Peña Atrapado

Por Rolando Garrido Romo

El señor Peña se siente atrapado en el caso Ayotzinapa, dice que México no debe quedar atrapado en este hecho lamentable.

Llama a seguir adelante, a “superarlo”, insiste en que México no se puede quedar detenido en este asunto.

Habrá que decirles a los padres de los 43 estudiantes desaparecidos y hoy, oficialmente declarados asesinados y calcinados, que ya no busquen más, que regresen a sus vidas, que “superen su dolor”. También habrá que decirles lo mismo a los padres, madres, hermanos, amigos de los 25 mil desaparecidos, que ya no busquen más, que seguro también están muertos, que lo “superen” y que sigan adelante. 

Habrá que decirle a los padres, hermanos, familiares, amigos de los decenas de miles de muertos por las organizaciones del crimen organizado y por las propias autoridades en “fuegos cruzados”, en los últimos 8 años (los 6 nefastos años del fascista Calderón y los dos que van de Peña), que ya no exijan el esclarecimiento de esos crímenes, que “lo superen”, que sigan “adelante”, que entiendan que México no puede quedarse estancado en esos casos.

Y de una vez les dice el señor Peña a todos los padres, hermanos, familiares, amigos, etc. de los próximos desaparecidos y muertos por la violencia criminal que enluta al país todos los días, que no detengan la marcha triunfal de México hacia el progreso (perdón, hacia el crecimiento económico, que no es lo mismo) con sus próximas y ya sabidas exigencias de justicia, castigo a los culpables, reparación del daño, y ese tipo de cosas (que por cierto molestan mucho al señor Secretario de Marina y a los señores empresarios del Consejo Coordinador Empresarial).

Liberémonos de esas ataduras que nos tienen atrapados, liberemos a México de esas exigencias, dejemos que siga el curso majestuoso de este país maravilloso hacia el desarrollo (perdón, crecimiento, que no es lo mismo) económico y social, permitamos que los visionarios políticos (incorruptibles, creativos, trabajadores, responsables) y esos modelos de innovación, trabajo esforzado y compromiso con México que son los grandes empresarios, nos guíen por el camino de la felicidad para todos (bueno, para casi todos).

Pero no señor Peña, no se ha dado cuenta (“no entiende, que no entiende” The Economist dixit), que usted no está atrapado por las exigencias de justicia de la gran mayoría de la población mexicana; no está atrapado por el compromiso que juró ante todos los mexicanos de cumplir y hacer cumplir la Constitución y las leyes que de ella emanan (con todo y las mutilaciones impulsadas por usted mismo, tanto a la Constitución como a las leyes referidas); no está atrapado por las desgracias que sus políticas y su modelo económico provocan día tras día a los mexicanos.

Usted está atrapado en la corrupción que ha sido y es el principal objetivo de la gran mayoría de los políticos y funcionarios públicos de este país (la divisa del Grupo Atlacomulco, expresada por quien lo encabezara por décadas, Carlos Hank : “un político pobre, es un pobre político”); está atrapado por los intereses de los empresarios que le “venden” casas (Hinojosa Cantú, San Román) a usted, a su esposa, a sus colaboradores, y que sin sospecha alguna, ganan licitaciones y contratos multimillonarios de los gobiernos que usted encabeza; está atrapado por Televisa, que construyó su candidatura desde que estaba en el gobierno del Estado de México y ahora se da el gusto de exhibirlo (columnas críticas de Loret de Mola, de Dennise Maerker, etc.), pero no porque esté interesada en “limpiar” la corrupción, sino porque exige una mayor rebanada del reparto del “pastel” (críticas a concesión del tren rápido, a la del aeropuerto, etc.); está atrapado en los chantajes del empresariado (Lorenzo Servitje: hay que apoyar al presidente en su momento más obscuro, pero que nos apoye en nuestros negocios), que le exige seguridad (duro con los revoltosos que toman casetas y queman edificios públicos), quita de impuestos y más concesiones de obras públicas (sin pagar tanto “moche”), a cambio de hacerse de la vista gorda en materia de corrupción y apoyarlo “políticamente”; está atrapado por las élites de Estados Unidos, que un día sí y otro también lo exhiben como corrupto (una casa por aquí, otra por allá), a cambio de que no se le dé a China ninguna oportunidad de expandir sus inversiones en México (se da a conocer casa en Las Lomas, se quita la concesión del tren rápido a empresa china; se da a conocer casa en Ixtapan de la Sal, se cancela definitivamente el proyecto Dragon Mart en Cancún).

Usted está atrapado en sus propias redes de complicidad, negocios turbios, encubrimientos (Tlatlaya, ¿Iguala?), compromisos (familias Salinas, Hank, Del Mazo, etc.) y en su propia torpeza para darse cuenta en donde está (“no entiende, que no entiende”), qué se supone que debe hacer para proteger los intereses de sus socios (Atlacomulco, CCE, Televisa, Hinojosa, San Román, etc.), aparentando que sigue siendo el presidente de todos los mexicanos y no sólo de su grupo político y económico (como el fascista Calderón, que fue presidente sólo de sus cuates y su familia, y subordinado de Estados Unidos y de García Luna).

Ya no se le puede pedir que entienda que los reclamos de justicia, de seguridad, de paz, de empleo, de mejor salario, de una vida digna para los mexicanos, son lo que usted y su gobierno deberían atender, y no sólo las quejas y admoniciones de los encumbrados oligarcas que explotan a placer los recursos naturales y la mano de obra casi regalada de este país; no sólo la rapacidad de los políticos de toda laya y funcionarios públicos que se enriquecen obscenamente a costa del erario público; no sólo de las empresas transnacionales que sólo van a dejar desastre social, económico y ecológico a su paso por el país, una vez que agoten todos los recursos naturales que tan generosamente usted y ese Congreso de sanguijuelas les han regalado.

Pero no se preocupe, ya se encargará el aparto político-mediático de “convencer” a la población que México no puede quedar atrapado en Ayotzinapa y que debe enfocarse en la próxima telenovela, en las elecciones intermedias (que sirven para legitimar a todos esos partidos políticos vividores y corruptos) y en las próximas Copa de Oro y Copa América, en donde seguramente la selección mexicana tendrá una gran actuación.