Rusia debido a factores económicos y políticos objetivos. Perder Europa significaría el fin del Imperio Anglosionista. Todo el mundo entiende eso y es por esto que los del 1% han desatado la más histérica campaña de propaganda rusófoba de espectro completo en la historia occidental. Así que sí, Rusia y el Imperio ya están en guerra, una guerra por la supervivencia de la cual sólo un lado seguirá mientras que el otro será eliminado, al menos en su actual forma política. Esta guerra es un nuevo tipo de guerra, no obstante una que es más o menos 80% informacional, 15% económica y 5% militar. Este es el porqué de que la prohibición del equipo paralímpico de Rusia es en todo sentido tan importante como la entrega de radares anti-batería estadounidenses y británicos a la junta nazi en Kiev.

Si militar y económicamente Rusia es drásticamente más débil que el bloque de todos los países que forman el Imperio liderado por los EE.UU., en el frente informacional Rusia lo está haciendo mucho mejor. Es suficiente con ver toda la histeria de los políticos occidentales sobre Russia Today para ver que ellos más definitivamente se sienten amenazados en una zona que solían dominar por completo: las operaciones de información (también conocido como propaganda).

Los objetivos de Rusia son muy simples:

a) militar: sobrevivir (doctrina militar defensiva).

b) económico: llegar a ser verdaderamente soberana (eliminar los 5º columnistas del poder).

c) informativo: desacreditar y deslegitimar la base política y económica del Imperio.

Eso es lo que es. A diferencia de las grandiosas expectativas de aquellos que desean ver a los militares rusos intervenir en todas partes, estos 3 objetivos son proporcionales a las verdaderas capacidades/medios de Rusia.

No se puede ganar una guerra participando en la clase de guerra en la que el enemigo sobresale. Usted tiene que imponer sobre él el tipo de guerra en el que Ud. tiene éxito. Si Rusia tratara a “EE.UU. fuera-EE.UU.” inevitablemente estaría perdida, por lo tanto Rusia optó por ser diferente con el fin de prevalecer.

Todavía hay muchos por ahí que son nostálgicos de los “buenos viejos tiempos” de la Guerra Fría, cuando cualquier movimiento, partido, régimen o insurgencia anti-Estados Unidos obtendrían automáticamente el apoyo de la URSS. Estas son las personas que lamentan profundamente que Rusia libere a Ucrania de la junta nazi, que culpa a Rusia por no pararse frente a los EE.UU. en Siria y que están desconcertados, si no disgustados, por la aparentemente cómoda relación entre Moscú y Tel Aviv. Entiendo a estas personas, al menos hasta cierto grado, pero también veo lo que claramente no se dan cuenta: Rusia sigue siendo mucho más débil que el Imperio Anglosionista y por eso Rusia siempre preferirá una mala paz que una buena guerra. Además, no es como que hay una larga lista de países esperando para defender a Rusia cuando se vieron afectados los intereses rusos. ¿Alguien sabe qué países, además de Rusia, han reconocido a Abjasia y Osetia del Sur? Respuesta: ¡Nicaragua, Venezuela y Nauru! Sí, ni siquiera Kazajstán o Siria… ¿No es la amistad y la asociación de una vía de doble sentido?

Putin con los pilotos y la maqueta de bombardero estratégico Tu-160
Putin con los pilotos y la maqueta de bombardero estratégico Tu-160

La verdad es que Rusia no le debe nada a nadie. Pero aún más importante, Rusia simplemente no tiene los medios para entablar un desafío planetario de suma cero contra el Imperio Anglosionista. Desde que Vladimir Putin llegó al poder logró un casi-milagro: convirtió a Rusia en un estado semi-soberano. Sí, escribí semi-soberano porque al mismo tiempo que Rusia es militarmente segura, sigue estando económicamente subordinada al Imperio Anglosionista. En comparación con el Imperio, su economía es pequeña y sus fuerzas armadas sólo son capacer de defender la patria rusa. Y, sin embargo, de la misma manera que el pequeño contingente ruso en Khmeimim logró resultados superiores a todo lo que se podía esperar de él, Rusia sigue siendo el único poder en el planeta que tiene el atrevimiento de decir abiertamente “niet” al Hegemón Anglosionista y sino incluso desafiar abiertamente e incluso ridiculizar su legitimidad y sus así llamados “valores”.

La guerra entre el Imperio y Rusia va a ser larga, y su resultado seguirá siendo incierto durante muchos años pero, según el dicho ruso, “Rusia no inicia guerras, las termina”. El Papado luchó contra Rusia durante 1000 años. Los cruzados por más o menos un siglo. El Imperio sueco durante 21 años. Napoleón por tan sólo unos meses. Reina Victoria, Napoleón III y Abdülmecit I (lo que yo llamo la “Coalición Ecuménica contra Rusia”) durante unos 3 años. El Kaiser Wilhelm II también durante 3 años. Los trotskystas durante una década. Hitler durante 4 años. Los mafiosos judíos (también conocido como “oligarcas”) durante 9 años. Y sí, todos ellos finalmente fueron derrotados, incluso después de una victoria temporal, pero cada vez Rusia paga un precio muy alto en sangre y sufrimiento. En esta ocasión, los líderes rusos han optado por una estrategia diferente, negocian tan duro como sea posible para no dar a Occidente el pretexto para una confrontación militar a gran escala. Hasta ahora esta estrategia ha sido exitosa y además de dos ataques terroristas (en Egipto y Siria) y una larga recesión de dos años (al parecer termina pronto), Rusia no tuvo que pagar el precio horrendo que los países en guerra con Occidente por lo general han tenido que pagar. Sería ilusorio esperar que los rusos cambien el rumbo en este momento, sobre todo porque el tiempo está ahora claramente del lado ruso. Basta con mirar todos los problemas de todos los enemigos de Rusia en los que ella no tiene que contribuir en absoluto: los EE.UU. y la UE están ambos en una profunda y potencialmente devastadora crisis política, los EE.UU. están sentados en una bomba de tiempo económica, mientras que la UE está literalmente implosionando. Ucrania se ha convertido en un ejemplo clásico de Estado fallido y es probable que se rompa sola, mientras que Turquía está experimentando la peor crisis desde su fundación. Y cada día que pasa las cosas van de mal en peor para el Imperio. Esto me recuerda el monólogo del capitán Willard en la película “Apocalypse Now”: “Estoy aquí una semana… a la espera de una misión… ablandándome. Cada minuto que me quedo en esta habitación, me hago más débil, y cada minuto que Charlie se pone en cuclillas en el monte, se hace más fuerte. Cada vez que miré las paredes a mi alrededor se hizo un poco más fuerte”. Reemplaza a Charlie con Iván y la selva con la taiga, y obtienes una imagen bastante buena de la toma dinámica de la situación: cada día las paredes del Imperio se mueven hacia un espacio más apretado, mientras que los anglosionistas están completamente desorientados en cuanto a qué hacer para detener esto.

Conclusión

En los asuntos internacionales, como en muchas otras áreas, es mejor no decir nunca más. Así que sólo voy a decir que sigue siendo sumamente improbable el ver a las fuerzas armadas rusas entrar en una operación ofensiva. Ni siquiera Rusia defiende a un socio importante a “cualquier precio”. La principal misión y postura militar de las fuerzas armadas rusas permanecerá fundamentalmente defensiva y mientras que Rusia podría utilizar sus fuerzas armadas en apoyo de un objetivo político o para ayudar a un aliado, va a hacer eso con mucha precaución de no permitir que el compromiso escale hacia una guerra regional o, menos aún, una guerra directa contra el Imperio.

A diferencia de Occidente, donde una posible guerra con Rusia casi nunca se discutió (y, cuando es el caso, se hace de una manera absolutamente ridícula), las perspectivas de guerra con Occidente son discutidas en los medios de comunicación rusos sobre una base casi diaria, incluyendo los principales canales de televisión, financiados por el Estado. En cuanto a las fuerzas armadas rusas, están comprometidas en un enorme programa de rearme y de entrenamiento forzado que, hasta ahora, ha sido completado en más o menos un 50%. Todos estos son claros signos de que Rusia se está preparando, muy intensivamente, para la guerra. En caso de que los “locos en el sótano” neocons desencadenen una guerra, encontrarán a Rusia lista, militar y psicológicamente, para luchar y para ganar, no importa lo que cueste. Pero Rusia no quiere volver a ser jamás voluntario para el rol de agente mundial contra Estados Unidos o compromoter a sus fuerzas armadas si hay una alternativa viable a tal compromiso. Así que no, definitivamente no, los rusos no están viniendo.

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