Artículo Original Annur TV
Luego de 9 años de injerencia extranjera, el presidente sirio Bachar al-Assad, respaldado por Rusia e Irán, es el dueño del barco. Texto íntegro de la entrevista que concedió a Paris Match.
Paris Match: Nuestra última entrevista fue hace 5 años, casi día por día. Estábamos en noviembre de 2014, el gobierno de usted controlaba sólo una tercera parte del país. Hoy sus tropas están de regreso en la frontera turca. ¿Tiene usted la sensación de haber ganado la guerra?
Bachar el-Assad: Quisiera ser preciso sobre ese punto. Ganada o perdida, esto no es «mi» guerra, la guerra de un presidente que trata de conservar su puesto, según la versión occidental. Es una guerra nacional, de los sirios contra los terroristas.
Es cierto que desde entonces, como ha dicho usted, hemos avanzado mucho. Pero eso no quiere decir que hemos ganado. Venceremos cuando no haya más terrorismo. Pero el terrorismo sigue ahí, en regiones del norte. Lo más deplorable es que sigue gozando de apoyo de parte de Turquía y de los países occidentales, de Estados Unidos y Gran Bretaña, y sobre todo de Francia. Todavía es temprano para hablar de victoria.
Paris Match: ¿Piensa usted honestamente que Francia apoya a los terroristas?
Bachar el-Assad: Por supuesto. Les enviaron armas en el pasado. No sé si ha habido un cambio verdadero en ese sentido en los últimos meses o en el último año. Nosotros no disponemos de datos actualmente. Pero vemos las cosas en su contexto general. Cuando las fuerzas francesas vienen a Siria sin ser invitadas por el gobierno legítimo, eso se llama “ocupación”. No hay mucha diferencia entre el apoyo al terrorismo y el despliegue de fuerzas militares para ocupar un país.
Paris Match: Los franceses vinieron como apoyo a los kurdos que combatían a Daesh, ese era el sentido de su misión.
Bachar el-Assad: ¿Cree usted francamente que nosotros podríamos enviar fuerzas sirias a Francia para combatir el terrorismo en Francia sin ser invitados por el gobierno francés? El derecho internacional rige el comportamiento de los Estados en el mundo, no las intenciones. No basta con querer combatir el terrorismo, hay que respetar las reglas internacionales. Claro, supongo que en ese caso preciso las intenciones son buenas, pero realmente no creemos eso. El gobierno sirio también luchaba contra Daesh. ¿Por qué no se le dio apoyo [al gobierno sirio]? ¿Por qué los gobiernos franceses luchan contra Daesh pero respalda a al-Nusra? ¡Los dos son terroristas!
Paris Match: Usted se refiere a la época del gobierno de Hollande y a las entregas de armas a los rebeldes sirios. Ese gobierno quería eliminarlo a usted. Su ministro de Exteriores, Laurent Fabius, dijo en aquella época que usted «no merecía estar sobre la tierra». ¿Qué pasa con Emmanuel Macron? ¿Ha visto usted algún cambio en las posiciones de Francia?
Bachar el-Assad: En la forma sí. Pero mientras se mantenga la ocupación, es una forma de terrorismo. Reconozcan ustedes esta verdad. Tiene que haber un cambio en el contenido, no sólo en la forma. Las declaraciones no nos interesan. Es en el terreno donde tienen que cambiar las cosas.
Paris Match: ¿Cómo espera usted que cambien?
Bachar el-Assad: Simplemente hay que volver al derecho internacional. Sólo eso. Nosotros no pedimos nada al gobierno francés. Ni siquiera le pedimos ningún tipo de apoyo, político, económico o en materia de seguridad. No lo necesitamos. Podemos ocuparnos de nuestros propios asuntos. Pero queremos que el gobierno francés vuelva a un orden mundial que ya no está siendo respetado porque lo que reina es el caos. No me interesa que apoyen o no al presidente. No me interesa que digan si es bueno o malo. Eso es una cuestión puramente siria. Pero que dejen de apoyar todo lo que puede traer más derramamiento de sangre. Que dejen de multiplicar las matanzas y de incrementar el sufrimiento en Siria.
Paris Match: Francia está enfrentando un delicado problema con sus yihadistas que vinieron a combatir en Siria. ¿Tiene usted algunos en sus cárceles?
Bachar el-Assad: No importa la nacionalidad. Hay que recurrir a los servicios competentes que disponen de las estadísticas. Pero, de todas maneras, si hay algunos, se les aplicará la ley siria.
Paris Match: ¿Sabe usted obligatoriamente si hay franceses en sus cárceles?
Bachar el-Assad: No tengo cifras. Para nosotros, un terrorista es un terrorista. Sea francés o sirio, el resultado es el mismo.
Paris Match: ¿Tiene usted por el momento un acuerdo militar con los kurdos de las YPG? Si concluyen ustedes un acuerdo político, ¿retomará el gobierno sirio el territorio del norte y sobre todo sus prisiones? ¿Qué harán ustedes entonces con los 400 yihadistas franceses que los kurdos tienen detenidos?
Bachar el-Assad: Todo terrorista que se encuentre en las regiones bajo control de las fuerzas sirias será sometido a la ley siria. Y esta es clara. Así que serán juzgados por tribunales especializados en cuestiones de terrorismo.
Paris Match: ¿No se plantea usted, por ejemplo, enviarlos a Europa, como hace el presidente turco Recep Tayyip Erdogan?
Bachar el-Assad: Erdogan está tratando de chantajear a Europa. Alguien que se respete no habla de esa manera. Hay instituciones y leyes. Enviar los terroristas a otro país o a cualquier otra persona que haya sido juzgada y condenada es algo que depende de acuerdos bilaterales entre los Estados. En cuanto a sacar de la cárcel a alguien de quien usted sabe que es un terrorista y enviarlo a su país para que mate civiles, eso es inmoral.
Paris Match: Al cabo de 8 años de guerra, usted va hacia una victoria… pero sobre ruinas. La mitad de los sirios son desplazados o están en el exilio, han muerto 400 000 personas. ¿Reconoce usted que habría perdido sin la ayuda de los rusos y de los iraníes?
Bachar el-Assad: Esta guerra es dura. No somos una gran potencia pero enfrentamos a los países más ricos del mundo. Es muy cierto que el apoyo de nuestros amigos limitó los daños y nos ayudó a recuperar territorios. En cuanto a saber si Siria se hubiese dividido sin ese apoyo o si habría ido hacia una derrota total… a veces es difícil prever el resultado de un partido de tenis con sólo dos jugadores. Usted está hablando de decenas de jugadores y de cientos de miles de combatientes.
Paris Match: ¿Durante el transcurso de esta guerra, se planteó usted en algún momento la posibilidad de perder y de exilarse?
Bachar el-Assad: La verdad es que no pensé en eso por la simple razón que esa alternativa ni siquiera se planteaba. Los responsables occidentales fueron los únicos que lo propusieron. Eso no me importaba. Para mí, eso estaba excluido. Yo sólo puedo plantearme esa opción si emanara del pueblo sirio. Y cuando digo «el pueblo sirio» me refiero a la mayoría, no a una minoría terrorista o a una minoría fabricada políticamente por los servicios de inteligencia extranjeros, ni a una minoría de personas que salieron a la calle a manifestar porque Qatar les pagó por hacerlo. Para la mayoría del pueblo no se planteaba esa disyuntiva. Por eso me quedé y resistí.
Paris Match: Pero en 2013 al-Nusra llegó en Damasco hasta la plaza de los Abasidas, a pocos kilómetros de su residencia.
Bachar el-Assad: Es cierto. La ciudad de Damasco estuvo rodeada durante años, a veces casi totalmente y otras veces parcialmente. Los proyectiles de mortero nos caían encima cotidianamente. Era una razón más para que yo me quedara, defender mi país y no huir. Yo asumo mis responsabilidades constitucionales. Defiendo mi pueblo y mi país.
Paris Match: Debe comenzar la reconstrucción. Su costo se estima en 300 000 millones de dólares, algunos hablan de 400 000 millones… ¿Cuál es su plan para sacar a sus compatriotas de la crisis, teniendo en cuenta las terribles sanciones que buscan debilitarlo a usted pero que en realidad afectan a los más pobres?
Bachar el-Assad: ¡Absolutamente! Pero, a pesar de esas sanciones, en vez de debilitarse, la industria se ha desarrollado, por ejemplo, en el sector farmacéutico. En cuanto a la reconstrucción, usted puede ir por ejemplo a Alepo, ciudad que fue ampliamente destruida por los terroristas. Allí comprobará una gran diferencia porque el Estado está reconstruyendo, así como la ciudadanía.
Paris Match: La libra siria está en su punto más bajo. Habrá que invertir, se necesitarán socios extranjeros. ¿China, la India y Rusia están diciendo “presente”?
Bachar el-Assad: En los 6 últimos meses han comenzado a llegar empresas extranjeras para invertir en Siria. Esa inversión seguirá siendo lenta en las actuales condiciones, a causa de las sanciones, por supuesto. Pero podemos burlarlas y hemos comenzado, en coordinación con esas empresas, a encontrar los medios de salir adelante. Esas empresas invertirán próximamente en Siria. Sin embargo, yo soy realista, eso no quiere decir que el proceso de reconstrucción será rápido.
Paris Match: ¿Cuántos años cree usted?
Bachar el-Assad: Eso dependerá del tiempo que duren las sanciones y también del regreso de nuestros ciudadanos. Ya están regresando pero poco a poco. Así que me resulta difícil dar una respuesta precisa sobre este tema. Pero es un proceso que evidentemente llevará años.
Paris Match: ¿Cuántos sirios han regresado?
Bachar el-Assad: Más de un millón en menos de 2 años. Y el proceso está acelerándose ahora, sobre todo desde la liberación de Damasco, de su región sur y su periferia. Claro, el regreso de los sirios depende también de la rehabilitación de la infraestructura, como la electricidad, las escuelas y los hospitales. Desgraciadamente, las sanciones y el bloqueo afectan grandemente esos sectores. Simultáneamente, los occidentales ejercen una fuerte presión sobre los refugiados para que no regresen. Es una cuestión «humanitaria» que agitan como una carta para alcanzar sus objetivos políticos.
Paris Match: Algunos de esos refugiados se fueron porque se oponían a usted, porque sufrieron horrores durante la guerra, a veces por parte de su ejército. ¿Decretará usted una amnistía? ¿Todavía es posible la reconciliación?
Bachar el-Assad: En primer lugar, la mayor parte de esos refugiados apoyaban el Estado y no lo contrario. Prueba de ello es la elección presidencial realizada en 2014, donde participaron esos refugiados y votaron por el presidente. La mayoría emigró por causa de la guerra y por sus secuelas económicas. Por consiguiente, en cuanto al regreso, no hay ningún problema. Algunos regresan de manera completamente natural, sin que sea necesaria ninguna amnistía. Otros son opositores pero no hay ningún problema y dialogamos constantemente con ellos.
Bachar el-Assad: En cuanto a la amnistía, la hemos decretado en varias ocasiones –la última fue hace menos de un año– porque algunos temen volver por miedo a ser arrestados. Sólo serán arrestados los que portaron armas. Y hasta esos han de beneficiarse con medidas de gracia.
Paris Match: El año pasado, en el momento de la caída de la Ghouta, pude ver la partida de los rebeldes hacia Idlib. Los oficiales sirios les decían: «Depongan las armas. No vayan a Idlib. Los van a matar.» Y ellos respondían: «Ustedes van a incorporarnos al ejército así que no queremos quedarnos con ustedes.» Tenían miedo de su ejército. ¿Qué les dice usted? ¿Por qué ese miedo?
Bachar el-Assad: Hablemos de los hechos. Algunos de los que se fueron a Idlib nos dejaron a sus familias. Y nosotros, como Estado, cuidamos de esas familias. Eso quiere decir que no tienen miedo de nosotros. Si así fuese, ¿cómo podrían dejar a sus familias tras ellos? Por cierto, algunas de esas personas armadas se fueron a Idlib y después solicitaron volver. Nosotros los autorizamos a regresar y fueron amnistiados. Durante 7 años, mientras estaban aislados del Estado, les dijeron a gran parte de ellos que el ejército iba a matarlos.
Pero desde que el ejército volvió a la Ghouta [1], la vida allí ha retomado su curso. La gente allí lleva una existencia normal. Hay que saber que algunos tomaron las armas no porque fuesen extremistas sino porque no tenían otra opción que luchar junto a los terroristas o ser asesinados por ellos. Y ahora vuelven a nosotros poco a poco, porque ya no sienten temor.
Paris Match: Irán, su aliado, enfrenta hoy una revuelta de gran envergadura. También Líbano e Irak. Los manifestantes exigen dignidad y que cese el acaparamiento de las riquezas por parte de una minoría. No era eso finalmente lo que reclamaban también los manifestantes sirios en 2011?
Bachar el-Assad: Detengámonos un instante en las consignas de dignidad y libertad que gritaron. Pueden ser bonitas máscaras que sin embargo esconden la fealdad. Doy a usted algunos ejemplos: Bush asesinó un millón y medio de iraquíes escondiéndose tras el gran eslogan de la democracia. Sarkozy contribuyó al asesinato de cientos de miles de libios, escondiéndose tras el eslogan de la libertad para el pueblo libio. Hoy Francia, Gran Bretaña y Estados Unidos violan el derecho internacional con el pretexto de que quieren ayudar a los kurdos, ¡pero los kurdos son sirios y no son un pueblo aparte! En 2011, en Siria, también se oían los mismos eslóganes sobre la dignidad y la libertad. Esos mismos eslóganes fueron utilizados para matar policías y civiles y para sabotear propiedades públicas. Así que no hay confiar en los eslóganes sino en la realidad del terreno.
Paris Match: Al principio de 2011 había un levantamiento popular auténtico, con verdaderas reivindicaciones. No era al-Qaeda. ¿Por qué se utilizó la fuerza?
Bachar el-Assad: Hablemos de cifras primero. La mayor manifestación realizada en Siria reunía 170 000 personas. Vamos a suponer que esa cifra no sea exacta y vamos a multiplicarla hasta alcanzar el millón de manifestantes. El pueblo sirio cuenta más de 23 millones de personas. Así que esas cifras no son significativas, no revelan nada. Desde el punto de vista cuantitativo, no era un levantamiento popular. Y, de todas maneras, no se puede hablar de un levantamiento popular cuando Qatar envía fondos para empujar gente a manifestar.
En fin, ni yo ni el gobierno hubiésemos podido mantenernos durante 9 años ante un levantamiento popular. Prueba de ello es que, a pesar de todo el apoyo que le prestó, Occidente no pudo mantener en el poder al shah de Irán. Así que el término «levantamiento popular» es falso o, digamos, irrealista.
Paris Match: Al principio de la guerra, en junio de 2011, usted hizo liberar cierta cantidad de detenidos de la prisión de Sednaya. A usted lo acusan de haber querido introducir el veneno yihadista en la oposición. ¿Por qué hizo usted eso?
Bachar el-Assad: En Siria, la amnistía que se concede a los presos es una regla general aplicada desde antes de la guerra. Cuando se decreta una amnistía se precisan las categorías de personas a quienes no se aplica: espías, traficantes de droga, etc. En nuestra ley no existe la categoría «radicales». Así que la amnistía tiene que cubrir a todo el mundo. También hay otros casos de presos que salieron de las cárceles, precisamente en 2011, no porque fuesen amnistiados sino porque habían cumplido sus sentencias. ¿Para qué habría de liberar integristas y terroristas? ¿Para que mataran a nuestros soldados y civiles?
Según la versión occidental, lo hice para demonizar las manifestaciones pacíficas. En realidad ellos mismos se demonizaron cuando divulgaron en internet videos donde se exhibían ejecutando civiles, degollándolos, fusilándolos y fusilando policías desde los primeros días. Esa es la verdad sobre esta liberación de presos.
Paris Match: En Siria existen centros carcelarios como la prisión de Sednaya. Documentales como el de mi colega Manon Loizeau, Le cri étouffé, muestran que allí se han practicado violaciones sistemáticas. ¿Reconoce usted la existencia de esos tratos?
Bachar el-Assad: Hay una diferencia entre una política aplicada y las faltas individuales. Si han existido, no estamos al corriente. Ese género de prácticas, como la violación y el acoso sexual, no es frecuente en nuestra sociedad. Tales actos, si existen, son condenados y castigados por la ley. Pero si existe tal política, en cualquier lugar del mundo, nosotros la condenamos porque es inmoral y porque perjudica la estabilidad. No se puede esperar relaciones serenas entre los ciudadanos si hay tortura, asesinatos u otros tipos de agresiones.
Paris Match: Precisamente, esos documentales están basados en testimonios de víctimas sirias que dicen que en la sociedad ellas sienten vergüenza. O sea que no hablan de eso. Pero prestan testimonio de que les ha sucedido.
Bachar el-Assad: Contar algo es una cosa y documentarla es otra. Todo lo que se muestra son sólo historias contadas, imágenes no verificadas. Esos testigos no dan la cara. En la mayoría de los casos, Qatar ha financiado esos informes. Para reconocerlos como válidos se necesitan verificaciones e investigaciones profesionales. Lógicamente, no es interés nuestro que se cometan tales crímenes. Dejemos de lado la ética. Estoy hablando pura y simplemente de interés. ¿Qué resultados pueden obtenerse de la tortura? ¿Venganza? Si usted va a las regiones que estuvieron bajo control de la oposición, verá exactamente lo contrario. No somos esquizofrénicos para torturar gente aquí y ser indulgentes allá. Son sólo alegaciones políticas.
Paris Match: Insisto. No son testimonios fabricados por Qatar. Son personas encontradas en campamentos de refugiados, a menudo en Turquía o en Jordania, que han prestado testimonio ante una periodista digna de confianza, que no está teledirigida o tiene una agenda política.
Bachar el-Assad: ¿A qué viene aquí la “confianza”? Hay mecanismos. Hay informaciones bien verificadas. ¿Quién verificó la exactitud de esos relatos? ¿Quién verificó la identidad de esos testigos y si realmente sufrieron ese género de cosas? Yo estaré dispuesto a discutir el asunto con usted el día que disponga de hechos. Si eso resultara ser cierto, quienes hayan cometido tales actos serán juzgados por la ley siria.
Paris Match: Donald Trump citó a Siria en sus agradecimientos en el momento de la muerte de Abu Bark al-Baghdadi. ¿Dieron ustedes información a los estadounidenses? ¿Sabían ustedes dónde estaba?
Bachar el-Assad: Siempre me hace reír que me pregunten eso. Lo más importante es saber si de verdad mataron a Abu Bakr al-Baghadadi y si toda esta linda comedia presentada por Estados Unidos sucedió realmente.
Paris Match: Pero Daesh reconoció su muerte.
Bachar el-Assad: Si claro, pero Daesh fue fabricado por los estadounidenses. Es parte de la comedia. Baghadadi aprendió su papel cuando estaba en las cárceles de Estados Unidos en Irak. Por eso digo que todo eso es una gran comedia. ¿De verdad sucedió eso? Yo no lo sé. Eso no quiere decir que no hayan matado a al-Baghdadi. Pero, si lo mataron, no fue por terrorista. Podían haber golpeado a Daesh cuando Daesh robaba el petróleo sirio y lo enviaba a Irak, pero no lo hicieron. Y cuando Daesh atacó al ejército sirio en Deir Ez-Zor, los estadounidenses golpearon al ejército sirio. No a Daesh. Por consiguiente, no hemos colaborado con Estados Unidos absolutamente en nada. No podemos colaborar en la lucha contra el terrorismo con quienes apoyan el terrorismo.
Paris Match: ¿Entonces por qué [Trump] le agradece a usted?
Bachar el-Assad: Es una de sus bromas…
Paris Match: En nuestra primera entrevista usted me garantizó que nunca utilizó armas químicas, específicamente en la Ghouta, en 2013. Después de eso, tuvimos (los incidentes) en Khan Cheikhoun, en Duma. ¿Qué responde usted ante la acumulación de pruebas sobre el uso de armas químicas por parte de su ejército?
Bachar el-Assad: No, no. No hay hasta ahora ninguna prueba. El uso de ese tipo de arma habría dejado cientos, quizás miles de víctimas. En cuanto a la acumulación que usted menciona, se debe al hecho que el ejército sirio avanzaba y acumulaba victorias sobre los terroristas. Era absolutamente necesario encontrar un pretexto para golpear [al ejército sirio]. Y eso fue lo que sucedió.
Ese pretexto se utilizaba en dos casos: cuando habíamos avanzado mucho y había que detenernos, lo utilizaban como una amenaza contra nosotros. También lo utilizaban cuando preparábamos una gran operación, nos amenazaban antes del inicio de la operación. Además, nosotros avanzamos, ¿para qué necesitaríamos entonces armas químicas? ¡Ahí está la cuestión!
El punto más importante es que donde entramos hay civiles y la vida retoma su curso normal. ¿Cómo podríamos quedarnos allí si hubiésemos utilizado armas químicas?
Sobre ese tema, las mentiras en los medios de prensa occidentales no tienen límites. Bashar Al-AssadVoltairenet
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