Por Paul Craig Roberts
Es una de las ironías de la historia que el Monumento a Lincoln sea un espacio sagrado para el Movimiento por los Derechos Civiles y el sitio del discurso de Martin Luther King “Yo Tengo un Sueño”.
Lincoln no creía que los negros fuesen iguales a los blancos. El plan de Lincoln era enviar a los negros en Estados Unidos de vuelta a África, y si no hubiera sido asesinado, devolver a los negros a África probablemente habría sido su política de posguerra.
Como han establecido de manera concluyente Thomas DiLorenzo y varios historiadores que no son de la corte, Lincoln no invadió la Confederación con el fin de liberar a los esclavos. La Proclama de Emancipación no se produjo hasta 1863, cuando creció la oposición a la guerra dentro del norte a pesar de las medidas de estado policial tomadas por Lincoln para silenciar a los opositores y los periódicos. La Proclama de Emancipación fue una medida de guerra emitida bajo los poderes de guerra de Lincoln. El anuncio preveía que los esclavos emancipados se alistaran en el ejército de la Unión reponiendo así sus pérdidas. También se esperaba que el anuncio extendiera las revueltas de esclavos en el sur, mientras que los hombres blancos del sur estaban en la guerra y hacer que los soldados abandonaran el frente para ir a proteger a sus mujeres y niños. La intención era acelerar la derrota del Sur antes de que la oposición política a Lincoln en el Norte se hiciera más fuerte.
El Monumento a Lincoln no se construyó porque Lincoln “liberó a los esclavos”, sino porque Lincoln salvó al imperio. Como el Salvador del Imperio, de no haber sido asesinado Lincoln, habría podido convertirse en emperador de por vida.
Como escribe el profesor Thomas DiLorenzo: “Lincoln pasó toda su carrera política intentando utilizar los poderes del Estado en beneficio de la élite corporativa adinerada (el ‘uno por ciento’ de su época), primero en Illinois, y luego en el Norte en general, a través de aranceles proteccionistas, beneficios corporativos para las compañías de carreteras, canales y vías férreas, y un banco nacional controlado por políticos como él para financiar todo esto”.
Lincoln fue un hombre de imperio. Tan pronto como el Sur fue conquistado, devastado y saqueado, su colección de generales criminales de guerra, como Sherman y Sheridan, se dedicaron a exterminar a los Indios de las Planicies en uno de los peores actos de genocidio en la historia humana. Incluso hoy en día los israelíes sionistas señalan el exterminio de Washington de los Indios de las Planicies como el modelo para el saqueo de Palestina por parte de Israel.
La Guerra de Agresión del Norte estaba relacionada con los aranceles y el imperialismo económico del norte. El Norte era proteccionista. El Sur estaba con el libre mercado. El Norte quería financiar su desarrollo económico forzando al Sur a pagar precios más altos por los productos manufacturados. El Norte aprobó el arancel Morrill que llevaba a más del doble la tasa arancelaria a un 32,6% y preveía un alza de más de 47%. La tarifa desviaba los beneficios del Sur en sus exportaciones agrícolas a las arcas de los industriales y fabricantes del norte. La tarifa estaba diseñada para redirigir los gastos del Sur sobre los productos manufacturados en Inglaterra a los productos de mayor coste producidos en el Norte.
Esta es la razón por la que el Sur abandonó la Unión, un derecho a la libre determinación de conformidad con la Constitución.
El propósito de la guerra de Lincoln era salvar al imperio, no abolir la esclavitud. En su primer discurso inaugural Lincoln “hizo una defensa férrea de la esclavitud.” Su propósito era mantener al Sur dentro del Imperio a pesar del arancel Morrill. En cuanto a la esclavitud, Lincoln dijo: “No tengo ninguna intención, directa o indirecta, de interferir con la institución de la esclavitud en los Estados donde existe. Creo que no tengo derecho a hacerlo, y no tengo ninguna intención de hacerlo”. Esta posición, que Lincoln le recordó a su audiencia, fue parte de la plataforma del Partido Republicano de 1860. Lincoln también ofreció su apoyo a la aplicación firme de la Ley de Esclavos Fugitivos, la cual obligaba a los norteños a cazar y devolver a los esclavos fugitivos, y le dio su apoyo a la Enmienda Corwin a la Constitución, ya aprobada por los votos del Norte en la Cámara y el Senado, que prohibía toda injerencia federal en el tema de la esclavitud. Para Lincoln y sus aliados, el imperio era mucho más importante que los esclavos.
DiLorenzo explica cuál fue el acuerdo que Lincoln ofreció al Sur. Sin embargo, así como para el Norte el imperio era más importante que la esclavitud, para el Sur evitar los grandes impuestos a los productos manufacturados, en realidad un impuesto a los beneficios agrícolas del sur, era más importante que las garantías del norte para la esclavitud.
Si quieren liberarse del lavado de cerebro sobre la Guerra de Agresión del Norte, lean los libros de DiLorenzo, “El Verdadero Lincoln” y “Lincoln Desenmascarado”.
La llamada Guerra Civil no fue una guerra civil. En una guerra civil, ambas partes luchan por el control del gobierno. El Sur no estaba luchando por el control del gobierno federal. El Sur se separó y el Norte se negó a dejarlo ir.
La razón por la que estoy escribiendo sobre esto es para ilustrar cómo se falsifica la historia en nombre de determinadas agendas. Estoy a favor de los derechos civiles y participé en el movimiento estudiantil mientras fui universitario. Lo que me incomoda es la transformación de Lincoln, un tirano que fue un agente del “uno por ciento” y estaba dispuesto a destruir a cualquiera y cada cosa en nombre del imperio, en un héroe de los derechos civiles. ¿Quién será el próximo? ¿Hitler? ¿Stalin? ¿Mao? ¿George W. Bush? ¿Obama? ¿John Yoo? Si Lincoln puede ser un héroe de los derechos civiles, así mismo pueden serlo los torturadores. Los que asesinan en las guerras de Washington a mujeres y niños pueden convertirse en defensores de los derechos de las mujeres y los niños. Y probablemente lo serán.
Este es el mundo retorcido y pervertido en el que vivimos. Vladimir Putin, presidente de Rusia, se enfrenta al derrocamiento perpetrado por Washington del gobierno elegido en Ucrania, un aliado de Rusia y durante siglos una parte de la propia Rusia, mientras Putin es falsamente acusado de invadir a Ucrania. China es catalogado por Washington como un violador de los derechos humanos mientras Washington ha asesinado a más civiles en el siglo 21 que todos los demás países juntos.
Por todas partes las monstruosas mentiras de Occidente permanecen sin ser cuestionadas. Las mentiras son institucionalizadas en los libros de historia, los planes de estudio, las declaraciones, movimientos y causas políticas, y en la memoria histórica.
Será difícil para América sobrevivir a las mentiras en las que vive.
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