por Aram Mirzaei. Traducción de Leonardo Del Grosso, en The Saker (enlaces a parte 2 y parte 3)
Una plaga sobre el mundo, un grupo terrorista que odia a la humanidad. Muchas son las palabras que describen el fenómeno Daesh que se ha desatado sobre la humanidad. El grupo terrorista que supuestamente se originó fuera de Irak como resultado de la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 se ha convertido ahora en fenómeno conocido mundialmente del que pocas personas nunca han oído hablar. Sus atrocidades son reportadas todos los días, y los principales medios de comunicación han informado varias veces sobre sus campañas genocidas de este culto a la muerte en el Medio Oriente, que van desde la limpieza étnica hasta los intentos de eliminar la cultura y la historia de la región. Los objetivos más destacados han sido los cristianos y los yazidíes de Irak.
Sin embargo, lo que los principales medios de comunicación rara vez mencionan es su campaña contra su verdadero enemigo, la comunidad chiíta de Irak y Siria. Este artículo, en una serie de tres partes, analizará y explicará la unidad motivacional que está detrás de este grupo terrorista y sus financiadores, y porqué ellos atacan a otros musulmanes a los que consideran “infieles”.
La práctica de la excomunión, donde un musulmán declara a otro como “Kafir” o infiel, es llamada Takfir, una práctica que es casi tan antigua como el propio Islam. El que practica esta excomunión es llamado un Takfirí.
La primera parte de la serie de este artículo estará enfocada en la historia del concepto y donde se originó por primera vez. La segunda parte estará enfocada en las potencias imperiales europeas y su relación con los Takfiríes en el siglo 18. La última parte estará enfocada en el Takfirismo moderno y sus objetivos en la región en medio de las guerras de Siria e Irak.
Los antecedentes históricos y el concepto de Takfir
Los terroristas de Daesh son conocidos por la comunidad chiíta principalmente porque ellos consideran que toda la comunidad chiíta y todas las demás ramas del Islam son infieles que merecen la muerte. Hay un rango muy amplio de ideas a partir de las cuales se podría justificar el declarar a alguien el ser un infiel (Kafir). Algunos musulmanes consideran que esto es una prerrogativa de la revelación divina, mientras que otros consideran que esto es una prerrogativa del Estado (Califato) que representa a la comunidad musulmana en su conjunto. No hay consenso dentro de la comunidad musulmana en cuanto a lo que realmente constituye una justificación suficiente para declarar Takfir, como tal, hay conflictos entre los diferentes eruditos en torno de este tema.
Con el fin de entender realmente lo que el concepto de Takfir significa, y cómo se ha formado la comunidad islámica, necesitamos retroceder en el tiempo hasta los primeros días del Islam, y estudiar a los predecesores del grupo terrorista Daesh, un grupo conocido como los Khawarij.
Los Khawarij
Los Khawarij (los de fuera) fueron notorios Takfiríes que aparecieron en el primer siglo del Islam durante lo que hoy se conoce como la Primera Fitna, la primera guerra civil islámica causada por la falta de unidad en relación al liderazgo después de la muerte del Profeta Mahoma. La Primera Fitna, 656-661, tras el asesinato de Osman, el tercer Califa del Islam, continuó durante el califato de Alí, y fue terminada con la asunción del califato de Muawiya. Esta guerra civil es a menudo denominada como el fin de la unidad islámica, también conocida como la Ummah.
La divisiones comenzaron a aparecer cuando comenzó a crecer el desacuerdo al considerar la capital del recién establecido califato islámico. Éstas fueron el resultado de una rivalidad arraigada profundamente entre Siria, anteriormente bajo el dominio del Imperio Bizantino, e Irak, parte del Imperio Persa Sasánida. Alí estaba convencido de mover su capital a Kufa, en Irak.
Más tarde Muawiya I, el gobernador de Levante y primo de Osman, rechazó las demandas de lealtad de Alí. Alí abrió negociaciones con la esperanza de recobrar su lealtad, pero Muawiya insistió en su decisión.
Bajo su gobierno Levante se autonomizó. Muawiya comienza a movilizar sus partidarios de Levante y se niega a rendir homenaje a Alí con el pretexto de que su contingente no había participado en la elección de Alí.
Entonces Alí movió sus ejércitos hacia el norte y durante más de cien días los dos ejércitos acamparon uno frente al otro en Siffin, gastando la mayor parte del tiempo en negociaciones. Aunque Alí intercambió varias cartas con Muawiya, no fue capaz de destituirlo ni persuadirlo de que jurara lealtad.
Cuando las fuerzas de Muawiya se encontraron con las fuerzas de Alí en la batalla de Siffín en 657 D.C., las fuerzas de Muawiya estaban al borde de la derrota. Muawiya buscó dejar la disputa de lado y llamó a un arbitraje para las dos partes de acuerdo al Corán.
Los dos ejércitos finalmente acordaron resolver a través del arbitraje la cuestión de quién debía ser califa. La negativa a seguir peleando del bloque más grande (los Kufanos) en el ejército de Alí fue el factor decisivo en su aceptación del arbitraje. El ejército de Alí sufrió un motín encabezado por los Kufanos. La cuestión de si el árbitro representaría a Alí o a los Kufanos (Qurra) causó más división en el ejército de Alí. Alí presentó a su representante para el arbitraje, los amotinados, por su parte, presentaron a Abu Musa Ashaari, en contra de los deseos de Alí, mientras Muawiyah presentó a su representante, Amr Ibn Al-As. Siete meses más tarde, los dos árbitros se reunieron en Adhruh, unas 10 millas al noroeste de Maan, en Jordania, en febrero de 658. Amr Ibn Al-As convenció a Abu Musa Ashaari que ambos, Alí y Muawiyah, debían dar un paso al costado y ser elegido un nuevo califa. Alí y sus partidarios fueron sorprendidos por la decisión por la cual fueron rebajados de califa al status de los rebeldes Muawiya. Alí había sido traicionado. Manifestándose bajo el lema “el arbitraje sólo incumbe a Dios”, los Qurra se habían transformado en ambos, Alí y Muawiyah.
Alí se rehusó a aceptar el veredicto que lo rebajó y que estableció que una elección debía tener lugar y se encontró técnicamente en incumplimiento de su compromiso de someterse al arbitraje. Esto puso a Alí en una posición débil, incluso entre sus propios partidarios. Los oponentes más vociferantes de Alí en su campamento eran las mismas personas que habían forzado a Alí a nombrar a su árbitro. La sensación era que Alí no podía ya asegurar sus intereses. También temiendo que si había paz, podrían se detenidos por el asesinato de Osman, los que se separaron de la fuerza de Alí.
Por lo que los Qurra entonces se hicieron conocidos como los Khawarij (los de afuera, en referencia a aquellos que se fueron del lado de Alí). Es importante tener en cuenta que los Kharawaj no estaban simplemente insatisfechos con un hombre en particular, o una familia o la economía, sino que más bien su insatisfacción era con toda la estructura social que estaba representada tanto por Osman como por Alí. Antes, ellos tenían libertad en los asuntos de la tribu. Ahora ellos estaban en la “súper-tribu” del Islam y no podían comportarse como se habían comportado anteriormente. Ellos buscaban volver a su estructura tribal antigua donde podrían vanagloriarse y presumir de su tribu. Por lo tanto, se puede argumentar que los Khawarij estaban más motivados por sus propias razones egoístas para rebelarse, más bien que por razones ideológicas.
El hecho que él era el sobrino de Mahoma sólo les confirma en su militancia de su percibido igualitarismo; que la verdadera aristocracia era una de piedad y no de sangre. Este punto de vista va fundamentalmente en contra del punto de vista chiíta de que el liderazgo viene unido a la línea de sangre del Profeta.
Con el tiempo, los Khawarij comenzaron a desarrollar puntos de vista retorcidos. Los primeros reportes hablarían de Khawarijs saliendo con sus espadas en los mercados y apuñalando gente al azar gritando “ningún juicio excepto el de Dios”. En 659 las fuerzas de Alí finalmente se movieron contra los Khawarijs y se encontraron finalmente en la Batalla de Naharawan. Aunque Alí ganó la batalla, el constante conflicto había comenzado a afectar su posición.
Alí ganó una victoria pírrica, pero no pudo aplastar a este grupo. Dos años más tarde, en el 19 de Ramadán del 661, Alí fue asesinado por los Khawarij mientras oraba en la Gran Mezquita de Kufa. La leyenda cuenta que Khawarij Abd-Al-Rahmad Ibn Muljam lo atacó con una espada revestida en veneno que hirió la cabeza de Alí. Cuando Alí fue muerto, Muawiya I era uno de los que tenía el ejército más grande del imperio musulmán, por lo tanto él podría fácilmente ascender al trono y así comenzó el ascenso del Califato Omeya.
El Califato Omeya, aunque fuerte, nunca podría asumir la misma autoridad sobre su vasto territorio como pudo el primer califato. En Irán, el califato fue desafiado varias veces, lo que condujo a la forzada conversión masiva de los zoroastrianos en Irán. A medida que el imperio creció, el número de trabajadores árabes calificados fue demasiado pequeño para acompañar la rápida expansión del imperio. Por lo tanto, Muawiya permitió que muchos de los trabajadores del gobierno local en las provincias conquistadas mantuvieran sus puestos de trabajo con el nuevo gobierno de los Omeyas. Así, gran parte del trabajo del gobierno local se registró en griego, copto y persa. Esta rápida expansión también se ha argüido como una de las principales razones de la disminución del Califato Omeya.
Plagado por contínuos levantamientos Khawarij tanto en Irán como en Irak, los Khawarij sobrevivieron a la declinación del Califato Omeya y continuando los levantamientos durante el Califato Abasí, eran todavía un problema.
Khawarij se rebelaron en los distritos de Mosul en la provincia de Al-Jazira (Mesopotamia). Esta rebelión se prolongó durante treinta años a pesar de varios intentos de sofocarla. No fue hasta que el califa Al-Mutadid lanzó importantes campañas para restablecer la autoridad del Califato que la rebelión finalmente fue derrotada.
En la siguiente parte de este artículo en series, vamos a examinar la segunda ola de Takfirismo, originaria de los desiertos de la península arábiga durante el siglo 18.
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