por Iqbal Jassat. En PressTV. Publicado originalmente el 29 de julio de 2025. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
Las palabras para describir la masacre de palestinos en Gaza pueden haberse agotado o resultar desesperadamente inadecuadas para explicar el enorme desastre desatado por el régimen más malvado e inhumano de la era moderna.
Los médicos y los trabajadores de la salud, junto con valientes periodistas, no sólo han sido víctimas de ataques con aviones no tripulados, de bombardeos y de detenciones forzadas sino que, junto con la población civil de Gaza, han soportado y siguen soportando una pesadilla viviente.
Los testimonios que ofrecen han conmocionado al mundo. Las imágenes, vistas en todo el planeta, muestran más que cuerpos ensangrentados, extremidades quebradas y familias en duelo. Subrayan la inhumanidad de una ideología llena de odio que justifica la hambruna como arma de guerra y venganza.
Como expectadores de inimaginable dolor y sufrimiento de madres y bebés, así como de ancianos y enfermos a los que se les niega asistencia médica debido a que los hospitales han sido bombardeados y destruidos, la gente de todo el mundo puede sentirse impotente, pero no desconectada.
Tal vez lamenten su incapacidad para asaltar físicamente las barreras fortificadas con que el régimen de ocupación fascista, con la colusión de regímenes árabes despóticos, en particular Egipto, Jordania y Siria, ha rodeado todo el territorio asediado.
Pero las palabras no necesitan límites. La solidaridad tampoco.
Podemos no sólo desafiar la narrativa lavada de los hasbaristas (propagandistas) sionistas, financiadores y facilitadores del genocidio en mi propio país, Sudáfrica, los cuales proyectan la horrible matanza como “necesaria” y “justificada”, sino también exponer su connivencia y sus descaradas mentiras.
Con firme claridad, podemos degradar la propaganda de las atrocidades descontroladas que Israel quiere que el mundo crea que son una “simple crisis” aseverando que el genocidio y la utilización del hambre como arma son una profunda catástrofe moral.
De hecho, como han advertido repetidamente analistas y comentaristas, a menos que enfrentemos y derrotemos al sionismo, no podremos detener el colapso de la conciencia global.
✍️ Conversation – Gaza already facing famine but UN prevented from declaring it officially: Famine expert https://t.co/tRT6lJNKAW pic.twitter.com/4i379tsaBU
— Press TV 🔻 (@PressTV) July 29, 2025
“Estamos presenciando lo que podría describirse como la Hiroshima de nuestro tiempo, un evento que significa no solo la destrucción de vidas, sino también la erosión de nuestra conciencia colectiva”, es la severa advertencia de Henry A. Giroux, quien actualmente ocupa la Cátedra de Becas de Interés Público de la Universidad McMaster en el Departamento de Inglés y Estudios Culturales.
“Estamos presenciando lo que podría describirse como la Hiroshima de nuestro tiempo, un evento que significa no solo la destrucción de vidas, sino también la erosión de nuestra conciencia colectiva”
Henry Giroux
A falta de espadas empuñadas por las sociedades civiles y los activistas de derechos humanos, así como por los trabajadores de la salud y los periodistas, ¿no poseemos discurso, palabras, conciencia y lapiceras?
Nos encontramos en una encrucijada. La violencia y la brutalidad que presenciamos hoy exigen más que una simple observación; exigen una acción moral colectiva. La tragedia que se desarrolla en Gaza no es un incidente aislado; forma parte de un patrón más amplio de violencia estatal y genocidio, insiste Giroux.
Es un problema global que trasciende fronteras y nos afecta a todos. Es hora de reconocer las atrocidades que se están cometiendo y actuar con la urgencia que la situación exige.
Se nos recuerda que los niños de Gaza no son sólo víctimas de un conflicto lejano; son hijos de la humanidad, y es nuestra responsabilidad colectiva garantizar que su sufrimiento no continúe sin control y sin rendición de cuentas.
Ahora que el régimen sionista no ha dejado ninguna duda de que glorifica la hambruna masiva y la limpieza étnica de toda la población de Gaza, es ahora el momento de desmantelar la maquinaria de muerte y terrorismo.
Que no haya ninguna controversia ni duda sobre el dudoso papel de las grandes potencias occidentales encabezadas por la administración Trump en Estados Unidos, que siguen armando a Israel y abusando de instituciones globales como las Naciones Unidas para protegerlo de la rendición de cuentas.
Debemos seguir enfrentando sin miedo a los poderes corporativos en Sudáfrica y en otros lugares, ya sea que estén vinculados a partidos políticos o no, así como a las instituciones académicas, las plataformas de medios, los organismos deportivos y otros que mantienen vínculos con el régimen colonial de asentamiento.
Ser vilipendiado por atreverse a hablar en contra de las horrendas acciones genocidas de Israel debe ser llevado como una insignia de honor.
Iqbal Jassat es miembro ejecutivo de Media Review Network, Johannesburgo, Sudáfrica.
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