por Paul Craig Roberts. En Instituto para la Economía Política. Traducción de Leonardo Del Grosso para Comunidad Saker Latinoamérica
Smedley Butler sobre el intervencionismo
Extracto de un discurso pronunciado en 1933, por el General Mayor Smedley Butler, USMC (United States Marine Corps)
“La guerra es precisamente una estafa. Una estafa es mejor descripta, creo, como algo que no es lo que parece a la mayoría de las personas. Sólo un pequeño grupo interno sabe de qué se trata. Se lleva a cabo en beneficio de muy pocos a expensas de las masas”.
“Yo creo en la defensa adecuada en la costa y nada más. Si una nación viene aquí para pelear, entonces lucharemos. El problema con los Estados Unidos es que cuando el dólar solo gana un 6 por ciento aquí, entonces se pone inquieto y se va al extranjero para obtener el 100 por ciento. Luego la bandera sigue al dólar y los soldados siguen la bandera”.
“No volvería a ir a la guerra como lo he hecho para proteger alguna vil inversión de los banqueros. Sólo hay dos cosas por la que deberíamos luchar. Una es la defensa de nuestros hogares y la otra es la Carta de Derechos. La guerra por cualquier otra razón es simplemente un latrocinio. No hay un solo truco en la bolsa de las extorsiones para el que la pandilla militar esté ciega. Tiene sus ‘hombres del dedo’ para señalar enemigos, sus ‘hombres musculosos’ para destruir enemigos, sus ‘hombres cráneos’ para planificar los preparativos de guerra, y un ‘Gran Jefe’ del súper capitalismo nacionalista”.
“Puede parecer extraño para mí, un militar, adoptar tal comparación. La veracidad me obliga a hacerlo. Gasté treinta y tres años y cuatro meses en servicio militar activo como miembro de la fuerza militar más ágil de este país, el Cuerpo de Marines. Serví en todos los rangos comisionados, desde Subteniente hasta General Mayor. Y durante ese período, pasé la mayor parte de mi tiempo siendo un patovica de alta clase para las grandes empresas, para Wall Street y para los banqueros. En resumen, yo era un chantajista, un gángster al servicio del capitalismo”.
“En aquel tiempo sospeché que precisamente era parte de un engaño. Ahora estoy seguro de ello. Como todos los miembros de la profesión militar, nunca tuve un pensamiento propio hasta que dejé el servicio. Mis facultades mentales permanecieron en animación suspendida mientras obedecía las órdenes de los superiores. Esto es típico con todos en el servicio militar”.
“En 1914 ayudé a hacer que México, especialmente Tampico, fuera seguro para los intereses petroleros estadounidenses. Ayudé a hacer de Haití y Cuba un lugar decente para que los muchachos del National City Bank recaudaran ingresos. Ayudé en la violación de media docena de repúblicas centroamericanas en beneficio de Wall Street. El registro de extorsiones es largo. Ayudé a purificar Nicaragua para la banca internacional de Brown Brothers en 1909-1912 (¿dónde escuché ese nombre antes?). ‘Llevé luz’ a la República Dominicana para los intereses azucareros de Estados Unidos en 1916. En China ayudé a verificar que Standard Oil no tenía problemas. Durante esos años tuve, como dirían los muchachos en el cuarto de atrás, una estafa gorda. Mirando hacia atrás, siento que podría haberle dado algunos consejos a Al Capone. Lo mejor que él pudo hacer fue operar su estafa en tres distritos. Yo operé en tres continentes”.
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