China se prepara para afrontar una agresión occidental

Eduardo Jorge Vior para o Blog Saker Latinoamérica e Telam – 10 de março de 2023

Las “dos sesiones” que se han celebrado en Pekín esta semana confirman la insalvable fractura del sistema mundial y el temor que inspira la agresividad estadounidense.
Gracias a la reforma de la Constitucin en 2017 Xi fue electo ahora para un tercer perodo de cinco aos
Gracias a la reforma de la Constitución en 2017, Xi fue electo ahora para un tercer período de cinco años.

Este viernes por la mañana Xi Jinping fue electo unánimemente como presidente de la República Popular de China y de la Comisión Militar Central. La elección tuvo lugar durante la sesión anual del 14º Congreso Nacional del Pueblo (CNP), que se desarrolló durante la semana. A su vez, Han Zheng, representante del Grupo de Shanghai, fue electo vicepresidente.

Paralelamente ha sesionado la Conferencia Consultiva Política del Pueblo Chino (CCPPCh), el máximo organismo asesor del país. Ambas reuniones constituyen lo que en la República Popular se conoce como “las dos sesiones”, que siempre se realizan a esta altura del año, para evaluar la marcha del gobierno, adoptar decisiones y planificar el desarrollo en los siguientes doce meses. Este año, sin embargo, por el creciente peso de China en el orden mundial y por los nubarrones que oscurecen el horizonte internacional, la reunión legislativa y la consultiva han adquirido una importancia especial para el futuro de la humanidad. China se siente seriamente amenazada y está preparando su defensa.

Gracias a la reforma de la Constitución en 2017, Xi fue electo ahora para un tercer período de cinco años. Es la primera vez desde la muerte en 1976 de Mao Zedong (el fundador de la República Popular en 1949) que un dirigente del Partido Comunista (PCCh) puede ejercer por tanto tiempo la jefatura del Estado. Dadas las protestas que se produjeron el año pasado contra los cierres de actividad durante el último pico de la pandemia de coronavirus, los medios occidentales dudaban de que el presidente fuera reelecto. Sin embargo, mostrándose como un gran conductor, cedió a los reclamos populares, controló la posterior difusión de la pandemia, dejó que la actividad económica recobrara ímpetu y alcanzó ahora la unidad con el grupo neoliberal de Shanghai. China anuncia así una tasa de crecimiento del 5 por ciento para 2023 y Xi salió fortalecido como líder de una unidad patriótica hasta hace poco inconcebible. Para demostrarlo, el miércoles se mostró con los delegados militares a la Asamblea.

Al dirigirse a diputados del ejército y la policía en la sesión legislativa, el presidente chino insistió este miércoles 8 en la necesidad de integrar mejor las estrategias nacionales. El jefe del Estado, ratificado este viernes también como jefe del Ejército Popular de Liberación (EPL), exhortó a impulsar la innovación científica y tecnológica, para alcanzar rápidamente la autosuficiencia del país. Debe reforzarse, dijo, la resiliencia de las cadenas industriales y de suministro. Asimismo, el mandatario instó a coordinar la construcción de grandes infraestructuras, a acelerar la creación de reservas nacionales y a ponerlas al servicio de la seguridad nacional. Mostrándose como parte de la poderosa delegación militar a la reunión legislativa y exhortando a aumentar la autosuficiencia, el jefe del Estado chino advirtió a la nación y al mundo que su país se está preparando aceleradamente para afrontar una grave agresión externa.

En esta doble sesión del CNP y de la CCPPCh, una institución donde trabajan otros partidos aliados y personalidades que asesoran en las leyes, proponen y pueden sugerir cambios al gobierno, se decidió que el presupuesto de defensa, el segundo más grande del mundo detrás del norteamericano, aumentará a unos 225.000 millones de dólares (7,2% respecto del año anterior). Tal como afirmó el saliente primer ministro Li Keqiang, este aumento se sostiene por el crecimiento de la economía, que experimenta una recuperación sólida después de tres años de ralentización por la pandemia.

Luego de dejar atrás las restricciones por el Covid, la economía china está mostrando señales de un rebote más fuerte de lo esperado. Muestra de que el repunte es generalizado es que los diez mayores valores del país que cotizan en EE.UU. subieron el miércoles, aumentando colectivamente su valor de mercado en más de 25.000 millones de dólares. El repunte de China también está impulsando la industria manufacturera en Tailandia, Vietnam y Taiwán.

Lo interesante de este crecimiento es que al mismo tiempo las economías occidentales entran en estancamiento o incluso en recesión. Mientras que se espera que Estados Unidos crezca este año sólo un 0,1%, Europa lo hará en 0,7%. El hecho de que China espere un crecimiento robusto implica que las economías occidentales y la china se están desacoplando. Gracias a las medidas proteccionistas antichinas que EE.UU. viene adoptando consecuentemente desde 2018, podríamos estar entrando en una gran divergencia entre dos de las mayores economías del mundo. Si Occidente experimenta cinco años de crecimiento lento -lo que es perfectamente posible-, mientras que la economía china sigue creciendo al ritmo previsto, antes de 2030 China se convertirá en primera economía mundial.

Durante la sesión legislativa plenaria también habló el canciller entrante, Qin Gang, quien advirtió que las acciones de EE.UU. están llevando hacia un enfrentamiento entre ambas potencias. El ministro especificó que están en juego los intereses fundamentales de los dos pueblos que abarcan comercio, tecnología, los derechos humanos, Taiwán y la guerra en Ucrania. Si Wasghinton no cambia de rumbo, dijo, “habrá conflicto y confrontación”.

Al divergir los ciclos de las dos mayores potencias, crece en EE.UU. el recelo hacia China: si vuelven a abrir las fronteras, temen, los productos chinos los inundarán y las empresas asiáticas controlarán la economía norteamericana. Si se cierran como ahora, en cambio, la República Popular continuará expandiéndose en Eurasia, África y América Latina, desplazando a las inversiones estadounidenses. Incapaz de sentarse a dialogar con Pekín y de impulsar un ciclo de innovación que le permita competir exitosamente, la elite norteamericana reacciona amenazadora. Incluso voces en Washington aconsejan atacar a China ahora, cuando todavía hay una cierta paridad de fuerzas. La combinación entre la creciente divergencia económica y la paranoia norteamericana hacen tener lo peor. Se entiende que China quiera protegerse y opte por el autosostenimiento, pero a los demás ¿quién nos protege?


Eduardo J. Vior é um veterano sociólogo e jornalista independente, especialista em política internacional, professor do Departamento de Filosofia da Universidade de Buenos Aires (UBA).

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