por William Schryver. En Imetatronink. Publicado originalmente el 28 de julio de 2025. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
Estados Unidos ejerció una hegemonía casi total al menos desde principios de la década de 1990 hasta aproximadamente 2014, momento en el que empezaron a formarse las primeras grandes grietas irreversibles.
Rusia recuperó Crimea y tomó el Donbás bajo su protección. China comenzó a desprenderse metódicamente de sus pagarés estadounidenses.
Esos actos de desafío arrojaron el guante, sirviendo de aviso no sólo a los amos del imperio, sino a potencias menores alrededor del mundo que estaban hartas y cansadas de ser coaccionadas y saqueadas por los tontos vaqueros estadounidenses con sus sombreros de copa llenos de hipocresía hasta el borde.
Ahora Donald Trump se ha convertido en el paródico beau ideal de todo lo que el resto del mundo siempre ha considerado más despreciable en la clase dominante estadounidense.
Dicen que Trump no bebe. Sin embargo, se ha emborrachado con un poder imaginario, y sus delirios se ven reforzados por el culto al #EmpireAtAllCosts del que se ha rodeado, y que ha dominado con facilidad el arte de alimentar la vanidad de Trump.
Sin duda, su confianza se ha visto inflada aún más por la abyecta forma con que la anglósfera y la mayor parte de Europa se arrodillan ahora a sus pies (o al menos simulan una genuflexión por el momento).
Pero no son ellos los que importan. Vendieron su soberanía hace mucho tiempo.
Todos ellos, en conjunto, son impotentes y carecen de importancia en el contexto de la gran lucha de poder que se vislumbra en el horizonte de un futuro no tan lejano.
Son los desafiantes los que importan ahora: Rusia, China, Irán, Corea del Norte y otros entre las potencias intermedias del planeta los que cada vez simpatizan más con el objetivo de hacer retroceder drásticamente la marea ya en retroceso de la hegemonía estadounidense.
Por supuesto, los “verdaderos creyentes” en el poder imperial indomable siguen convencidos de que los grupos de ataque de portaaviones, que los bombarderos invisibles y que los misiles imparables pueden someter la rebelión contra la supremacía estadounidense.
Por el contrario, los acontecimientos de los últimos años han convencido a mucha gente en todo el mundo de que el imbécil matón imperial está muy debilitado en comparación con el poder de ataque de la “alianza rebelde” formada contra él.
Así pues… a medida que el año 2025 se acerca a su desenlace, Trump ha tomado la iniciativa de escoger todas las frutas más fáciles de alcanzar, muchas de ellas plagadas de gusanos.
Ahora viene el verdadero enfrentamiento.
Hoy temprano, Trump dio a Putin un plazo de diez días para detener la aniquilación de la #MotherOfAllProxyArmies en Ucrania. También recordó a los iraníes que el poderoso ejército estadounidense está listo, “en un abrir y cerrar de ojos”, por así decirlo, para reanudar los ataques aéreos contra ellos si no empiezan de inmediato a “comportarse” como se les ordena.
También habla con frecuencia con dureza sobre China, pero los chinos simplemente ponen los ojos en blanco y dejan perfectamente claro que no les importa en absoluto lo que diga.
El complejo militar-industrial ruso ahora produce mucho más que todas las potencias occidentales desindustrializadas. La capacidad productiva china es mucho mayor. Incluso los iraníes y los norcoreanos pueden fabricar armas de guerra más rápido que los estadounidenses y sus vasallos juntos.
Entonces, ¿qué hará el acosador cada vez más debilitado frente a estos desafíos?
En mi opinión, la idea de enfrentarse a los rusos o a los chinos sigue estando totalmente fuera de toda consideración, incluso para los imbéciles del Pentágono. Así que eso significa que Irán sigue siendo la única opción creíble para un matón que siente la necesidad existencial de desangrar a alguien.
Y, si llega ese momento, estoy cada vez más convencido de que los rusos, los chinos y los norcoreanos actuarán para reforzar a los iraníes según sea necesario para ocasionar un duro castigo al tambaleante titán estadounidense.
La conclusión es que no veo ninguna manera de que la trayectoria actual de los acontecimientos no termine en sangre y cenizas para muchos soldados, marineros y aviadores estadounidenses.

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