por Sergio Alejandro Gómez y Edilberto Carmona Tamayo. En Cubadebate
(foto: AFP)
Los recientes movimientos de tropas estadounidenses, reportados por fuentes públicas y medios de prensa, confirman que Washington se dispone a cercar militarmente a la República Bolivariana de Venezuela bajo la excusa de una supuesta “intervención humanitaria”.
Cuba aseguró el pasado 13 de febrero, mediante una declaración del Gobierno Revolucionario, que Estados Unidos pretende fabricar “un pretexto humanitario para iniciar una agresión militar contra Venezuela” y denunció vuelos militares en la región del Caribe como parte de los preparativos.
Aunque fuentes en Washington y algunos de los países involucrados se aprestaron a negar las denuncias cubanas, las últimas informaciones disponibles ratifican y amplían las evidencias de un cerco militar premeditado contra Caracas.
“Estados Unidos acumula silenciosamente su poder militar cerca de Venezuela”, señaló en el diario Washington Examiner el periodista y experto militar británico, Tom Rogan. “Una importante presencia naval y marítima de los Estados Unidos está operando cerca de Colombia y Venezuela. Ya sea por coincidencia o no, estos despliegues le brindan a la Casa Blanca un rango creciente de opciones”.
De acuerdo con Rogan, en menos de una semana el Pentágono está en condiciones de desplegar 2.200 marines, aviones de combate, tanques y poner dos portaaviones en Venezuela.
Las tres puntas del tridente norteamericanoson El Caribe, Colombia y Brasil. No es casual que el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, haya visitado Bogotá, Brasilia y Curazao durante los últimas semanas, bajo la cobertura de la supuesta organización de la entrega de “ayuda humanitaria” a Venezuela.
El Caribe: Del portaaviones Abraham Lincoln a Curazao
Con la autorización de Holanda, Estados Unidos organiza un centro de distribución de la supuesta ayuda en la isla de Curazao, a escasos kilómetros de las fronteras con Venezuela.
Pero la movilización militar es mucho más amplia en la región del Caribe. En la denuncia cubana, se explica cómo entre el 6 y el 10 de febrero de 2019, se realizaron vuelos de aviones de transporte militar hacia el Aeropuerto Rafael Miranda de Puerto Rico, la Base Aérea de San Isidro, en República Dominicana y hacia otras islas del Caribe estratégicamente ubicadas.
Ahora se suma el anuncio de que la Marina de los Estados Unidos desplegó un Grupo de Ataque con Portaaviones (CSG) en el Océano Atlántico y frente a las costas de Florida.
La flota está compuesta por el portaaviones USS Abrahm Lincoln (CVN-72), un crucero misilístico y cuatro destructores, además de una fragata de la marina española invitada a participar.
“Los GSG tienen capacidades multiplataforma para operar donde sea y cuando sea requerido. Además de poseer la flexibilidad y sustentabilidad para pelear guerras de gran escala y asegurar la libertad de los mares, los CSG son símbolos visibles y poderosos del compromiso de Estados Unidos hacia sus aliados, socios y amigos”, señaló una nota de prensa oficial de la marina estadounidense.
A bordo del USS Abraham Lincoln, portaaviones nuclear de la clase Nimitz, opera el Escuadrón Aéreo Embarcado (CVW) 7, equipado con los Lockheed F-35C Lightning II, el cazabombardero más avanzado del arsenal estadounidense.
El grupo inició el 25 de enero los ejercicios COMPTUEX, destinados supuestamente a poner a punto a la formación previamente a un despliegue militar.
Aunque su ubicación actual y el destino de su despliegue se desconocen, las consultoras especializadas en asuntos militares Stratfor y Southfront han ubicado al GSG en algún punto del Atlántico frente a las costas del estado de Florida.
En los últimos días se reportó que el grupo había ensayado un cruce de estrechos, maniobra necesaria para ingresar al Mar Caribe, del cual lo separan escasos días de navegación.
Rogan apunta en su artículo otro dato interesante. Estados Unidos podrían tener no uno, sino dos portaaviones en el rango operacional de Venezuela en una semana.
El portaaviones USS Theodore Roosevelt y el navío de desembarco anfibio USS Boxer, se hayan “casualmente”, ahora mismo, en el puerto de San Diego, California, a menos de una semana de navegación de la costa pacífica colombiana.
“El USS Boxer lleva a bordo la undécima Unidad Expedicionaria de Marines (MEU), una de las 7 MEU con las que cuenta el ejército de Estados Unidos. Esta unidad de Marines tiene aproximadamente 2 000 hombres. El propósito expreso de una MEU es ofrecer una rápida capacidad de despliegue militar”, considera Rogan.
Colombia, donde Bolton quiere mandar 5 000 tropas
Desde los tiempos del Plan Colombia, inaugurado en 1999, Colombia es uno de los principales aliados militares de Estados Unidos en la región. Washington estuvo a punto de instalar formalmente siete bases militares en territorio colombiano durante el mandato de Álvaro Uribe, pero una decisión de la Corte Constitucional bloqueó el plan.
Sin embargo, Bogotá encontró la manera de burlar los controles y finalmente se autorizó una presencia y despliegue logístico estadounidense en las principales instalaciones militares de la nación andina.
Esa estrecha alianza saltó a los titulares a finales de enero, cuando el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Bolton, mostró “accidentalmente” una anotación en su cuaderno de apuntes con el plan de enviar 5.000 tropas estadounidenses a Colombia, como parte de la operación contra Venezuela.
El propio presidente Donald Trump no descartó la idea y, al ser preguntado al respecto durante una reunión con su homólogo colombiano, Iván Duque, se limitó a decir: “Ya veremos”.
El presidente colombiano, por su parte, prefirió no responder con un “sí” o un “no” la posibilidad de que Colombia permita el ingreso de tropas estadounidenses, a pesar de que el periodista Bricio Segovia, de la Voz de América, le preguntó lo mismo en varias ocasiones:
Durante la entrevista, Segovia le pregunta a Iván Duque:
– ¿Colombia estaría dispuesta a recibir 5.000 tropas en su territorio?
A lo que el presidente colombiano respondió: – Yo no soy bueno interpretando cuadernos de otras personas.
Segovia insiste: – Usted ha estado con él (John Bolton), recientemente.
– Yo lo que le puedo decir es que estamos trabajando intensamente por la liberación del pueblo venezolano y lo hemos venido haciendo con un exitoso cerco diplomático. Ese cerco diplomático no tiene precedentes. Ese cerco diplomático ha aislado al dictador. Ese cerco diplomático es irreversible y la continuidad de este va a venir del efecto dominó que se debe activar desde las Fuerzas Militares de Venezuela – responde Duque.
– Pero, ¿está dispuesto Colombia a recibir a tropas militares en su territorio? – replica Segovia.
– Yo he sido claro, la solución en la que creo es en la del cerco diplomático. La continuidad del cerco diplomático debe ser el efecto dominó que se va a generar en Venezuela cuando más miembros de las Fuerzas Militares le entreguen su lealtad a Juan Guaidó – enfatiza Iván Duque.
– Entonces, no esta dispuesta Colombia a recibir tropas estadounidenses en su territorio… – aclara Segovia.
– Nosotros hemos sido claros. Lo más importante para que Venezuela alcance la libertad es el cerco diplomático, dice Duque.
– Entonces, ¿es un no? – insiste Segovia
– El cerco diplomático es la herramienta más importante que se ha visto en la historia de Latinoamérica. Entonces, creo que este es un gran triunfo para celebrar. La continuidad de esto se ve representada en que haya más militares al igual que los que ya lo hicieron en los últimos días entregándole su lealtad y juramento a Juan Guaidó.
– Discúlpeme señor presidente, pero no me está contestando la pregunta. ¿Está dispuesto Colombia a recibir tropas estadounidenses en su territorio? – vuelve a insistir Segovia.
– Le vuelvo a responder… – dice Duque.
pero Segovia lo interrumpe – ¿Sí o no? no tiene matices esta pregunta.
– Es que como no tiene matices le reitero que creo fehacientemente en la importancia del cerco diplomático, concluye Duque.
Segovia pidió a sus seguidores en su cuenta de Twitter que saquen sus propias conclusiones tras la evasión del presidente.
Aunque aún no se confirma el arribo de los 5 mil efectivos militares, Estados Unidos ya tiene en funcionamiento un puente aéreo desde la base militar de Homestead en Florida a la localidad colombiana de Cúcuta, a 2 600 kilómetros de distancia.
Para las operaciones se utilizan al menos tres aviones de transporte militar pesado de largo alcance C-17 Globemaster III, fabricados por Boeing y con capacidad de cargar 180 toneladas y entre 80 y 100 tripulantes.
Homestead es, además, la sede del polémico Comando Sur de EE.UU.
Comando Sur
Es el Comando Unificado de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos que operan en América Latina y el Caribe y uno de los nueve comandos que están directamente vinculados a la máxima dirección del Departamento de Defensa de EEUU.
Opera en un radio de acción de 32 países, 19 de ellos en Centro y Sudamérica y el resto en el Caribe. Desde 1997 su cuartel general se halla en el Estado de la Florida.
Antes, desde 1947, estuvo basado en Panamá. Su propio historia reconoce que como un antecedente “glorioso” el desembarco de marines yanquis en ese país a principios del siglo XX. El Comando Sur, conocido también por su nominación inglesa USSOUTHCOM, se ha convertido en un símbolo del injerencismo norteamericano en la región y ha sido aliado de las fuerzas militares y paramilitares que tan nefasto registro de muertes, torturas y desapariciones han dejado en los pueblos latinoamericanos y caribeños a lo largo de más de un siglo.
En los últimos años, el USSOUTHCOM ha estado armando, entrenando y adoctrinando a los ejércitos nacionales para servir a los intereses de EE.UU bajo su liderazgo. La finalidad es evitar la utilización de tropas norteamericanas y de esta forma reducir la oposición política en los Estados Unidos.
El modelo consiste en que Washington dirige y entrena a los ejércitos latinoamericanos mediante “programas conjuntos” extensivos e intensivos, y subcontrata compañías privadas de mercenarios que proporcionan militares especializados, todos ellos oficiales “retirados” del ejército norteamericano. (Tomado de la Enciclopedia contra el Terrorismo)
El Brasil de Bolsonaro, un nuevo aliado del Pentágono
Brasil, el mayor país de Sudamérica y que cuenta con las mayores fuerzas militares, se ha convertido en los últimos años en un aliado inesperado del despliegue del Pentágono en la región.
Los gobiernos de Michel Temer (interino tras un golpe de Estado parlamentario) y de Jair Bolsonaro, pretenden cambiar la matriz de fuerte nacionalismo que se consolidó durante los gobiernos del Partido de los Trabajadores.
En una de las primeras entrevistas tras asumir como presidente, el ultraderechista Bolsonaro aseguró al canal SBT tener abierta la posibilidad de instalar una base militar estadounidense en el país.
Pero Bolsonaro, un excapitán de rango menor, se retractó en parte de su idea al recibir fuertes críticas de sus propios generales.
Sin embargo, nadie pone en duda la cercanía del nuevo presidente brasileño con su homólogo estadounidense, ni la admiración de dos de sus hijos por el Mossad (servicios secretos hebreos) y por el Ejército de Israel.
El jefe del Comando Sur de Estados Unidos estuvo la semana pasada en Brasil y fue recibido por el canciller Ernesto Araújo, con quien discutió el “asunto Venezuela”.
Bolsonaro se comprometió a utilizar el estado de Roraima como centro de acopio de la supuesta ayuda humanitaria contra Venezuela, y por lo tanto del despliegue logístico estadounidense.
Sea cual sea el objetivo de la movilización militar ordenada por la Casa Blanca -desde los preparativos de una agresión directa a otra medida de presión psicológica contra sus autoridades legítimas-, lo que resulta innegable en este momento es que Estados Unidos mueve sus fichas en la región para cercar Venezuela por todas las vías a su alcance.
Ante ese escenario, Cuba hizo un llamado a todos los pueblos y gobiernos del mundo a defender la Paz y a oponerse unidos, por encima de diferencias políticas o ideológicas, para detener una nueva intervención militar imperialista en la América Latina y el Caribe que dañará la independencia, la soberanía y los intereses de los pueblos del Río Bravo a la Patagonia.
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