por Jose Francisco Fernández-Bullón.
Wikipedia, la enciclopedia experta en descalificar a aquellos que se desmarcan del pensamiento único predominante, o sea: a los pocos pensadores libres que quedan en el mal llamado mundo libre, y que despacha a cualquiera que se atreva a desafiar la absurda versión oficial acerca de la tragedia del 11S y sus supuestos responsables con la etiqueta de “teórico de la conspiración”, (alguien debería recordarles que en tiempos tan oscuros como el nuestro o eres un teórico de la conspiración o un practicante de la misma, o sea: un conspirador, y que los teóricos de la conspiración se dividen a su vez en inteligentes o estúpidos, como aquellos que atribuyen los ataques del 11S a unos cuantos campesinos afganos), se ha convertido para muchos en el epítome de empresa interesada y altruista. La triste realidad es que Wikipedia es una compañía privada (o pública. puesto que ya no hay demasiada diferencia entre ambos términos) que no paga a sus trabajadores. (son voluntarios ingenuos que se piensan que trabajan por amor al arte y en beneficio de una causa noble y altruista) y en uno de los agentes más destacados a la hora de fabricar un consenso que beneficia a las tres o cuatro grandes corporaciones que se han hecho dueñas de Occidente, (en realidad, yo creo que se trata más bien de una, solo que todavía no sé cuál es el nombre que más le cuadra). Uno no ve la hora en que Donald Rumsfeld sea despachado como conspirador en cualquier enciclopedia, ya sea digital o analógica.
Wikipedia, que importuna constantemente a sus visitantes solicitándoles dinero, es financiada generosamente por la Fundación Omidyar, la fundación Ford, la fundación Stanton, la fundación Sloan, y por supuesto, Google.
Que Google financie a Wikipedia no constituye ninguna sorpresa. Es la primera opción que aparece en su buscador cada vez que te decides a investigar acerca de cualquier tema. De esa forma se nos impone su visión acerca del mismo, que no puede ser más interesada y mercenaria.
Uno de los rasgos más perversos e inquietantes de nuestro tiempo es la mala costumbre adoptada por ciertos grupos e individuos que trabajan al servicio de las élites ultra ricas que consiste en disfrazarse de hermanitas de la caridad u organización sin ánimo de lucro para hacer avanzar su oscura agenda cuyo principal y prácticamente único objetivo es lucrarse. Es una costumbre tan extendida que cada vez que alguien se presenta como representante de una ONG suscita en mí toda clase de temores ancestrales y de sospechas.
Es preciso señalar, por otra parte, que iniciativas como la de Wikipedia han dejado sin empleo a muchas personas que solían trabajar en el sector antiguamente conocido como de profesiones liberales y que ahora habría que llamar neoliberales.
No constituye ningún secreto el inmenso daño inflingido por el auge de Internet en todas las áreas de la cultura (excepto quizás en el de las artes plásticas, que son objetos y pueden ser objeto de especulación y venderse en subastas, por ejemplo, y que de todas formas estaban ya bastante muertas). Casas editoriales, librerías, compañías discográficas… han visto reducidos drásticamente sus ingresos o han ido directamente a la bancarrota. La fiebre digital ha convertido a muchos artistas y pensadores en desempleados o voluntarios a la fuerza condenados a trabajar, tanto si les gusta como si no, por amor al arte, en muchos casos el arte de la rapiña. En el presente estado de cosas no veo más solución al problema que la creación de un proveedor de servicios de internet que se comprometa a patrocinar con sus beneficios a pensadores y artistas verdaderamente independientes que se niegen a convertirse en publicistas de los gansteres. Esta idea, que puede parecer descaballada, no lo habría sido en épocas más gloriosas y menos corporativas y conspiratorias, en las que la gente no estaba completamente cedada por la consecución de objetivos meramente crematísticos. Sinceramente no veo otra solución al desierto cultural provocado por el acaparamiento de poder sin precedentes por parte de individuos sin escrúpulos. Para ilustrar este punto, basta con examinar quién está detrás de los proveedores de servicios de Internet en todas partes, pero empecemos por Kosovo, por ejemplo.
Lo primero que hicieron los líderes mafiosos del Ejercito de Liberación de Kosovo tras someter a los desafortunados habitantes de ese pedazo de tierra a su tiranía financiada por el gobierno de Estados Unidos fue crear su propia compañía proveedora de servicios de Internet. Inmediatamente después de que finalizaran los bombardeos de la OTAN en 1999, un tal Akan Ismaili, más tarde designado para actuar como embajador en Estados Unidos por el tristemente célebre Hashim Taçi, fundó la IPKO, compañía proveedora de servicios de Internet que le hizo millonario y que algunos sitios web tienen el descaro de llamar organización sin ánimo de lucro.
Si alguien alberga la menor duda acerca del carácter crematístico de la “Liberación de Kosovo” no tiene más que echar un vistazo a la noticia publicada en el New York Times bajo el epígrafe “El Retorno de los Héroes de USA” y cuyo vínculo se pueden encontrar al final de este artículo. Proporciona información sumamente valiosa acerca de cómo apoderarse de un pedazo de tierra por medio de una campaña intensiva de bombardeos “humanitarios” a fin de dedicarse a hacer negocios por medio de organizaciones sin ánimo de lucro. [1]
En España, sin ir más lejos, los mayores accionistas de Telefónica, la compañía más importante del sector en dicho país, son el banco BBVA, Blackrock y Capital Researh, y el accionista mayoritario de BBVA, es a su vez, Blacrock.
Si cualquiera se molesta en examinar el puñado de compañías que poseen el 90% de los medios de comunicación en Norte América (GE, CBS, Disney, News Corp…) averiguará que son propiedad de Blackrock, Vanguard Group, Capital Research y Bank of America.
Time Warner ha sido adquirida por AT&T (saltando por encima del departamento de Justicia de Estados Unidos) que una vez más es propiedad de Vanguard Group y Blackrock Capital Management.
El mayor accionista de Viacom es Gamsco Investors y si nos molestamos en averiguar quién es el mayor accionista de Gamsco Investors, descubriremos que no es otro que Blackrock y Vanguard Group. No estoy seguro de si es Blackrock quien posee Vanguard Group, o es Vanguard Group quien posee a Blackrock. Lo que está claro es que ellos nos poseen a todos nosotros. Son los dueños del Oeste y del Este, al menos de esa fea parte del Este conocida como República de Kosovo. Después de todo pueden permitirse el lujo de perder dinero con los medios de comunicación; reciben de la Reserva Federal todo el dinero que necesitan para seguir manteniendo engrasada su máquina de propaganda.
La forma más efectiva de difundir una mentira es implantarla en las mentes de todos repitiéndola una y otra vez en todas partes. Eso es precisamente lo que hacen los proveedores de servicios de Internet y los medios de comunicación propiedad de Blackrock y Vanguard Group (debe de tratarse de una de esas técnicas a las que recurrían instituciones -¿o debo llamarla fundación?- como la CIA cuando se decidían programar a alguien). Lo bueno que tiene la verdad es que no hay que repetirla tantas veces, basta con decirla una vez alto y claro. Y la verdad acerca de Wikipedia es ésta: que está financiada por grandes corporaciones, que es un instrumento de propaganda al servicio de sus intereses, que sus directores han sido comprados con grandes sumas de dinero, que es una organización con ánimo de lucro y que el único rasgo que comparte con una ONG es que sus empleados son voluntarios desapercibidos que trabajan gratis. En suma: es una gran mentira cuyo máximo objetivo es difundir mentiras. Ésa es una verdad que no nos podemos cansar de repetir si queremos combatir el lavado de cerebro del que hemos sido objeto.
Jose Francisco Fernández-Bullón.
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