por Dmitry Orlov. Traducción revisada por Comunidad Saker Latinoamérica – publicado originalmente el 17 de octubre de 2024, en Club Orlov
Ayer, el no muy presidente (su mandato expiró en mayo) de la no del todo Ucrania (con todos los territorios y poblaciones más valiosos ahora parte de Rusia) pronunció un discurso ante el no muy parlamento (su mandato parlamentario expiró en agosto). El discurso estuvo dedicado a un “plan de victoria” -pero ustedes tendrán que traducir el término “victoria” al ucraniano para saber qué significa, porque ciertamente no tiene el mismo significado que la palabra “victoria” en castellano.
La palabra ucraniana para “victoria” es “peremoha” y dentro del contexto ucraniano está estrechamente ligada a otra palabra, “zrada”, que significa “traición”. En Ucrania, siempre que la victoria parece estar a la vista, esto implica automáticamente que la traición está a la vuelta de la esquina. Si esto parece un poco misterioso, es porque lo es: el misterioso impulso ucraniano hacia la autodestrucción ha estado en acción desde que esa nación muerta surgió inesperadamente hace poco más de tres décadas como resultado del cínico asalto al poder de Boris Yeltsin. Para confirmarlo, todo lo que hay que hacer es rastrear la trayectoria de Ucrania durante este período de tiempo. Pasó de ser la parte más próspera y más industrializada de la URSS a la segunda nación más pobre de Europa (Moldavia es la más pobre).
El bandazo de la “peremoha” a la “zrada” es predecible. El siguiente sería un ejemplo típico. Las tropas ucranianas reciben muchas armas antitanque de Occidente y están listas para ir a destruir algunos tanques rusos: ¡la “peremoha” está a la vuelta de la esquina! Pero entonces un grupo de oficiales ucranianos vende estas armas a un narcocartel mexicano y vuela a Mónaco para celebrarlo en un yate de lujo con prostitutas y cocaína. Eso es “zrada”. Esto provoca envidia en el resto de los ucranianos, que también hubieran querido ser tan inteligentes y despiadados y estar ahora en Mónaco celebrando en un yate de lujo con prostitutas y cocaína, pero en lugar de eso tienen que ir a sentarse en las sucias trincheras del frente sin el beneficio de las armas antitanque. Hay que entender que, en la mentalidad ucraniana, la “zrada” no es el resultado de algún fallo moral personal, sino algo parecido a una fuerza de la naturaleza que está incorporada en la estructura de la sociedad ucraniana.
La estrecha relación entre victoria y traición quedó evidente en el discurso de ayer del no muy presidente Zelenski. Repasamos punto por punto:
1.
Para salir victoriosa, Ucrania debe poder unirse a la OTAN de inmediato. Pero aquí está el problema de la traición: la OTAN no aceptará a Ucrania en un futuro próximo (o nunca). Es un caso claro de traición porque la OTAN hizo que los ucranianos se quedaran con su membresía prácticamente para siempre y fingió estar feliz cuando los ucranianos incluyeron la membresía en la OTAN como un objetivo en su constitución, y ahora, de repente, ¡esto! ¡Zrada!
La vacilación por parte de la OTAN es comprensible. Una dificultad particular radica en definir el término “Ucrania”: ¿qué territorios exactos estaría obligada a defender la OTAN si se convirtiera en miembro? El territorio controlado por el régimen de Kiev se ha reducido en algo así como 1.000 km2 en tan sólo los últimos dos meses y sigue reduciéndose día a día. La OTAN podría excluir de su consideración las nuevas regiones rusas (Crimea, Donetsk, Lugansk, Zaporoyia y Jersón) a pesar de que algunas de ellas todavía están (aunque probablemente no por mucho tiempo) parcialmente bajo ocupación ucraniana.
Pero, ¿qué puede hacer la OTAN con la región de Járkov, cada vez más bajo control ruso? Su gobernador, designado por el Kremlin, apoya ahora un referéndum público sobre la adhesión a Rusia, pero insiste en que todos los residentes de Járkov deberían poder votar. Járkov es una gran ciudad rusa y, si tuvieran la posibilidad de elegir, la gran mayoría de sus habitantes querrían volver a formar parte de Rusia.
Y luego está la región de Sumy, contigua a la región rusa de Kursk, un pequeño rincón desde el que los ucranianos habían invadido este verano sin razones que se entiendan bien. Kursk, en lo que respecta a los rusos, es una trampa para monos ucranianos. Una trampa para monos es una calabaza con algunas nueces dentro y un agujero lo suficientemente grande para que un mono pueda meter la mano, pero demasiado pequeño para que entre el puño de un mono. El mono mete la mano, coge algunas nueces y luego no puede sacar el puño. Está atascado porque no quiere soltar las nueces.
Los ucranianos, y un buen número de mercenarios extranjeros, están en una cinta transportadora de la muerte en Kursk pero no pueden retirarse porque una derrota de ese tipo desmoralizaría por completo a toda la población. Sin embargo, el régimen de Kiev entiende que su retirada de Kursk es inevitable y está evacuando partes de la región de Sumy, incluida la propia ciudad de Sumy, porque una vez que se retiren de Kursk, los rusos seguramente se moverán hacia Sumy: ahora que se han visto obligados a acumular una gran fuerza de combate en la frontera de la región de Sumy, la urgencia de usarla para liberar otra región ucraniana se ha vuelto irresistible. Y por eso la OTAN también tendría que sacar a la región de Sumy de la lista.
¿Deberíamos detenernos ahí? Tal vez no. La región de Dnepropetrovsk tampoco es ucraniana de manera segura. Se extiende a ambos lados del río Dniepr y las fuerzas rusas están avanzando por la E50 hacia el río, preparándose para liberar Pokrovsk, y a su debido tiempo llegarán a la frontera entre Donesk y Dnepropetrovsk. ¿Van a detenerse en esa frontera? Eso no parece probable. Después de todo, Yekaterinoslav (como se llamaba originalmente) fue fundada en 1776 por los rusos, es una ciudad típicamente rusa y, por lo tanto, también necesita ser liberada. La OTAN también debería sacar la región de Dnepropetrovsk de la lista de territorios que debe defender.
Podríamos seguir en esta línea durante bastante tiempo, ¡pero la OTAN no puede trabajar con nada de eso! Sin embargo, ese no es el problema de Zelensky: él tiene un plan de victoria. Y ese plan funcionaría (o eso quiere que todos piensen) de no ser por el pérfido acto de traición de la OTAN, primero al atraer a los crédulos ucranianos con la promesa de la membresía de la OTAN y ahora al hacerse la difícil. Esos líderes de la OTAN seguro son muy inteligentes y ¿acaso los ucranianos no querrían ser como ellos?
2.
Zelenski tiene un brillante plan para utilizar armas de largo alcance (y tripulaciones) proporcionadas por Occidente para atacar profundamente el territorio ruso, haciendo así imposible que las fuerzas rusas sigan liberando cada vez más territorio ruso en poder de Kiev. Después de todo, la OTAN proporcionó estas armas y las tripulaciones para programarlas y manejar las plataformas de lanzamiento, pero están limitando su alcance a territorios que antes pertenecían a Ucrania. (También es un poco desconcertante que los rusos hayan aprendido a derribar estas sofisticadas armas occidentales con gran certeza -todo el día y toda la noche si es necesario-, lo que hace que su uso sea un enorme desperdicio de dinero, pero no nos detengamos en eso).
Pero ahora resulta que la OTAN se niega a atacar profundamente el territorio ruso. Al parecer, los dirigentes de la OTAN creen en la afirmación totalmente falsa de los rusos de que atacarían profundamente el territorio de la OTAN como respuesta. ¡Los rusos están fanfarroneando, por supuesto! (Entre nosotros: los rusos nunca fanfarronean.) En cualquier caso, se trata claramente de un caso de traición: la OTAN dio estas sofisticadas armas a los ucranianos, pero ahora no les permite utilizarlas. Para colmo de males, los ucranianos ni siquiera pueden vender estas armas a los cárteles del narcotráfico mexicanos porque tienen que ser controladas por tripulaciones de la OTAN. ¡Zrada!
3.
Como parte de su plan de victoria, Zelenski hizo una generosa oferta a Occidente: explotar juntos las reservas de litio más valiosas y abundantes de Ucrania… que se encuentran bajo territorio que ahora está bajo control ruso. Esto no encaja del todo con el modelo de “peremoha-zrada”; es sencillamente gracioso. ¡Ese Zelenski sí que sabe cómo trollear!
Pero el resto del plan de Zelenski se puede analizar de forma muy similar: Zelenski ofrece “peremoha”, pero la inimitable perfidia de sus amigos occidentales la convierte en una “zrada”. La parte no dicha es la última parte de la “zrada” en la que Zelenski toma el dinero y se escapa mientras todos aplauden este último y más loable acto de autotraición ucraniana.
Zelenski es un comediante y, como profesional, sabe que el espectáculo debe continuar pase lo que pase (y al menos el tiempo suficiente para que sus amigos terminen de vaciar los bolsillos en el guardarropa). Este es el último acto de Zelenski en el que se le da “leche, leche, limonada, a la vuelta de la esquina se hace dulce de leche” (expresión soez que da a entender que todo lo que se ingiere sale digerido, a la vuelta de la esquina, como detrito, es decir, todo lo que se entrega será mierda en el proceso de victoria/traición ucraniano-sionista. Nota de CSL). El público hace muecas, pero no tiene más remedio que aplaudir. Lo mejor que pueden hacer los miembros del público es intentar un poco de comedia propia: el jefe de las fuerzas armadas, Syrsky, aplaude lentamente; el presidente del parlamento muestra un papel en blanco titulado “Plan de victoria”.
Mientras tanto, la apisonadora rusa sigue avanzando: otro día, otros dos mil soldados ucranianos muertos y otros mil o dos mil kilómetros cuadrados liberados. ¿Cuándo se detendrá? Cuando se cumplan plenamente las demandas de Rusia, comunicadas el 17 de diciembre de 2021 en forma de proyecto de tratado.
A continuación se enumeran las exigencias de Rusia:
- Estados Unidos debe limitar toda actividad en los países de Europa del Este, el Cáucaso y Asia Central;
- Estados Unidos debe devolver todas las armas nucleares a su territorio;
- Los bombarderos pesados estadounidenses tienen prohibido volar cerca del espacio aéreo ruso;
- Los estadounidenses tienen prohibido enviar sus buques de guerra al Mar Negro y otros mares a lo largo de las costas rusas;
- Estados Unidos debe abandonar todos los planes de crear bases militares en países postsoviéticos;
- Estados Unidos no tiene derecho a colocar ninguna infraestructura militar en países donde no existía antes de 1997;
- Los estados que tienen una frontera común con Rusia no deben ser miembros de la OTAN. Una línea separada en esta prohibición se prescribe para Ucrania;
- Estados Unidos no tiene derecho a colocar misiles de alcance medio donde puedan alcanzar a Rusia;
- La OTAN debe abandonar la idea de considerar a Rusia un adversario estratégico.
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