por F. William Engdahl. En williamengdahl.com. Traducción de Comunidad Saker Latinoamérica
(9 de marzo de 2022) La decisión del presidente ruso de llevar a cabo acciones militares en la vecina Ucrania, comenzando el 24 de febrero de 2022, ha shockeado a muchos, yo incluido. La pregunta en este momento, casi dos semanas después de acciones militares de Rusia y otras fuerzas dentro de Ucrania, es qué empujo a los rusos a lo que los medios occidentales retratan como una guerra de agresión unilateral y sin garantías. Una amenaza pública hecha por el comediante y presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskiy, el 19 de febrero, durante encuentros entre altos oficiales de la OTAN y otros en la anual Conferencia de Seguridad de Münich, provee una pista largamente ignorada sobre las acciones de Moscú. Además, informes más recientes sobre numerosos laboratorios de armas biológicas pertenecientes al Pentágono, esparcidos a lo largo de Ucrania, añaden al trasfondo de amenazas. ¿Acaso Moscú creyó que Rusia se encuentra frente a una realidad literal de actúa-o-muere?
Algo de historia esencial
El actual conflicto en Ucrania encuentra sus semillas en la década de los ’90 y en la caída de la Unión Soviética, con la ayuda de los EE.UU. Durante las conversaciones de alto nivel en el Tratado Dos más Cuatro con respecto de la reunificación de Alemania en 1990, conversaciones entre el Secretario de Estado estadounidense James Baker III y el entonces líder soviético Mijaíl Gorbachov, junto con Francia, el Reino Unido y el gobierno de Alemania Occidental, acerca de la unificación de Alemania, Baker dió una promesa oral de que la OTAN no se movería “una pulgada” hacia el Este para amenazar a los que antes eran territorios soviéticos, en respuesta a que la Unión Soviética haya permitido la reunificación de Alemania dentro de la OTAN.
Por años Washington ha mentido sobre lo conversado, ya que trasladaron uno tras otro a los países que formaban el Pacto de Varsovia, incluyendo Polonia, República Checa, Rumanía, Hungría y los Estados Bálticos, adhiriéndolos a la OTAN y dejando a Rusia a distancia de ataque. Recientemente Putin citó el acuerdo Baker de 1990 para justificar las demanadas de Rusia de que la OTAN y Washington den aseguramientos legalmente vinculantes de que Ucrania nunca sería admitida en la OTAN, Washington hasta ahora se ha negado categóricamente a hacer eso.
Discurso de Putin de 2007
En la Conferencia anual de Seguridad de Münich, mientras la administración Bush-Cheney anunciaba sus planes de instalar sistemas de defensa de misiles estadounidenses en Polonia, Rumanía y la República Checa para “proteger contra estados renegados como Corea del Norte e Irán”, Putin de Rusia dio una mordaz crítica a las mentiras estadounidenses y la violación de las garantías de la OTAN en 1990. Para entonces 10 estados del Este, antes comunistas, habían sido admitidos en la OTAN a pesar de las promesas estadounidenses de 1990. Aún más, tanto Ucrania como Georgia fueron candidatos para entrar en la OTAN luego de las Revoluciones de Colores lideradas por EE.UU. en ambos países en 2003-4. Putin argumentó con razón que los misiles estadounidenses apuntaban a Rusia, no a Corea del Norte ni Irán.
En sus observaciones en Münich en 2007, Putin le dijo a su audiencia occidental, “Resulta que la OTAN ha desplegado sus fuerzas de vanguardia en nuestros fronteras, y nosotros continuamos cumpliendo estrictamente con las obligaciones de los tratados y no reaccionamos a estas acciones en absoluto. Yo creo que es obvio que la expansión de la OTAN no guarda ningúna relación con la modernización de la organización en sí, ni con garantizar la seguridad en Europa. Por el contrario, representa una provocación seria que reduce el nivel de confianza mutua. Y tenemos el derecho a preguntar: ¿Contra quién esta dirigida esta expansión? ¿Qué pasó con las garantías que hicieron nuestros socios occidentales luego de la disolución del Pacto de Varsovia? ¿Dónde están esas declaraciones hoy? Nadie las recuerda siquiera”. Putin añadió, “pero yo me voy a permitir recordarle a esta audiencia lo que se dijo, me gustaría citar el discurso del Secretario General de la OTAN, el sr. Woemer, en Bruselas el 17 de mayo de 1990. Él dijo entonces que: ‘El hecho de que estamos dispuestos a no desplegar un ejército de la OTAN fuera del territorio alemán le da a la Unión Soviética una firme garantía de seguridad’. ¿Dónde están estas garantías?”. Eso fue hace 15 años.
El golpe de Estado del Maidán del 2014
En noviembre de 2013 una Ucrania económicamente corrupta y tambaleante bajo el electo y muy corrupto presidente Viktor Yanukovich, anunció que, antes de aceptar una “especial” asociación con la Unión Europea, Ucrania aceptaría una oferta mucho más generosa por parte de Moscú para unirse a la Unión Económica Euroasiática, liderada por Moscú. Rusia había accedido a reducir el precio del gas ruso para Ucrania hasta en un 30% y a comprarles 15 mil millones de dólares en bonos de Ucrania para suavizar la crísis financiera de Kiev.
En ese momento, el 21 de noviembre, Arseniy Yatsenyuk, el hombre elegido por Victoria Nuland de Washington y el embajador de Kiev, Geoffrey Pyatt, junto con el entonces Vice-Presidente Joe Biden, lanzaron lo que se denominó protestas de Maidan Square contra el régimen de Yanukovych, respaldadas por ONG´s estadounidenses. En el 20 de febrero de 2014, luego de que francotiradores organizados por la CIA, reclutados en Georgia según los informes, mataran a decenas de estudiantes que protestaban y también policias, lo que llevó a Yanukovych a huir, Yatsenyuk se convirtió en Primer Ministro en un régimen dirigido por los EE.UU., elegido personalmente por Nuland y Biden, entre otros.
Más tarde en diciembre de 2014, en una entrevista con un periódico ruso, George Friedman, de Stratfor, una firma privada de consultoría para el Pentágono y la CIA entre otros, dijo sobre el cambio de régimen en Kiev liderado por Estados Unidos en febrero de 2014, “Rusia llama a los eventos que tuvieron lugar a principios de este año un golpe de estado orquestado por los Estados Unidos. Y realmente fue el golpe de estado más alevoso de la historia”. Él fue jactancioso en la entrevista.
Este régimen instaurado por el golpe en Kiev procedió luego del 22 de febrero de 2014 a librar una guerra de exterminio y de limpieza étnica de los rusoparlantes en el este de Ucrania, liderada en gran medida por un ejército privado de neo-nazis literales del Sector Derecho (prohibido en Rusia), los mismos que dirigían la seguridad en la Plaza Maidan y que lanzaron un reino de terror contra los ucranianos de habla rusa. Se formaron batallones con mercenarios neo-nazis. Se les dió estatus oficial estatal como soldados de la “Guardia Nacional Ucraniana”, el Batallón Azov, financiado por el oligarca multimillonario y jefe de la mafia ucraniana, Igor Kolomoisky, el patrocinador financiero de Zelenskiy como presidente. Los soldados del Azov incluso exhiben las runas de la SS como su logo. En 2016, la Oficina del Alto Comisionado de la ONU por los Derechos Humanos (ACNUDH) acusó al Batallón Azov, oficialmente ascendido a regimiento en enero de 2015, de cometer crímenes de guerra tales como saqueo masivo, detenciones ilegales y tortura.
Hoy Nuland es la Subsecretaria de Estado de Biden para Asuntos Políticos y la responsable de las cuestiones de Rusia y Ucrania. Ella es muy consciente de lo que es el Batallón Azov.
Zelenskiy y Múnich 2022
El 19 de febrero en Munich, el presidente ucraniano Zelenskyy amenazó con desplegar armas nucleares en territorio ucraniano. Él expresó esto como su revocación unilateral del Memorándum de Budapest de 1994, aunque Ucrania no fue un firmante del tratado. Dos días después, en la tarde del 21 de febrero, Putin pronunció su discurso reconociendo la independencia soberana de las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk. Él referenció explícitamente la promesa de Zelenskyy en Munich respecto de las armas nucleares: “ésto no es una bravata vacía”, afirmó Putin en su discurso.
El 6 de marzo la agencia de noticias estatal de Moscú, RAI Novosti, citó a una importante fuente de la Inteligencia Exterior (SVR) de Rusia con detalles de un proyecto ucraniano secreto, que según los informes cuenta con apoyo vital encubierto de occidente, para construir capacidades de misiles nucleares ucranianos y una bomba atómica ucraniana violando abiertamente el Tratado de No Proliferación Nuclear. De acuerdo al informe, los científicos nucleares ucranianos disfrazaban dichos desarrollos al llevarlos a cabo cerca del sector del reactor de Chernóbil, donde los niveles de radiación son altos, una explicación de las rápidas maniobras de los rusos para asegurar Chernóbil. “Estaba ahí, juzgando por la información disponible, el trabajo se estaba llevando a cabo tanto para la manufactura de una bomba ‘sucia’ como para la separación de plutonio”, citaba RIA Novosti. La instalación principal de investigación de la bomba estaba localizada en el Centro Científico Nacional, “Instituto de Física y Teconología de Járkov.” A la fecha de esta redacción, los informes señalan que un fiero enfrentamiento se esta llevando a cabo entre las tropas rusas y las fuerzas Azov neonazis ucranianas, que según dichos informes, planean estallar el sitio donde se lleva a cabo la investigación, para luego culpar a Rusia. La batalla por el control de la gran Planta Nuclear de Zaporizhia aparentemente también forma parte del intento de encubrir el proyecto ilegal de la bomba ucraniana.
Ahora se vuelve más claro que Putin tenía serias razones para reaccionar ante la amenaza nuclear ucraniana. Un misil nuclear ucraniano dentro de los 6 minutos de Moscú presentaría un peligro existencial ya sea que Ucrania forme parte de la OTAN o no.
Enorme pertrechamiento militar ¿Guerra biológica?
Había más. La prensa ucraniana informó hace un año sobre nuevas bases navales de facto de la OTAN construidas por Occidente en Ochakiv y Berdyansk como “instalaciones de infraestructura moderna capaces de recibir barcos de todo tipo, equipados según los estándares de la OTAN y construidos con el dinero de los países de la alianza”. Los medios se jactaron, “en tres años seremos capaces de atacar a las embarcaciones rusas en el Mar Negro con nuestra flota mosquito. ‘Y si nos combinamos con Georgia y Turquía, la Federación Rusa será bloqueada’ alardearon los expertos militares ucranianos”.
Además, el Pentágono estadounidense no tenía menos de 8, quizá hasta 30 laboratorios de alto secreto para la investigación de armas biológicas a lo largo de Ucrania, experimentando con el ADN de unos 4000 voluntarios militares. Una vez que los soldados rusos aseguraron la evidencia, la embajada estadounidense en Kiev borró las previas menciones de dichos sitios de su website, y según los informes los ucranianos se movieron para destruir la evidencia de laboratorio. Los laboratorios ucranianos en Járkov y en otros lugares operaban en cooperación con los Estados Unidos. Las existencias de tales armas se almacenan en secreto en directa violación de los tratados internacionales.
Un mes entero antes de la acción del ejército ruso el 24 de febrero en Ucrania, la investigadora independiente de guerra biológica Dilyana Gaytandzhieva, obtuvo documentos detallando “experimentos biológicos del Pentágono con un resultado potencialmente letal en 4.400 soldados en Ucrania y 1.000 soldados en Georgia. Según los documentos filtrados, todas las muertes entre los voluntarios debían ser reportadas dentro de 24 hrs. (en Ucrania) y 48 hrs. (en Georgia)”. Ella detalla los experimentos humanos, que incluyen el testeo de anticuerpos contra unos 14 patógenos, incluyendo la Fiebre Hemorrágica de Crimea-Congo, especies de Borrelia (enfermedad de Lyme) y otros. De acuerdo a los documentos los laboratorios en Ucrania y Georgia son parte de una iniciativa del Pentágono, “programa de 2,5 mil millones de dólares de colaboración Biológica de la Agencia de Defensa y Reducción de Amenazas (DTRA), que incluye investigaciones sobre bio agentes, virus mortales y bacterias resistentes a antibióticos“.
El 6 de Marzo en una declaración oficial al RAI Novosti en Moscú, el General Mayor Igor Konashenkov, portavoz del Ministerio de Defensa Ruso, afirmó que habían recibido documentos “de empleados de laboratorios biológicos en Ucrania confirmando que componentes de armas biológicas estaban siendo desarrollados en Ucrania, muy cerca del territorio ruso”. Señaló: “En el curso de una operación militar especial, se descubrieron los hechos de una limpieza de emergencia por parte del régimen de Kiev de los rastros de un programa biológico militar que se estaba implementando en Ucrania, financiado por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos”.
Añadido a esta evidencia de instalaciones de investigación de armas de destrucción masiva tanto biológicas como nucleares, los países occidentales miembros de la OTAN han estado vertiendo billones de dólares en equipamiento militar, incluyendo armas anti-tanque y explosivos en Ucrania, mientras Zelenskiy, que según rumorea la oposición se ha estado escodiendo en la Embajada Estadounidense en Varsovia, llama repetidamente a la instauración de una zona de exclusión aérea por la OTAN sobre Ucrania, un acto que sería un directo casus belli entre Rusia y Ucrania, una guerra que rápidamente podría escalar al enfrentamiento nuclear y más allá.
La pregunta es si esta provocación de años por parte de Washington y la OTAN hacia la seguridad nacional rusa a través de Ucrania está destinada a destruir la viabilidad de Rusia como una nación soberana y un poder militar. ¿Es un movimiento calculado el usar sanciones contra Rusia para causar el colapso global y crisis de energía, escasez de comida y peor, todo para el advenimiento de la agenda del Gran Reinicio de Davos 2030? ¿Culparlo de esto al “malvado Putin” y Rusia mientras BlackRock y los poderes financieros reorganizan el mundo? Es muy temprano para asegurarlo pero es seguro que lo que impulsó la acción de Rusia el 24 de febrero de 2022 debió ser mucho más serio que lo que nos dice la CNN y otros medios occidentales controlados.
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