QEPD el AM2
Está bastante claro que las posibilidades de paz, que siempre fueron pocas, están disminuyendo con el paso de los días. Personalmente, nunca creí que el Acuerdo de Minsk 2 (AM2) fuese ejecutado por la Junta de Kiev y no me sorprende en absoluto. Lo más que la junta podía hacer era retirar algunas (¡ni siquiera la mayoría!) de sus armas pesadas y luego traer unas nuevas. En cuanto a las medidas políticas previstas por el AM2 son simplemente impensable para la junta. De hecho, incluso si Poroshenko decidiera cumplir con el AM2 y, por ejemplo, negociara una futura constitución de Ucrania con los representantes de Novorrusia, probablemente sería derrocado en 24 horas, no sólo porque los fanáticos nazis como Yarosh nunca lo aceptarían sino porque, más importante aún, el Tío Sam nunca lo aceptaría.
El actor clave: los EE.UU.
El actor más importante en la crisis de Ucrania son los EE.UU., que tiene mucha más influencia que la UE o que cualquier otra fuerza política local. Y el hecho es que los EE.UU. tienen todo que perder ante una solución pacífica de la guerra civil ucraniana. ¿Por qué? ¡Simple!
La base de poder de Estados Unidos en Ucrania se compone de dos grupos muy diferentes: primero, los monstruos ultra-nacionalistas nazis con lazos muy fuertes con los emigrantes Uquis (palabra compuesta para hacer referencia a los nazis ucranianos, nota del traductor) en Canadá y EE.UU. y, segundo, los oligarcas corruptos. Ahora, este es el factor clave aquí: ninguno de estos dos grupos son mayoría dentro del pueblo ucraniano, incluso si excluimos el Donbás. De hecho, aunque agrupemos a la “quinta columna pro-estadounidense” los monstruos nazis y oligarcas Uquis siguen sin ser mayoría. Este hecho fundamental se traduce en un muy simple pero crucial imperativo político: los EE.UU. no puede permitir nada remotamente “democrático” en Ucrania: o es el “poder del pueblo” o el “poder de Estados Unidos”, pero nunca las dos cosas a la vez. De allí se deriva un segundo y también muy simple imperativo político: los EE.UU. tiene que mantener un estado de crisis a toda costa: guerra, guerra civil, industrial o un desastre ecológico, el MH-17, francotiradores desconocidos, etc. La paz, tarde o temprano traerá alguna forma de poder del pueblo que, a su vez, significaría la pérdida por parte de EE.UU. del control de la situación.
Es por esto que si la próxima crisis resulta de una nueva derrota militar o de la escasez de alimentos y disturbios, la “solución” de la junta será la misma: la ley marcial. La Rada, de hecho, acaba de aprobar una ley que permite de forma fácil imponer la ley marcial.
La ley marcial como medio para salvar al actual régimen
La gran ventaja (para los EE.UU.) de introducir la ley marcial en Ucrania es que los dos “pilares” del poder de Estados Unidos en Ucrania (los monstruos nazis y los oligarcas) serán obviamente los que declaren y apliquen la ley marcial, así el poder sobre el país se mantendrá de forma segura en sus manos. Por otra parte, la ley marcial le permitirá al régimen reprimir y aplastar con saña a cualquier oposición bajo mínimas e incluso ningún tipo de restricción legal. Cualquier persona o grupo que proteste o que manifieste desacuerdo con cualquier cosa que la junta haga será declarado “agente de Putin” y castigado con prisión o simplemente ejecutado.
La imposición de la ley marcial también será una mina financiera para los oligarcas que la utilizarán para eliminar sin piedad a cualquier oponente o a quien cuestione sus prácticas. Pero hay más opciones bajo una ley marcial que sólo los beneficios a corto plazo:
Beneficios a más largo plazo de la ley marcial: la preparación de un escenario “Croata”
Más y más personas están llegando a la conclusión de que la junta militar en Kiev se está preparando para lo que se denomina un escenario “croata”.
Breve recordatorio: al final de la primera fase de la guerra civil en Croacia, los croatas fueron incapaces de derrotar a la población serbia local, que había vivido en áreas llamadas “Krajinas” – de la misma raíz que la palabra “Ucrania”, que significa “región fronteriza”. Las Naciones Unidas establecieron entonces “Zonas de Seguridad de la ONU” o APONU (por sus siglas en inglés) en las que se suponía que los serbios locales estarían a salvo de los ataques croatas. Estas áreas se muestran en azul oscuro en el mapa. Luego los croatas esperaron unos años, mientras eran entrenados y armados por los EE.UU., y eventualmente atacaron bajo la cobertura de la Fuerza Aérea Estadounidense. Las fuerzas de la ONU inmediatamente se rindieron y rápidamente las Krajinas fueron invadidas dando lugar a un movimiento masivo de los serbios croatas lamentando la ofensiva. El “mundo civilizado” se puso de pie y, o aplaudieron o se quedaron callados.
El muy sutil plan uquista/estadounidense parece ser muy similar a la “variante croata”: comprar el tiempo suficiente para prepararse para un ataque masivo y luego aplastar a los “separatistas” en una corta pero muy intensa campaña. La gran pregunta es – ¿puede funcionar?
¿Una “Operación Tormenta” en el Donbás?
Desde fuera, las similitudes entre las dos guerras son sorprendentes: dos estados nazis manejados por Estados Unidos utilizan la cubierta de una misión de fuerzas de paz para preparar un asalto masivo contra su propia población. Pero también hay diferencias cruciales que no se deben subestimar:
La primera y más importante diferencia es la diferencia entre la arruinada Yugoslavia (Serbia y Montenegro) bajo Milosevic y la Rusia bajo Putin. Por un lado, Yugoslavia, obviamente, no era una superpotencia nuclear y Milosevic tenía que tomar en cuenta la posibilidad de que Serbia y Montenegro pudieran simplemente ser invadidas por los EE.UU. y la OTAN. No hay exactamente ningún riesgo de que eso ocurra en Rusia. Pero aún más importante, Milosevic traicionó a sus hermanos bosnios croatas y serbios croatas imponiendo sanciones sobre ellos. En cambio, Putin permitió tanto el “Voentorg” (la entrega de armas) y el “Severniy Veter” (o “Viento del Norte” – es decir, el envío de voluntarios) para Novorrusia). Pero esto va mucho más allá de Putin: hay concenso en un 90% o más de los rusos de que no hay forma de que Rusia permita a los nazis invadir el Donbás. Así que si Putin deja que eso suceda, se estaría poniendo a sí mismo y a sus aliados en grave peligro. De hecho, Putin tuvo un momento muy duro defendiendo su decisión de no enviar a los militares rusos a Novorussia el año pasado, la mayoría de los rusos estuvo de acuerdo, pero tomó varias campañas de relaciones públicas muy intensas y mucho convencimiento. El 80%+ de apoyo del cual goza Putin en Rusia es excepcional y fuerte, pero no es incondicional y mientras que la oposición pro-occidental “liberal” no representa una amenaza para él, la oposición nacionalista está actualmente bastante débil porque Putin es muy cuidadoso en su políticas. Pero en caso de que “vendiera” a Novorrusia o que de repente diera un giro pro-occidental, esta oposición nacionalista, actualmente bastante mansa, podría volverse muy peligrosa. En realidad, ya que el segmento “patriótico” (pero no nacionalista – gran diferencia!) de la población es la base del poder real de Putin yo no lo veo haciendo nada para alejarlos, especialmente, no permitiendo que Novorrusia sea invadida por los nazis.
También hay una razón pragmática por la cual Rusia no puede permitir que los nazis en Kiev invadan a Novorrusia: no sólo porque el siguiente ataque sería inevitablemente dirigido contra Crimea (¡ya lo han prometido numerosas veces!), sino porque de todos modos el solo hecho de que hayan combates en Novorrusia muy probablemente arrastraría a la guerra a las fuerzas rusas.
La conclusión es esta: Rusia nunca permitirá una “Operación Tormenta” en Novorrusia.
La segunda gran diferencia es el terreno y las fuerzas involucradas. Los serbios en las zonas de seguridad habían entregado sus armas pesadas, el terreno era o de montañas bajas o de estrechos valles y, lo más importante, no tenían una “frontera segura” desde la cual poder ser apoyados y reabastecidos (como la que los afganos tuvieron con Pakistán durante la ocupación soviética). Por otra parte, los novorrusos lenta y dolorosamente han batallado para transformar su milicia de voluntarios en una fuerza armada regular y aunque este proceso no ha sido fácil, hay que decirlo, parece haber sido bastante exitoso. Tengan en cuenta que, incluso antes de estas reformas, las milicias fueron bastante exitosas en todas sus operaciones y que sus defensas aéreas lograron imponer una zona de exclusión aérea sobre el Donbás. Su mayor debilidad fue su limitada capacidad para realizar ataques coordinados y contraataques, pero ahora esto probablemente ha cambiado. No sólo eso, sino que según todos los cálculos los Novorrusos tienen ahora grandes depósitos de armas, un montón de munición y hombres más que suficientes. Como resultado, los Novorrusos ahora probablemente son capaces de realizar operaciones armadas combinadas.
Cuando los EE.UU. y la OTAN bombardearon a los serbios de las Krajinas, disfrutaban de supremacía aérea, no enfrentaron defensas aéreas, el número de objetivos que tenían que alcanzar era muy limitado y a los serbios, después de haber sido traicionado por todos, no les quedaban ya ganas de luchar. Los ucranianos han perdido la mayor parte de su fuerza aérea, la cantidad de objetivos potenciales que podrían querer golpear en el Donbás es muy grande y están muy bien defendidos.
Por último, pero no menos importante, hay al menos dos ciudades importantes en Novorrusia, Donetsk y Lugansk. Estas ciudades son grandes, fáciles de defender, muy bien preparadas y capaces de resistir por mucho tiempo. Ninguna de estas ciudades existían en las Krajinas Serbias.
De vuelta a la realidad
Las similitudes entre las guerras civiles en Croacia y Ucrania son un tanto superficiales y engañosas. En términos puramente militares la conquista de Novorrusia por la junta de Kiev sería infinitamente más difícil que la operación relativamente simple de los croatas para invadir las Krajinas.
En cuanto a la famosa ayuda de Estados Unidos, recordemos no sólo el poco bien que le hizo a los georgianos, sino también todos los demás aliados de Estados Unidos que se beneficiaron de la pródiga ayuda estadounidense, enormes entregas de armas, la CIA organizó escuadrones de la muerte, el total apoyo propagandístico de las corporaciones mediáticas estadounidenses y aún así fueron derrotados. Incluso el despliegue de las fuerzas militares estadounidenses como solución de último recurso rara vez ha demostrado ser eficaz contra una insurgencia popular.
¿Los ucranianos y los estadounidenses entienden que es imposible una operación al estilo de las Krajinas en el Donbás? Este último probablemente si, especialmente los especialistas militares. En cuanto a los ucranianos, a ellos en realidad no les importa. Para ellos todo esto es para fingir, mantener viva una lógica que justifique sus acciones, prometiendo “derrotar a los Moskals con la ayuda de los EE.UU. y la OTAN”. Si esto sucede realmente o no es irrelevante para ellos. Lo que importa es mantener los buenos tiempos (para ellos, por supuesto) el mayor tiempo posible. Y cuando ocurra lo inevitable, huirán como tantos otros títeres de Estados Unidos en el pasado, desde el Shah de Irán a Ferdinand Marcos.
Pero en el corto plazo, no deberíamos hacernos ilusiones sobre el futuro inmediato: las fuerzas de la junta atacarán de nuevo y aunque su próxima ofensiva probablemente sea mucho más eficaz que las anteriores, serán derrotados otra vez, ya sea por los Novorrusos o por el Ejército Ruso.
The Saker
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