por Paul Craig Roberts, en Instituto para la Economía Política. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
El asesinato de Jamal Khashoggi en la embajada de Arabia Saudita en Turquía no tiene precedentes en su audacia. La respuesta de Washington y del gobierno canadiense ha sido vender más armas a Arabia Saudita, armas que los saudíes están utilizando en su destrucción de la población yemení. La respuesta rusa, si el informe que vi no era una noticia falsa, ha sido vender a los saudíes el sistema de defensa aérea S-400. https://on.rt.com/8pd0
Lo que podemos concluir de esto es que los beneficios del armamentismo tienen prioridad sobre el asesinato y el genocidio.
El genocidio es lo que está pasando en Yemen. Hoy escuché un informe en NPR de que los yemeníes están muriendo de hambre y de una epidemia de cólera como resultado de la destrucción saudí de la infraestructura en Yemen. El trabajador humanitario que dio el informe fue obviamente sincero y estaba molesto, pero tuvo dificultades para relacionar la alta tasa de mortalidad con la guerra patrocinada por Washington, y en cambio culpó a una devaluación del 20% de la moneda de Yemen que elevó los precios de los alimentos fuera del alcance de la mayoría de los yemeníes. ¡Dijo que la solución a la crisis era estabilizar la moneda!
Es difícil entender por qué en los medios de comunicación occidentales y entre los políticos occidentales hay tanta demonización de Irán, Siria, Venezuela, Corea del Norte, China y Rusia. No son estos países demonizados los que asesinan a personas en sus embajadas, llevan a cabo guerras de agresión (crímenes de guerra según el Estándar de Nuremberg) y embargan alimentos y suministros médicos a las poblaciones que están siendo bombardeadas. Son Arabia Saudita, Israel y los Estados Unidos y sus vasallos de la OTAN quienes están cometiendo estos crímenes. Obviamente, los yemeníes, al igual que los palestinos, no cuentan. Su masacre no causa una onda moral en Occidente.
Putin podría estar retribuyendo a Washington el favor por el acoso de los clientes de armamentos por parte de Washington, pero la decisión de vender a los saudíes el sistema S-400 es un error estratégico. Arabia Saudita es un patrocinador de la guerra contra Siria, en cuya defensa se han gastado vidas y tesoros rusos. Además, Arabia Saudita es un enemigo de Irán. Irán es un aliado de Rusia en la defensa de Siria y un país cuya estabilidad es esencial para la estabilidad de Rusia. Quizás aún más importante, en el momento en que los saudíes se hagan con el S-400, lo entregarán a Washington, y los expertos descubrirán cómo derrotarlo, negando así la inversión de Rusia en el arma y su ventaja. La decisión de vender el S-400 a los saudíes convence a Washington de que Putin y su gobierno no tienen la mínima idea que los bebés en el bosque son fácilmente atropellados.
En mi opinión, el peor aspecto de la venta de S-400 es que borra la ventaja moral que Putin ha ganado para Rusia sobre el Occidente asesino y siempre amenazador. Ahora tenemos a Rusia poniendo las ganancias por encima del respeto declarado por el gobierno ruso al estado de derecho y el comportamiento moral.
Un desarrollo aún más inmoral e irresponsable es el retiro del Presidente Trump del Tratado INF. La única razón por la cual el Asesor de Seguridad Nacional neoconservador sionista de Trump ha orquestado este retiro es amenazar a Rusia. Los misiles de alcance intermedio no pueden alcanzar los Estados Unidos. Los rusos podrían alcanzar Europa con ellos, y los misiles estadounidenses colocados en Europa en la frontera de Rusia pueden emprender un primer ataque nuclear contra Rusia que no tendría ninguna advertencia y sería indefendible.
El presidente Putin se ha quejado durante años, y advirtió de las consecuencias, de que Washington establezca emplazamientos de misiles ABM en Polonia y Rumania bajo la cobertura de que su propósito es proteger a Europa del ataque con misiles iraníes. Putin ha señalado repetidamente que estos emplazamientos de misiles pueden convertirse fácilmente, sin que nadie lo sepa, en una postura de ataque nuclear con misiles de crucero contra Rusia. Sin embargo, el enloquecido asesor de seguridad nacional de Estados Unidos afirma, ilógicamente, que son los rusos, quienes no tienen nada que ganar al violar el tratado, quienes están haciendo trampa.
Europa no tiene capacidad alguna para ser una amenaza militar para Rusia, excepto servir de puestos lanzamiento para Washington. Si no fuera por la agresión de Washington hacia Rusia, Europa no enfrentaría ninguna amenaza rusa.
La razón por la que el presidente Reagan negoció el Tratado INF con Gorbachov fue para reducir la percepción soviética de los Estados Unidos como una amenaza. Reagan quería el final de la Guerra Fría y el desarme nuclear. Reagan odiaba las armas nucleares. En el momento en que Reagan estaba en el cargo, nadie con algo de inteligencia creía ya que el Ejército Rojo tenía la intención de invadir Europa. El problema era diferente. El problema era deshacerse de las armas nucleares que son capaces, si se usan, de no ganar ninguna guerra, sino de destruir la vida en el planeta Tierra. Reagan entendía esto perfectamente.
Desafortunadamente, este entendimiento se ha perdido en Washington.
Si se abandona el Tratado INF, Rusia no puede tolerar ninguna base de misiles cerca de sus fronteras, ya que estas podrían ser armas nucleares de primer ataque contra las que Rusia no tiene defensa. Los países europeos que sean lo suficientemente estúpidos como para albergar estas bases, estarían a la vanguardia contra el ejército ruso. Solo una falsa señal, y sería el comienzo de la guerra nuclear.
La intención de Trump de normalizar las relaciones con Rusia ha sido derrotada por el Director de la CIA, John Brennan, el Director del FBI, James Comey, el Vice Fiscal General del Departamento de Justicia, Rod Rosenstein, el complejo militar/de seguridad, el lobby de Israel, el Partido Demócrata, liberal/progresista/izquierdista estadounidense , y los medios de comunicación preestablecidos: CNN, MSNBC, New York Times, Fox News, BBC, Washington Post, etc.
Todos moriremos, debido a que el establishment estadounidense miente sin parar.
Podemos concluir, a partir de la aceptación de los crímenes de Arabia Saudita y la indiferencia occidental ante el retiro de Washington del Tratado de INF que la moralidad está en un segundo plano respecto a los intereses materiales. También podemos concluir que el mal ha alcanzado el dominio sobre el bien, con las consecuencias de que la avaricia y la anarquía aumentarán su destrucción de la verdad, los pueblos y la vida en la tierra.
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