por Representación del Ejército Popular de Corea en Phanmunjon, en ACNC
Pyongyang, primero de agosto (ACNC) – En los últimos tiempos, el ejército agresor norteamericano presentó el llamado “plan de Júpiter” y decidió construir en el Sur de Corea el laboratorio de armas bioquímicas para estudiar los microbios muy tóxicos de alta mortalidad como los bacilos de antracosis y botulinus.
De acuerdo con este plan, introducirá hasta noviembre de este año en el Puerto de Pusan los personajes y los equipos necesarios y comenzará la obra desde el año que viene.
En su nota publicada hoy, la Representación del Ejército Popular de Corea en Phanmunjom pone al desnudo que el “plan” en cuestión de los uniformados yanquis se practica según el malsano intento de desarrollar la guerra bioquímica en la guerra de agresión a la RPDC, y continúa:
“Las tentativas del imperio yanqui, que no vacila en emplear todos los métodos y medios bestiales para agredir a la RPDC, hacen redoblar más al ejército y pueblo coreanos su invariable voluntad de vengarse de los yanquis.
Los yanquis son los enemigos jurados y verdugos que durante la pasada guerra coreana exterminaron indiscriminadamente a los coreanos mediante la guerra bacteriológica y química.
También, en el tiempo posbélico ellos introdujeron en gran medida en el suelo surcoreano los pertrechos de extermino masivo incluyendo las armas bioquímicas para eliminar a la nación coreana, pero no avisaron nada de los datos relacionados a los títeres surcoreanos.
Se encuentra detrás de la cortina negra el número de ensayos para la guerra bacteriológica perpetrados por las tropas yanquis en el Sur de Corea y tampoco pueden presumir la cantidad de las peligrosísimas sustancias químicas toxicas.
Ahora, cuando todo el mundo aspira la paz y la seguridad, jamás podrán ser toleradas las maniobras de la guerra bacteriológica de las tropas agresoras norteamericanas tendentes a construir el laboratorio de las armas bioquímicas en la parte Sur del territorio coreano para acarrear la terrible calamidad a los coreanos.
Este siniestro complot de los yanquis para la guerra bacteriológica enseña a los uniformados y civiles coreanos cómo deberán realizar la inminente confrontación antiyanqui.
Nuestro ejército está bien preparado para enfrentar con las guerras de todo tipo que desee el imperio yanqui.
El severo castigo no lo podrán evitar las perversas maquinaciones de los malvados imperialistas yanquis que se desesperan para llevar la nación coreana a la catástrofe de la guerra bacteriológica”.
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