por Germán Sánchez Otero, escritor y diplomático cubano, ex embajador de Cuba en Venezuela. En Cubadebate
Este texto es parte del tomo III de la biografía de Hugo Chávez, que estoy por concluir. He querido compartir con los lectores de Cubadebate los conceptos del líder venezolano sobre el socialismo, a propósito de conmemorarse el 30 de enero catorce años de haber anunciado en Porto Alegre, Brasil, el horizonte socialista de la Revolución Bolivariana.
Si el imperio ha decidido destruir esa original alternativa de emancipación, que en pocos años mostró su viabilidad y devino paradigma de nuestros pueblos, con más razón debemos exaltar los aportes de Chávez acerca del socialismo en nuestro tiempo, y sus demoledoras críticas al capitalismo.
Al principio, fue el verbo
¿Cuándo comienza Chávez a pensar en la opción socialista para Venezuela? La siguiente vivencia, me inclina a creer que se trata de una idea añejada por él varios años antes de hacerla pública. El 16 de abril de 2001 acompaño al compañero Osvaldo Martínez a un encuentro en su residencia oficial, para tratar asuntos de la relación sur-sur, en un ambiente sedado por ser viernes de Semana Santa. Al saludarnos, Chávez pregunta por Fidel. Le decimos que esa tarde ha hablado en un acto realizado en La Habana, en el mismo sitio donde 40 años atrás declarara el carácter socialista de la Revolución Cubana, vísperas de ocurrir la agresión mercenaria por Playa Girón.
Absorto, escucha nuestro relato y, de súbito, nos sorprende: “Antes de morirme yo también voy a declarar el socialismo en Venezuela”, dice de un tirón. Impactado por tal confesión, desplazo la silla hacia atrás y me pongo de pie. Él hace lo mismo y un resorte invisible provoca que lo abrace y exclame sonreído: “¡Espero que te demores bastante en ambas cosas!”. Su reacción es enigmática; nos mira en silencio, sin pestañar, pensativo… ¿Sería esta la primera vez que expresa tan audaz propósito, cuando al comenzar el siglo xxi muy pocos en el mundo defendían el socialismo?
Casi tres años y ocho meses después, el 5 de diciembre de 2004 asoma en público el tema, en la clausura del Primer Encuentro Mundial de Intelectuales y Artistas en Defensa de la Humanidad, celebrado en Caracas. Busca medir reacciones, y su verbo provoca un explosivo aplauso: “Hay que retomar el estudio de las ideas socialistas. El socialismo. Sus tesis auténticas, sus tesis originales. Revisar errores, revisar aciertos. Reenfocar, reorientar y tomar el rumbo que hay que tomar”. Son 31 palabras claves, que evidencian una concepción sobre el socialismo y el propósito de asumirlo, aunque aún no lo exprese del todo.
En el capitalismo: imposible el proyecto de Bolívar
Tres semanas más tarde, el 24 de diciembre, en una conferencia que ofrece en la Universidad de Beijing retoma el asunto. Esta vez se siente incentivado por el contexto del país anfitrión y en especial por el auditorio. Exalta la figura de Mao Tze Dong, asegura que desde joven ha sido su admirador y traza un paralelo entre aquel y la posible evolución de Bolívar, si hubiera vivido en otra época. Afirma: “Creo que si Mao Tze Dong y Simón Bolívar se hubiesen conocido habrían sido grandes amigos, porque su pensamiento a pesar de las distancias en el tiempo y en la geografía, en el fondo caen en la misma vertiente infinita del humanismo”. Y suelta la siguiente idea, por primera vez ante un micrófono: “Creo incluso que si Bolívar hubiese vivido unas décadas más, hubiese terminado siendo socialista (…)”.
Recuerda que el fracaso del “socialismo real” en Europa y la desintegración de la Unión Soviética, se quisieron presentar como la muerte definitiva del socialismo. Alude entonces a “la dignidad, el ejemplo, el valor y el coraje de la China, que supo mantenerse a nivel mundial como bastión de un verdadero proyecto socialista”. Y reconoce asimismo la grandeza del pueblo cubano y de su líder, que fueron capaces de mantenerse “en las barbas propias del imperio con la misma consigna que hoy retumba con más fuerza por aquellas tierras: ¡Socialismo o muerte!”.
Subraya que el primer lineamiento estratégico de la Revolución Bolivariana es crear una sociedad de iguales. Por consiguiente, dice, ella rechaza el camino del capitalismo, que es “el campeón de las injusticias” y no puede ser ni será jamás la vía para construir “sociedades de iguales, de hermanos, sociedades fraternas y felices”
Y continúa. Así como China plantea ahora la tesis de la economía socialista de mercado “para continuar impulsando el proyecto revolucionario chino con particularidades chinas”, en Venezuela “estamos moviéndonos en dirección convergente al movimiento que viene impulsando China”. Precisa: “Y digo convergente porque nosotros estamos saliendo del modelo capitalista”, pues “en el marco del capitalismo es imposible que se cumpla el proyecto de Bolívar y estamos inyectando elementos de un nuevo modelo, que bien pudiera llamarse en un futuro economía socialista de mercado con características venezolanas, con particularidades venezolanas”. Y sentencia: “Llamémoslo como lo llamemos, vamos en esa dirección”.
De tal modo, Chávez prepara el bautizo de la criatura y pronto decidirá la fecha, el escenario y los invitados.
Socialismo: no tengo la menor duda
Frente a un enjambre de luchadores del planeta, que participan en el Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil, el 30 de enero de 2005 proclama por fin: “Yo, cada día me convenzo más, capitalismo y socialismo. No tengo la menor duda. Es necesario (…) trascender el capitalismo, pero agrego yo, el capitalismo no se va a trascender por dentro del mismo capitalismo, no. Al capitalismo hay que transcenderlo por la vía del socialismo. ¡Por esa vía es que hay que trascender el modelo capitalista, el verdadero socialismo, la igualdad! ¡La justicia!”.
Una salva de aplausos y gritos de “olé, olé” y “Chávez, Chávez” le confirman que su propuesta ha dado en el centro de la diana: La idea del socialismo sigue latiente en esa vasta muestra de los movimientos sociales del orbe. Declara enseguida que es posible trascender el capitalismo en democracia, por la vía del socialismo. “¡En democracia!” –enfatiza. Otra algarabía mezclada con una sonora ovación lo interrumpen, hasta que él retoma el hilo con un peculiar alerta venezolano: “Pero ojo pelao y oído al tambor. ¿En qué tipo de democracia? No es la democracia que “mister Superman” quiere imponernos desde Washington, no, esa no es la democracia”.
Hasta ahí llega en Porto Alegre. Ha servido un suculento abrebocas: el retorno del socialismo en el siglo xxi. Y adelanta que ese debe ser el derrotero de la Revolución Bolivariana.
“Rumbo al socialismo (RAS)”
¿Acaso ha elaborado una teoría sobre el socialismo y los detalles del proyecto? Su proceder y las ideas que expone en público durante 2005 y 2006, son muy abarcadoras y permiten aproximarnos al tema. Evidencian dos cosas: 1) posee una brújula para orientarse y 2), ha decidido hacer camino al andar.
¿Cómo encara su audaz propuesta? En esos dos años, emplea ingentes energías intelectuales y políticas en definir el modelo socialista que considera idóneo para Venezuela, y en imaginar e implementar acciones en tal dirección. Y dedica cientos de horas a persuadir al pueblo de que ese es el único camino que conduce a la igualdad con justicia y libertades para todos, a la independencia plena de la nación y a la salvación del género humano.
También promueve una corriente de opinión ecuménica favorable a crear un nuevo tipo de socialismo, y le apellida del siglo xxi. En pocos meses el tema suscita reflexiones y polémicas en numerosos lugares del planeta. Ese es su primer aporte: resucitar el fantasma que en 1848 exaltaran dos jóvenes alemanes y que desde 1991, con la debacle de la Unión Soviética y de los demás países del “socialismo real” se esfumara, incluso en el lenguaje de casi toda la izquierda mundial. Y dándole un toque de humor a su original propuesta, afirma que el socialismo no ha muerto: “estaba de parranda”.
Pocas veces un líder revolucionario ha debido desplegar tal esfuerzo de promoción del ideal socialista, en plazo tan breve. Y en el presente siglo, ningún otro. Chávez ejecuta una simultánea en varios tableros: estudia el acervo teórico e histórico del socialismo; realiza aportes y tantea variantes para crear un modelo ajustado a Venezuela; aborda una y otra vez los prejuicios anti socialistas inculcados al pueblo durante décadas y lo enamora con nuevas ideas e ilusiones; fomenta hechos que demuestran las virtudes del socialismo; crea instrumentos políticos, sociales y de Estado, acordes con el nuevo rumbo emancipador, y transmite al espacio–mundo sus nociones sobre el “socialismo del siglo xxi”. En su concepto, ningún país podrá erigir el socialismo por sí solo de manera plena, y por ello considera indispensable promover esa alternativa a escala planetaria y la ayuda mutua entre sus defensores.
¿Qué frutos obtiene de tal cruzada? El primero, en su tierra: a mediados de 2005, encuestas creíbles reflejan que entre el 40 y el 50% de la población venezolana adulta está de acuerdo con la propuesta socialista de Chávez, mientras en el pasado era apenas un 10 %. ¿Cómo ha podido en tan breve tiempo destruir o disminuir prejuicios inculcados durante décadas, y sumar tantas personas a su propuesta?
Sus opiniones sobre el socialismo no las expone en algún libro, en ensayos o artículos analíticos. Fluyen en discursos, entrevistas de prensa y casi siempre en los Aló, y las teje con emociones y valores éticos, y sobre todo con hechos seductores. Entre el 30 de enero de 2005 y diciembre de 2006, según mis cómputos lo hace en 148 discursos, en 47 Aló Presidente y en 15 entrevistas y ruedas de prensa. En total, se refiere al tema del socialismo en 210 exposiciones; como promedio, ¡una vez cada tres días! Lo aborda en los 29 Aló de 2005 y en 18 de los 20 que transmite en 2006, también en la mayoría de los discursos y en las entrevistas de prensa de esos dos años. Pude calcular tal información al leer y clasificar estos textos en el buscador digital, a fin de evaluarlos.
Irradia sus ideas en las lides políticas y su lengua filosa desbroza los prejuicios anti socialistas y las distorsiones adversarias. Él sabe que las falacias singulares son más fáciles de desmentir que los prejuicios colectivos, pues estos sí afectan la capacidad de pensar. De ahí que apele una y otra vez a la historia patria, conecta sus argumentos con las vivencias de la gente, exalta sentimientos y valores humanistas de complexión cristiana, contrasta el régimen capitalista con el socialista y ejemplifica una y otra vez las virtudes del socialismo con avances tangibles de la Revolución Bolivariana.
Siempre combina la reflexión con la pedagogía y la persuasión. “Esto es socialismo”, suele decir al mostrar los logros. Cuando alguien le pregunta ¿me puede definir el socialismo?, a él no le gusta “estar recurriendo a teorías y grandes ideas que a veces son bien enredadas y poca gente entiende”. Prefiere, dice, “poner ejemplos concretos”.
Y así, con argumentos y hechos magnetiza a millones de personas dentro y fuera de Venezuela, atraídas además por la humanidad del líder, que deviene ejemplo corpóreo del nuevo socialismo propuesto por él.
Haber optado por tal senda, dice siempre, no significa que Venezuela esté en socialismo. Se ha levantado la bandera socialista y existe un gobierno que actúa con un objetivo socialista, “pero no es que aquí hay socialismo, no nos llamemos a engaño, vamos rumbo al socialismo”. Y para hacer más popular esta idea reitera a menudo sus siglas, poniéndole un énfasis picante: ¡RAS! Y advierte que cada día estará más claro el objetivo y llama a que se transite en verdad en esa dirección.
Aclaración de los editores: La selección de artículos por parte de este blog no significa compartir en términos absolutos lo afirmado en esos artículos, cuya responsabilidad corre por cuenta exclusiva de sus autores. El espíritu de este blog es traducir artículos, principalmente del Saker, y seleccionar materiales en castellano, todo con el fin de aportar al debate político orientado a promover la existencia de relaciones internacionales que se basen en el respeto a la autodeterminación de las naciones, en contra del fenómeno imperialista y, en particular, en contra del Imperio Anglosionista.
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